La creación de un segundo equipo psicosocial en los juzgados de Familia, un clamor ante el «colapso absoluto»
La saturación alarga los procedimientos hasta el año y medio y de poco ha servido la bolsa de psicólogos externos creada como apoyo. Los abogados urgen una solución

Imagen de los juzgados de Reyes Católicos.
Especial impacto tiene en este ámbito judicial, precisamente por lo sensible de la materia que aborda, la falta de medios. Si bien, para variar, el número de juzgados de Familia en Burgos es adecuado, existe desde hace años un grave y «enorme» problema sin solución hasta la fecha con el equipo psicosocial que se encarga de elaborar los informes oportunos en los contenciosos que afectan a menores.
Compuesto por una psicóloga y un trabajador social, el tándem en cuestión interviene cuando es preciso dirimir la modalidad de custodia, cuando la falta de acuerdo entre los progenitores requiere que sea el juez el que la determine. «Evalúan la situación, se entrevistan con las partes y emiten su propuesta», explica la abogada Tania Simón, para lamentar que «solo hay uno y está absolutamente colapsado».
Tanto es así que «desde que el juez decide que este equipo debe intervenir hasta que se cita a los implicados puede pasar un año, después hay que fijar la vista, lo que suma otros cuantos meses y al final el procedimiento se prolonga hasta un año y medio, lo que en asuntos como estos, con las implicaciones emocionales que tienen, es muchísimo», detalla la letrada.

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Esta saturación no es nueva, ni mucho menos, y de poco o nada ha servido el parche ideado por el Ministerio de Justicia de crear una bolsa de psicólogos externos a modo de apoyo. «Aparecen de todos los sitios y desconocemos su trayectoria, cómo actúan... Hay casos en los que se plantean entrevistas por videoconferencia, por ejemplo. Y, para colmo, en ocasiones el plazo se alarga muchísimo, hasta un año, por lo que no ofrece solución alguna», añade Simón, totalmente segura de que atender la histórica demanda del Colegio de la Abogacía de Burgos y crear «por lo menos» un segundo equipo psicosocial es el único remedio posible al cuello de botella actual.