¿Tienes hijos? Así es la actividad de juego libre que despierta la autonomía y la creatividad de los niños
Tres madres de día de Burgos han organizado jornadas de juego libre en diversos espacios públicos y privados de Burgos. La actividad tiene un doble objetivo: dar a conocer esta figura profesional y la importancia del juego no dirigido para favorecer el desarrollo de diversas habilidades
La última sesión de juego se celebró en Fisioterapia Flor Bartolomé.TOMAS ALONSO
Jugar sin interrupciones. Permitiendo a los niños que exploren, experimenten, descubran y aprendan por sí mismos. Sin normas. Sin intervenir en su camino. Ese es el objetivo del espacio de juego itinerante que han puesto en marcha tres madres de día de Burgos: Yolanda, Tatiana y Sheila.
Las madres de día son una profesión aún poco conocida en la ciudad, pero se trata de una figura de largo recorrido en diversos países de Europa. Se trata de profesionales de la educación que han creado en sus hogares su espacio de trabajo ofreciendo acompañamiento emocional, pedagogías activas y un apego seguro a los más pequeños como una alternativa de cuidado en la etapa de cero a tres años.
Yolanda, Tatiana y Sheila son las creadoras de las sesiones.TOMAS ALONSO
Principios educativos establecidos por la doctora Emmi Pikler
Esta iniciativa de juego libre nace de ese día a día en sus hogares y también con el ánimo de dar a conocer su profesión. «El espacio de juego itinerante que hemos diseñado está inspirado en el programa húngaro JátékTér. Es una propuesta que se basa en los principios educativos establecidos por la doctora Emmi Pikler quién observó la importancia del juego autónomo, el movimiento libre y las competencias tempranas en las interacciones sociales», explica Sheila. Y es que, desde la experiencia que ofrece la profesión y la observación del día, Sheila señala que «muchas personas adultas tenemos costumbres que no favorecen la concentración de las criaturas como guiar el juego de los pequeños, romper el silencio, verbalizar continuamente lo que están haciendo, protagonizar el juego, apresurar los logros de las criaturas o tratar de enseñar cosas a las criaturas en todos los contextos dificultando que las aprendan por sí mismas», apunta. Y es que dirigir el juego de los más pequeños no permite que «niños y niñas decidan qué hacer, cómo, durante cuánto tiempo y con qué intensidad», recuerda.
Instante de la sesión de juego libre celebrada en Fisioterapia Flor Bartolomé.TOMAS ALONSO
Ventajas del juego libre
El juego autónomo ofrece a los más pequeños de la casa el desarrollo de diversas habilidades. «Desarrollan su creatividad y la fantasía y entrenan gradualmente su capacidad de atención», apunta Sheila. Además, la actividad autónoma «les da mucha información de su cuerpo: la ubicación en el espacio, altura, la profundidad, etc». Practicar acciones con objetos «les lleva a ir conociendo sus características. Por ejemplo, a qué temperatura están, cuánto pesan, su color y forma, si son grandes o pequeños, qué pueden meter, si suenan al golpearlos...». Al margen de conocer las características de los objetos, el juego libre también les permite «conocer de qué son capaces y de qué no, así como practicar habilidades y mejorar su psicomotricidad» y «qué consecuencias tienen sus acciones en el entorno», apunta la madre de día.
Instante de la sesión de juego libre celebrada en Fisioterapia Flor Bartolomé.TOMAS ALONSO
Material y edades
Esta actividad de juego libre, de la que se han celebrado seis sesiones en diversos espacios públicos y privados de Burgos, se desarrolla a lo largo de una hora. «Han participado criaturas desde los 4 meses hasta los tres años», apunta Sheila. En las sesiones «se ofrece un entorno físico y emocionalmente seguro con materiales seguros y adecuados que pueden utilizar libremente, por iniciativa propia y sin intervenciones». Se usan materiales «abiertos, variados en color, forma, textura, etc. y en cantidad». Son materiales como telas, objetos cóncavos muy diversos, muñecos, cestas variadas, pelotas, coches, anillas de madera, animales, conos de plástico, piezas de madera, etc.
Instante de la sesión de juego libre celebrada en Fisioterapia Flor Bartolomé.TOMAS ALONSO
Distribución de materiales
Esos materiales también dependerán de la edad de los pequeños que participan en la actividad. «Si sabemos que vendrá una bebé de 6 meses, podemos imaginar que aún no se desplaza, por lo que no le pondremos objetos a su disposición que al manipular se le puedan alejar, sino objetos livianos, fáciles de agarrar, de diferentes texturas,etc.». Los objetos se distribuyen por el espacio presentado de manera sencilla y estética. «Está permitido mover, llevar, traer, apilar, empujar, remover, arrastrar, coleccionar, etc. La idea es que al poner en relación los objetos entre sí puedan adquirir experiencias significativas que no serían posibles explorando cada material uno por uno», apunta la profesional. «Los pequeños disfrutan tocando, palpando, arañando, raspando, sacudiendo, balanceando, golpeando....».
Instante de la sesión de juego libre celebrada en Fisioterapia Flor Bartolomé.TOMAS ALONSO
El papel de las familias
«Para padres y madres también es un momento para desconectar la mente y soltar la alerta porque somos nosotras quienes nos encargamos de resolver los posibles conflictos que surgen en el juego, de la seguridad y de preparar y recoger el material. Ellos únicamente tienen que observar». En esa observación, «las familias se sorprenden de la capacidad de comunicación, la capacidad para desplazarse y la creatividad de sus hijas e hijos», apunta Sheila. Y es que «si somos capaces de observar, dejar hacer y dar tiempo, disfrutaremos de observar una búsqueda activa de experiencias y la atención concentrada de nuestras criaturas. Todo un reto que, indudablemente, merece la pena».
Instante de la sesión de juego libre celebrada en Fisioterapia Flor Bartolomé.TOMAS ALONSO
En el futuro
El objetivo de estas tres madres de día es dar continuidad a la actividad el curso que viene. «En esta ocasión todas las sesiones celebradas han sido de carácter gratuito, pero la idea es formar un grupo de familias fijo, tal y como contempla la metodología, y darle continuidad a lo largo del tiempo. En cualquier caso, «tenemos que concretar y decidir tanto de qué manera y en qué lugar desarrollarla».