El Correo de Burgos

Pioneros del Medio Ambiente

Las Aulas de la Fundación Caja de Burgos han cumplido sus 20 años de vida. Dos décadas en las que han abierto camino en la educación y la conciencia de nuestro entorno natural.
​Una propuesta que nació en Burgos, y que se extendió después a Valladolid y Palencia. Suman ya más de un millón de usuarios en actividades y programas propios. 

Miguel  Ángel Pinto y Carmen Hernando.

Miguel Ángel Pinto y Carmen Hernando.Tomás Alonso

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Aunque parezca mentira, hace 20 años no veíamos, ni sentíamos, nuestro entorno como ahora. En dos décadas los humanos vamos abriendo poco a poco los ojos para darnos cuenta de que no estamos solos en este planeta, que compartimos espacio con otros seres vivos. Un camino de enseñanza y divulgación que en nuestra provincia emprendió de forma pionera la Fundación Caja de Burgos con las Aulas del Medio Ambiente. 

Conteo de  aves en río Arlanzón,

Conteo de aves en río Arlanzón,F.C.B.

Una idea que ha pilotado desde el inicio su director, Miguel Ángel Pinto, «después de escribir los dos volúmenes de 'Una Historia Natural de Burgos' junto a Ramón Luque para Caja de Burgos, me llamaron para poner en marcha un proyecto relacionado con el Medio Ambiente», explica Pinto, que en ese momento, en el año 2003, llevaba 17 años en la divulgación, de la mano de la Junta de Castilla y León, de la senda de la Naturaleza de Fuentes Blancas. Enamorado de la Madre Tierra, con vocación de divulgador, actual Doctor en Educación, por la Universidad de Burgos, por la realización de sus tesis 'Félix Rodríguez de la Fuente y su proyección educadora en la escuela y en la sociedad español'. Uno de los dos únicos trabajos que analizan al 'influencer' de la generación X, desde el punto de la pedagogía.

 La propuesta llegó en un momento de desarrollo y coordinación de la Obra Social, de la mano del entonces Secretario General de Caja de Burgos, que tomó un documento guía, elaborado por Pinto. El proyecto fue rompedor. Con conceptos que, ahora, dos décadas después, nos parecen normales en educación ambiental, pero que entonces no se realizaban.  En un centro que se abrió a la naturaleza en el corazón de una ciudad, en el caso histórico, la avenida del Arlanzón con monitores especializados y actividades novedosas.

Campamentos verano

Campamentos veranoF.C.B.

Por ejemplo, la primera exposición dedicada a los hongos y setas, dejó a un lado los formatos habituales, para mostrar reproducciones de gran formato. «Una de las setas era tan grande que tuvimos que cortarla para que entrara por la puerta y volverla a pegar dentro», recuerda sonriendo Pinto.  «La primera actividad fue un campamento de verano de medio ambiente exclusivamente, se llamó 'Encuentra vida en tu ciudad'. La cola para apuntarse daban la vuelta a la manzana y llegaba hasta la calle Vitoria. Fue alucinante, un éxito».

Actividad en Aula con materiales reciclados

Actividad en Aula con materiales recicladosF.C.B.

A este primer paso, se unió el trabajo en las aulas «con los programas de apoyo educativo» al docente en el ámbito medioambiental, que fueron acogidos con aplausos en la comunidad educativa. Programas que se han mantenido desde entonces, 20 cursos seguidos, siendo ya una de las actividades del país que llevan más tiempo activas relacionadas con la educación ambiental.

Este 2024  han cumplido dos décadas de vida, «celebramos el nacimiento de un modelo. No solo de un centro o un edificio con actividades».

Pilares de Actuación  

A la propuesta de Burgos, (2004),  le siguió Valladolid (2007) y Palencia (2008), donde se reprodujo el modelo de las aulas vivas, fuera de un lugar estanco de actividad.  «Una propuesta abierta al conocimiento activo de nuestro entorno desde muchos puntos de vista y actuación» explica Carmen Hernando, responsable de Cohesión Social y Medio Ambiente de la Fundación Caja de Burgos.

Visita  a Picos de Europa.

Visita a Picos de Europa.F.C.B.

Actuaciones que parten de unos pilares básicos, la educación, la interpretación medioambiental y el voluntariado, sobre los que pivotan los programas y a los que se han ido uniendo nuevas propuestas. 

Cursos, talleres formativos, que se complementan con actividades que se desarrollan  fuera de los centros. Ambientes infantiles, apoyo al sistema educativo, acciones de voluntariado ambiental, exposiciones, conferencias, talleres especializados, salidas de campo, dinamización del entorno rural, observación de fauna, flora y gea, programas de sostenibilidad, asistencias técnicas, ambientales, son, tan solo algunas de ellas. Programas  que se diseñan «marcando unas pautas básicas para su desarrollo posterior», apunta el director del Aula de Medio Ambiente, Miguel Ángel Pino.  «Importante resaltar la labor que realizan  los equipos multidisciplinares de cada Aula, donde se trabaja en una evaluación continua, como sistema de mejora, para actualizar  y poner a punto las actividades».

 «Durante estos últimos 20 años, hemos tenido más de un millón de impactos en los habitantes de las tres provincias donde estamos ubicados, Burgos, Palencia y Valladolid».

