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Black&Green no se instalará finalmente en Miranda de Ebro

La Junta acaba el proceso para conceder autorización ambiental para su instalación en el polígono de Ircio tras no obtener de la empresa la documentación necesaria

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E. MALDONADO / Miranda

La Dirección General de Calidad y Sostenibilidad Ambiental  de la Junta de Castilla y León da por concluido el expediente abierto con la empresa Black&Green Companies tras no haber recibido respuesta a su solicitud de documentación para completar el expediente de Autorización Ambiental.

Un documento imprescindible para construir la planta de tratamiento de neumáticos fuera de uso y plásticos no halogenados mediante temólisis que esta firma proyectaba instalar en el polígono de Ircio. Por tanto, la Consejería de Fomento ha cancelado el proceso dando por desistido de su solicitud a la empresa para instalarse en Miranda, tras haber pedido infructuosamente más información.

Así concluye el culebrón informativo sobre el interés de esta empresa valenciana para desarrollar su actividad en Miranda. Un largo proceso administrativo que se iniciaba hace dos años, cuando Black&Green apostó por el polígono de Ircio, tras descartar el Valle de Tobalina ante la oposición social en la zona. También contó con esa oposición en Miranda donde, en un principio, fue desestimado por el equipo de Gobierno, que con posterioridad tuvo que asumirlo al realizarse un informe técnico que lo consideraba viable.

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Después, la propia Junta tuvo que recurrir al Boletín Oficial de la región en mayo para requerir a la empresa que presentara información complementaria para el estudio de concesión de Autorización Ambiental, dándole un plazo de diez días y una posterior prórroga de tres meses.

Plazo que acaba de concluir sin que la empresa haya establecido contacto con la administración regional. Para el alcalde, este silencio evidencia el desinterés de Black&Green por instalarse en Miranda, una circunstancia que Fernando Campo lleva señalando desde hace meses y en la que el tiempo, al parecer, le ha dado la razón.

Así, Campo señaló a este periódico que «esto ha sido la crónica de una muerte anunciada», argumentando que, además de las dudas que «nos planteó en su momento el tipo de instalación, por lo que se hacía imprescindible este estudio de impacto ambiental», en su opinión Black&Green habría «fiado su inversión a las subvenciones y eso puede suponer problemas como finalmente se ha visto», señaló.

Sin embargo, Campo destacó que «lo más lamentable es que no hayan siquiera contestado a los requerimientos de la administración», un hecho inusual en este tipo de procedimientos. Instalada en una parcela de 22.000 metros cuadrados en uno de los extremos del polígono de Ircio, la planta hubiera movido un volumen de 16.500 toneladas de plásticos al año.

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