El nuevo albergue de peregrinos estará listo este año

La apertura a los peregrinos del nuevo albergue de la capital burebana, que tomará el relevo al actual del Feria, está dentro de las previsiones del Ayuntamiento, según afirmó el alcalde briviescano Marcos Peña. La intención manifestada por el primer edil es finalizar en breve el proceso de rehabilitación de las antiguas residencias de los maestros, dando por hecho que estará terminado antes de terminar este año.El proyecto de recuperación de estas viejas edificaciones para su uso como albergue de peregrinos de la Vía de Bayona, comenzó a principios del pasado año y fue dividido en dos fases. La primera la ejecutó un grupo de trabajadores contratados dentro del programa dual de formación y empleo del ECYL, y financiado por la Junta de Castilla y León.En ella se invirtieron 96.000 euros -procedentes 50.000 de la Junta y 46.000 de fondos municipales-, con el objetivo de habilitar un espacio útil de 120 metros cuadrados en cada una de sus dos plantas.Dado que se estudió la posibilidad de dar un doble uso al albergue dedicando una de sus plantas a colectivos socioculturales, el proyecto preveía dotarle de literas para doce personas aumentando la decena de El Ferial.La principal ventaja del nuevo albergue radica en que se encuentra a poco más de un centenar de metros de la entrada de la Vía de Bayona a Briviesca desde el Paseo de la Epitafia, mientras que el Ferial está mucho más alejado, en un bloque de viviendas.57 peregrinosEn cifras, el pasado año pernoctaron en el albergue de la capital burebana 157 peregrinos, lo que muestra el interés creciente por esta ruta jacobea antecesora del popular Camino Francés.Uno de los factores comunes que hace crecer el interés por la Vía de Bayona es la cada vez mayor difusión de la primitiva ruta jacobea, que cruza La Bureba desde Pancorbo hasta su salida de la comarca por Monasterio de Rodilla.Otro de los atractivo es destacado por los propios peregrinos, que la definen como «muy auténtica» dado que su traza se mantiene por las pequeñas poblaciones que antaño unieran las calzadas romanas, precursoras de la ruta de peregrinaje.No obstante, esa sobriedad se compatibiliza con una completa y abundante señalización, tanto del propio camino como de las localidades por las que discurre, lo que permite descubrir las huellas que dejaron los peregrinos jacobeos antes de la aparición del Camino Francés.Dado que se mantiene por el trazado original, tras algunas intervenciones puntuales la seguridad de los peregrinos, caminantes, ciclistas e incluso jinetes es total, ante la casi total ausencia de vehículos a motor por la misma.También los servicios y el carácter hospitalario de los burebanos son destacados por los caminantes, que cuentan con cuatro albergues en la ruta en las localidades de Pancorbo, Briviesca, Quintanavides y Monasterio de Rodilla. Algo que les permite realizar las etapas de forma muy cómoda por la comarca.