Valdelateja, el atractivo entre los cortados

La carretera nacional 623 nos lleva, tras recorrer 56 kilómetros desde la capital, hasta la localidad de Valdelateja. Es aconsejable, antes de descender al caserío, realizar una parada en el mirador que se asoma al mar de vegetación y cortados que donde se ubica  la localidad. Es un lugar impresionante, uno de los más bellos de la provincia.  Y es que Valdelateja se encuentra en el corazón del parque natural de las Hoces del Ebro y del Rudrón.  Un lugar que transmite paz y que nos hace preguntarnos como fueron las vidas de los primeros habitantes del lugar. En el alto de  los cortados, el primer emplazamiento de sus pobladores. 

La peña de Castrosiero, también es conocida como El Castillo o El Castro, se alza unos 200 metros sobre el valle. Aunque no se conoce el origen de la población, los restos arqueológicos recuperados  marcan sus primeras ocupaciones en la Edad del Hierro. También se han recuperado dos estelas de  época romana que se guardan en el Museo de Burgos.

En cualquier caso, la cúspide del cortado fue el primer asentamiento de la población. En aquel lugar, guardando las hoces, queda en pie la ermita prerrománica dedicada a las santas Centola y Elena. El edificio conserva  una inscripción del año 782, aunque según algunos historiadores, la fecha podría referirse a una construcción de una ermita visigoda anterior.  

 Se desconoce en qué época los pobladores dejaron el alto para asentarse en las faltas del cortado, dando lugar a lo  que hoy conocemos como el despoblado de Siero.

Un lugar  resguardado de los devenires de la Alta Edad Media, en un alto que, además,  ofrecía también un mirador inmejorable e ideal para el establecimiento de un asentamiento militar. 

 La función defensiva de Siero decayó, sin embargo,  al ir repoblándose otros territorios más al sur  como Amaya  y Ubierna.  Siero estuvo habitado hasta el año 1914, cuando sus dos últimos habitantes bajaron a vivir a Valdelateja. Aún se conserva el camposanto.

El pueblo actual, Valdelateja, tiene orígenes medievales, como así lo atestiguan algunos restos hallados en tono a la iglesia, dedicada a Santa Eulalia. Fue en origen una pequeña ermita, que se amplió  a principios del S. XX con la piedra, y los restos  de la antigua iglesia de Siero, que los lugareños desde lo alto. En su interior se encuentran algunas imágenes góticas que también fueron de Siero, en especial las de las santas Centola y Elena y la de Santa Lucía, esculturas de bulto, realizadas en madera de nogal, policromadas. 

Su iglesia destaca en el caserío de Valdelateja que  guarda hermosos edificios de piedra de estilo montañés con sus balaustradas de madera, en un caserío  distribuido entre los dos barrios en que se divide la localidad.  Si bien la localidad desprende   la tranquilidad de un lugar, sin duda hermoso, no podemos olvidarnos que se encuentra enclavada en  el parque natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Un gran cañón horadado durante millones de años que deja en algunos puntos un desnivel de cerca de 250 metros de profundidad que podemos recorrer siguiendo una  ruta, que permite conocer este entorno privilegiado. El camino  parte  de detrás de la iglesia y nos lleva a una pasarela que permite cruzar el Ebro. Un camino que transcurre por un bosque de encinas, quejigos, arces, alisos, madroños, acebos y tejos hasta que el camino lleva a Pesquera de Ebro. Se trata de una ruta que tiene una longitud de 15 kilómetros, con una dificultad media, y que se puede realizar en cualquier época del año.