El Correo de Burgos

Dos mil luces solidarias para el Congo

Los burgaleses acuden a la llamada del Proyecto Rubare en la X edición de la suelta de farolillos ‘Enciende la llama’

Las luces de los farolillos iluminaron el cielo de la capital

Las luces de los farolillos iluminaron el cielo de la capitalÓSCAR CORCUERA

Burgos, Burgos

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La Plaza de San Juan se llenó de solidaridad para apoyar la décima suelta de farolillos ‘Enciende la llama’. Una iniciativa del Proyecto Rubare para recaudar fondos que estarán destinados a que puedan continuar con su trabajo en el Congo.

La respuesta dejó sin existencias a la ONG, que vio con alegría como, poco a poco, la cola se iba formando para adquirir el farolillo por cuatro euros. 2.000 luces que minutos unos minutos después de las 18.00 de la tarde, en el anochecer del invierno, se alzaron en el cielo con su llama de solidaridad.

Las luces de los farolillos iluminan a los burgaleses.

Las luces de los farolillos iluminan a los burgaleses.ÓSCAR CORCUERA

Familias, amigos, niños, disfrutaron con esta propuesta de unión que tiene un poso de respaldo a una labor imporatante.

Proyecto Rubare destinará a lo recaudado para ayudar a 3.000 niños y 800 mujeres del campo de refugiados de Buhimba. «Hay tanto por hacer, tanta necesidad, tantos niños que conviven con la miseria... Que estamos preparando unas bolsas de dulces para poder cubrir las necesidades energéticas de estos niños en Navidad y darles una alegría», declaró Tomás Martínez (Proyecto Rubare) en su regreso de la República Democrática del Congo

La ONG burgalesa y la Fundación Kivu Jambo, buscaban en esta acción cubrir los gastos de esas bolsas de chuches. Más bien unas galletas repletas de glucosa, que es lo que estos 3.000 pequeños necesitan, y un chupachups.

Proyecto Rubare colabora con la fundación argentina Happy Children para atender el campamento interno de refugiados de Buhimba. La instalación se encuentra sobrepasada al sumarse desplazados del campo de Don Bosco Sasha ocupado a principios del año pasado. Así que las necesidades allí son múltiples. La comida , no suele llevar galletas y caramelos como tienen las bolsas que están preparando para estos días. Lo habitual es la harina de maíz, como la que acaban de dejar allí. Con esta harina hacen una masa que «usan como nosotros el pan y es la base de su alimentación». Esta se mezcla con alubias, que tienen proteínas, arroz y verdura de hoja, al estilo de las espinacas, que allí se obtiene a bajo precio.

Luces solidarias en respuesta a Proyecto Rubare.

Luces solidarias en respuesta a Proyecto Rubare.ÓSCAR CORCUERA

Son más de diez años los que Proyecto Rubare trabaja en la zona. Un trabajo que continuarán porque todavía queda mucho por hacer. Volverán el próximo año con sus llamas encendidas en el cielo.

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