Bachillerato Internacional. Motivación como principio y fin

Indagación, acción y reflexión. He ahí las claves del trabajo que exige el Programa del Diploma de Bachillerato Internacional, una oferta educativa que el IES Cardenal López de Mendoza ofrece desde hace ya cuatro décadas con la motivación como principio y fin. La misma que animó a los impulsores de la iniciativa, allá por 1985, pioneros en la región y los segundos en el conjunto del país. También la de los docentes que se afanan (sin más incentivos que los inherentes a su vocación, pese a la presión añadida de la supervisión ajena de sus resultados) en mantener en alto la calidad de la formación y cumplir los estándares exigidos por examinadores de fuera del centro, "rigurosamente capacitados y supervisados por la Organización del Bachillerato Internacional (IBO)". Y, por supuesto, la de los alumnos que llegan con hambre de conocimiento -dispuestos a cursar seis asignaturas extra además de las que comprende el Bachillerato ordinario, aunque suponga alargar una hora su jornada lectiva- y culminan con tanto o más interés por aplicar las herramientas adquiridas en aprender "a lo largo de toda su vida".

Así lo explica la coordinadora del BI en el centro burgalés, Olga Barriuso Merinero, para incidir en esa "actitud activa" del estudiante como principal requisito de acceso, amén del notable de media con el que, como mínimo, ha debido culminar su etapa en la Educación Secundaria Obligatoria.

Brinda a estos perfiles el BI una "educación rigurosa y equilibrada", pues más allá de la modalidad de Bachillerato elegida (Ciencias de la Salud, Ciencias y Tecnología o Humanidades y Ciencias Sociales) todos los alumnos cursan asignaturas del resto de ámbitos. Se configura así "un currículo preuniversitario exigente de dos años de duración, que culmina con evaluaciones finales realizadas externamente por la propia organización del BI y una titulación reconocida por prestigiosas universidades de todo el mundo".

La metodología marca quizá la diferencia. Lo reducido de los grupos, con 15 plazas por itinerario, facilita potenciar la práctica y el apoyo personalizado al desarrollo de habilidades que van más allá del aprendizaje de contenidos y deja atrás lo memorístico para centrarse en la reflexión. "En esencia se trata de saber gestionar tanto el conocimiento, como el tiempo o incluso las emociones para responder a los retos que se les presentan, lo que implica pensamiento crítico y un proceso autónomo y activo", detalla Barriuso, para destacar el tiempo que dedican al laboratorio -con horas obligatorias- o a las exposiciones orales de sus investigaciones.

Además, como parte del tronco común del Programa del Diploma del BI, los estudiantes deben realizar, a lo largo de los dos años, una Monografía (trabajo de investigación tutorado por un profesor), cursar Teoría del Conocimiento (que cristaliza en un ensayo que deberán defender dentro y fuera del centro) y llevar a cabo unas actividades denominadas CAS (Creatividad, Actividad y Servicio) que, en busca del desarrollo personal del alumnado, se realizan fuera del horario escolar.

Llegan así, los alumnos de BI, con mucho ganado a la universidad del mundo que elijan. "Supone una gran ventaja para el futuro. Son dos años intensos, pero notan los frutos desde el principio, pues ya saben escribir informes, analizar fuentes o hacer bibliografías", comenta con satisfacción la coordinadora, que será la encargada de desmenuzar esta oferta educativa singular el próximo martes 11 de marzo, a las 18 horas en el salón de actos del IES Cardenal López de Mendoza, en la sesión informativa dirigida a quienes sopesen dar el paso tras graduarse en 4º de ESO, vengan o no del Programa de Años Intermedios del propio centro, creado para canalizar de manera anticipada el interés por ir más allá en el aprendizaje.

El proceso de selección de los alumnos, que se inicia al rellenar el cuestionario que figura en la web del centro (ieslopezdemendoza.centros.educa.jcyl.es), incluye una entrevista con el estudiante para evaluar su motivación, compromiso y actitud proactiva. "No es un examen, ni mucho menos. Es un contacto inicial para conocer sus intereses y su perfil. Buscamos alumnos con ganas de aprender de una manera diferente. No se trata de que sean brillantes, que también influye, sino sobre todo con perseverancia y amor propio", subraya Barriuso.