El convenio para la creación del Instituto Biosanitario de Burgos se firmará este mes

Un mero trámite, aunque de vital importancia, para que el Instituto de Investigación Biosanitaria de Burgos (IBioBURGOS) sea una realidad cuanto antes. Rematados los últimos flecos del convenio a finales del mes pasado entre la Consejería de Sanidad y la Universidad de Burgos, el documento ya ha sido aprobado por el Consejo de Gobierno de la UBU y la ansiada firma de ambas partes, en principio, se llevará a cabo a lo largo del presente mes.

La pelota se encuentra ahora mismo sobre el tejado de la Consejería que dirige Alejandro Vázquez, que ha de fijar fecha para dar el paso definitivo. A partir de ahí, el gran interrogante será cuándo empieza a prestar servicio.

Con IBioBURGOS en marcha, Castilla y León logrará reforzar su red de institutos sanitarios, actualmente operativos en León, Salamanca y Valladolid. Aparte de potenciar la investigación, el objetivo de habilitar este tipo de dotaciones es generar sinergias entre el ámbito académico y sanitario promoviendo en paralelo la innovación al servicio del sistema sanitario público.

De acuerdo a las previsiones de la Junta, todo apunta a que durante la próxima década podrá generarse en torno a un centenar de puestos de trabajo de alta cualificación. Por otro lado, el convenio establece la posibilidad de incorporar a nuevas entidades, tanto públicas como privadas, «con similares objetivos que deseen establecer formas de actuación coordinada». De momento no las hay, aunque se estiman inversiones anuales por valor de 10 millones de euros fruto de la colaboración público-privada. Además, se incentivará la participación en convocatorias del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Con su sede en el Divino Valles, el ámbito de actuación del IBioBURGOS se circunscribirá al Hospital Universitario de Burgos (HUBU), el Santiago Apóstol de Miranda de Ebro y el Santos Reyes de Aranda de Duero. Para ello, se contará con la estrecha colaboración de la Gerencia de Atención Primaria, el Servicio Territorial de Sanidad y los espacios asignados por la UBU «sin perjuicio de que, para el desarrollo de sus fines, pueda establecer relaciones con otros organismos o instituciones de ámbito autonómico, nacional o internacional».

Ayudas a refugiados

También dio luz verde el Consejo de Gobierno de la Universidad al protocolo para el acceso y admisión de estudiantes beneficiarios de protección internacional a través del programa UBU-Refugio, reconocido el mes pasado como «iniciativa de referencia» a nivel nacional.

Según detallan fuentes de la UBU, el programa acoge en la actualidad a 15 alumnos y una profesora. Todos de Ucrania salvo cuatro palestinas y un venezolano. Aparte de favorecer su integración académica, también se les brinda -si es necesario- alojamiento, ayudas económicas, formación en idiomas y acompañamiento psicosocial.

Por el momento, no hay previsiones de nuevas llegadas a pesar de que UBU-Refugio «se abrió a universitarios procedentes de Gaza». Sin embargo, «no lo ha solicitado ninguno».