Medicina arrancará con 72 plazas: una de las pocas certezas del futuro grado en Burgos
Con la ubicación del campus y el presupuesto aún en el aire, la Junta de Castilla y León ve con buenos ojos el borrador inicial de la UBU, que se evaluará próximamente en una comisión técnica

Rocío Lucas, José Miguel García y Alejandro Vázquez, tras hablar sobre el Grado de Medicina de la UBU.
El Grado de Medicina de la Universidad de Burgos (UBU) arrancará, sí o sí, en septiembre de 2026. Existe una «voluntad política clarísima» por parte de la Junta de Castilla y León, tal y como reconocía este lunes el rector, José Miguel García, tras reunirse con los consejeros de Sanidad y Educación, Alejandro Vázquez y Rocío Lucas. Sin embargo, quedan aún muchos flecos pendientes de vital importancia para el futuro campus. De momento, una de las pocas certezas es que se ofertarán 72 plazas para el próximo curso.
Obviamente, poner en marcha una titulación tan ambiciosa requiere una elevada partida presupuestaria. Y un emplazamiento para el campus. No obstante, la Junta no arroja luz por ahora sobre ninguna de estas dos cuestiones. Si hablamos de dotación económica, Lucas promete «plena disponibilidad», aunque sin aportar cifras pese a asegurar que ya se maneja una «horquilla» en función de las necesidades que tenga la UBU. En cuanto a la ubicación, la opción del Hospital Militar parece seguir sobre la mesa. Eso sí, tampoco se descartan otras «alternativas». Entre ellas, construir un nuevo edificio.
Estas decisiones de peso para el futuro Grado de Medicina dependerán en gran medida de lo que dictamine la comisión técnica integrada por representantes de la Universidad, las consejerías implicadas y otras instituciones competentes. La próxima reunión, «en menos de 15 días» según Lucas, servirá además para evaluar el borrador «consensuado» por la UBU, el Colegio de Médicos de Burgos (Combu) y decanos de otras facultades españolas.
A la hora de diseñar el título, la UBU ha realizado un «análisis exhaustivo» de la oferta académica de Medicina a nivel nacional. El documento, en principio, cuenta con el beneplácito de la Junta y todo apunta a que la comisión dará su visto bueno de cara a elaborar la memoria de verificación. Dentro del borrador, además, se recogen 375 solicitudes de profesionales sanitarios, tanto de Burgos como de otras provincias, y alrededor de 40 farmacéuticos interesados en formar parte del profesorado.
Ese es, precisamente, otro de los interrogantes que plantea Medicina en Burgos. A este respecto, el rector avanza una estimación «aproximada» de 140 docentes una vez implantado el título. Es decir, a seis años vista como mínimo desde el primer curso. Lo que sí parece estar claro es que «la gran mayoría del profesorado será nuevo» y procedente, previo análisis de sus perfiles, de la sanidad pública.
Otra de las fortalezas que presenta la UBU en su borrador es el enfoque del futuro grado, basado en la «Medicina de precisión ligada a especialidades». De esta forma, se pretende aprovechar los recursos ya existentes en otras áreas para implementar el uso de tecnologías punteras a través de la inteligencia artificial, la computación o el big data.
Queda mucho por concretar, desde luego, aunque Lucas y Vázquez consideran que esta primera toma de contacto con el nuevo rector ha sido «muy fructífera». De ahí que la Junta volviese a ofrecer, al igual que Alfonso Fernández Mañueco a mediados de enero, «todos los medios necesarios» para desarrollar el Grado. Por descontado, el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) y los centros de salud de la ciudad estarán a disposición de la Universidad.
Tenían mucho de qué hablar, por lo que parece, el rector y los consejeros. El encuentro, que se prolongó durante casi dos horas mientras los medios de comunicación aguardaban en la sala de prensa del rectorado, se llevó a cabo en un clima de «entendimiento» según relatarían posteriormente sus protagonistas. De hecho, Lucas llegó a reconocer que la Universidad de Burgos ha sido capaz de vertebrar un «gran planteamiento» para que la ansiada Facultad de Medicina resulte viable tras años demandando su implantación.
No quiso desaprovechar la ocasión García de agradecer el «trabajo previo» de su antecesor, Manuel Pérez Mateos, por su insistencia durante los últimos años para que Medicina fuese una realidad. Asimismo, está plenamente convencido de que este grado acabará convirtiéndose en un «referente nacional e internacional».
Más allá de ese objetivo, que como es lógico llevará su tiempo, la consejera de Educación considera que tanto el Colegio de Médicos como el de Farmacéuticos han realizado una «gran labor» para respaldar el proyecto de la UBU. En este sentido, uno de los puntos fuertes es que ambas instituciones cuentan con un elevado número de doctorandos, lo que aporta un valor añadido a la hora de conformar la plantilla docente.
A falta de certezas, la comisión técnica se encargará de dilucidar todos los interrogantes con la vista puesta en septiembre de 2026. Será dicho organismo quien tenga la última palabra, según puntualizó el rector, de «decidir cómo y de qué manera» se organiza el campus, tanto a nivel de instalaciones como de organización de grupos de trabajo. La única «conclusión clara», tal y como expuso el consejero de Sanidad, es que no habrá retrasos a la hora implantar Medicina en Burgos.