Y es que con esta acción conjunta la Fundación Caja de Burgos quiere dar respuesta a la sensibilidad creciente de la sociedad respecto al uso sostenible de los recursos y la defensa del entorno natural. «Siempre ha sido una área destacada dentro de la fundación», explica Carmen Hernándo responsable de Cohesión Social y Medio Ambiente de la Fundación Caja de Burgos. «Ahora quizás está más 'de moda el tema de la sostenibilidad ambiental', pero nosotros llevamos 20 años trabajando en eso. Tenemos esa ventaja, esa experiencia. Aunque en este tiempo no hemos estado quietos, hemos evolucionado mucho».

Con la base en la educación y divulgación ambiental para todos los públicos, en los últimos años se ha dado un importante paso adelante  hacia la sostenibilidad ambiental. «No solo educar, sino intentar conseguir cambios.  Respecto al uso razonable de los recursos y la defensa del entorno natural. Tenemos un programa,  que hemos puesto en marcha los últimos años. 'Hogares Verdes' que busca trasformar los hábitos de consumo  en nuestras casas», explica Carmen, una línea de actividad que busca reducir su impacto ambiental, huella ecológica, mediante el ahorro energético, la reducción en la utilización de recursos y el consumo responsable.

Otras de las líneas de trabajo que se han desarrollado con el tiempo es la actividad con el área empresarial de cada zona.  «Lo que  ayuda a las empresas a caminar  hacia la sostenibilidad ambiental», apunta Carmen Hernándo, que hace 20 años prácticamente no se tenía en cuenta y que en este momento cada vez es «más importante para las empresas cumplir unos ciertos criterios que por una serie de requisitos cada vez más incluidos en la sociedad».  De la misma manera, se han ido ampliando también las actividades de cooperación con administraciones que se han ido uniendo a la propuesta para impulsarlas en sus respectivos territorios.

Campamentos de verano.

Campamentos de verano.F.C.B.

Desde el Voluntariado Ambiental, con un desarrollo en los tres centros del Aula de Medio Ambiente Caja de Burgos está en marcha una colaboración con Fundación La Caixa donde «se promueven reuniones de voluntariado en las que se determinan y planifican las acciones destinadas a la mejora del medio desde el punto de vista de la biodiversidad», apunta Carmen Hernando. Colaboración que abarca a las instituciones nacionales. «También se ha logrado una participación activa en distintos Seminarios Permanentes en el CENEAM (Centro Nacional de Educación Ambiental), del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico» añade Pinto.

Actuaciones combinadas con las líneas de trabajo de sus exposiciones temporales  de producción propia, que están dirigidas al público general. «Estos materiales se adaptan a momentos y realidades concretas, que se van mostrando en ciudades y pueblos y nos ayudan a realizar una programación didáctica específica que se desarrolla durante las visitas guiadas», explica Pinto. 

Un trabajo que también queda en los territorios, por ejemplo en Burgos, la señalización e interpretación de uno de los tesoros de la ciudad, el Paseo de la Isla, «muy importante, también es  la labor de señalización interpretativa de Atapuerca»  detalla el director de las Aulas de Medio Ambiente. Un sendero botánico que completa la visita a los yacimientos, en un paseo guiado por la sierra de Atapuerca, que posee un rico entorno natural bien conservado,  en una propuesta que busca «sensibilizar al visitante con curiosidades como las  propiedades de las plantas medicinales y sus usos en el pasado», matiza Miguel Ángel Pinto, director de las Aulas de Medio Ambiente de la Fundación Caja de Burgos. 

Observación de aves en parques urbanos.

Observación de aves en parques urbanos.F.C.B.

Un trabajo que se ha realizado también en  las publicaciones del Camino de Santiago en su vertiente más natural. «Es un ejemplo clarísimo de cómo unir Patrimonio Cultural y Ambiental, de los pocos que hay en la actualidad».

En este camino pionero de actuaciones se une también la gran base de datos que han ido recopilando en sus diferentes acciones en los territorios  y «que pudiera ser objeto de estudios». Por ejemplo, desde la actividad de conteo de 'Aves en el Arlanzón', una de las actividades más veteranas y demandas, se  recopila una información de análisis de observación a lo largo de los años, en diferentes estaciones y tiempos. Una valiosa fuente de información y análisis. Son un ejemplo, pero, la actividad derivada de las Aulas deja también ese tesoro de información medioambiental derivado de su trabajo.  

Generaciones de futuro 

Son algunas de las actuaciones que realizan y que van calando ya en muchas personas, ya que los niños que comenzaron a ir a las Aulas se van convirtiendo en adultos que llevan a sus hijos a las actividades. Y los  más mayores se unen a propuestas diferentes que marcan la diferencia en el conjunto de  las actividades. 

Un ciclo de actuaciones que genera una red de base puesta ya en marcha. Un motor de creación que se retroalimenta para generar una conciencia de futuro.

«Estamos haciendo un gran trabajo, todos nuestros centros», apunta Carmen Hernando, responsable de Cohesión Social y Medio Ambiente de la Fundación Caja de Burgos. «Un camino  hacia la transversalidad de la sostenibilidad ambiental dentro de la Fundación, y eso se ha activado sobre todo en los últimos años y que continuaremos trabajando y mejorando de cara al futuro».

«Todavía no conocemos nuestro medioambiente»,  apunta  Pinto, «ha habido un desarraigo con las generaciones anteriores, incluso en nuestros pueblos. Un conocimiento que tenían nuestros abuelos, y que se perdió. Pero nuestro trabajo, está ahí. Y nosotros queremos llenar ese vacío. Sobre todo porque entendemos que es necesario». 

Un camino de 20 años que marca la senda de  futuro de la Madre Tierra.  

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