El Correo de Burgos

Castrojeriz estudia sancionar a quienes malgasten el agua

Para ello, el Consistorio modificará la ordenanza actual e incluirá multas, «ya que el agua no es gratis, cada cisterna cuesta 500 euros y vamos a 6 diarias»

El Consistorio comenzó a pedir las cisternas en junio, cuando comenzó a incrementarse la población.-ECB

El Consistorio comenzó a pedir las cisternas en junio, cuando comenzó a incrementarse la población.-ECB

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M. M.
Burgos

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El Ayuntamiento de Castrojeriz está pensando muy seriamente llevar a cabo la modificación de la ordenanza de la tasa de agua existente, con el fin de sancionar los excesos de consumo en épocas de restricciones como la actual. Y es que a pesar de que desde junio el Consistorio ha advertido reiteradamente de la necesidad de reducir el consumo de agua, y ha colocado bandos llamando a la responsabilidad, «sabemos a ciencia cierta que algunos siguen usándola para lavar el coche o llenar las piscinas particulares», reprocha la alcaldesa Beatriz Francés.Sobregasto que ha dado lugar, por un lado, a que el pasado fin de semana tuviera que cortarse el agua por la noche; y en segundo, «provoca que dichos cortes puedan repetirse sin aviso previo, para evitar daños mayores». Pero sobre todo, ha generado un alto gasto en las arcas del Ayuntamiento, el cual lleva solicitando cisternas a la Diputación desde el mes de junio.Petición que hace que reciban suministro con las cisternas de la Diputación casi a diario de16.000 litros cada una de ellas, «llegando a ser frecuente hasta 6 en un día siendo ya más de 45 las que han podido traernos», cifran desde el Consistorio local. «Y cada una a un precio de casi 500 euros -de los que nosotros pagamos el 20 % ya que el resto lo subvencionan la Junta (50%) y Diputación (30%) -, y aún así es un dinero que, además, tenemos que adelantar nosotros».Un gasto añadido -añade- «que sale del bolsillo de todos por culpa de unos cuantos insolidarios». Algunos, critica, «visitantes veraniegos que creen que el agua es gratis y no dudan en llenar sus piscinas sin importarles más», reprocha. «Sabemos que no podemos evitar la sequía, pero sí dar al agua un uso más racional de la poca que hay».Recuerda que solicitaron ayuda ya en junio tras ver que apenas había llovido, «y con ello que los manantiales que de forma natural nos surten no tenían agua». Se inició entonces la campaña de información entre los vecinos, poco más de 600 habitualmente, que en verano se triplican. «A los que se suman los visitantes que se alojan en los establecimientos que se han abierto en la localidad» -que ya cuenta con cinco albergues-, «y los miles de peregrinos que pasan por la villa, en plena Ruta Jacobea por la provincia».Por todo ello, y ante el poco caso que los vecinos parecen estar haciendo a las advertencias municipales, el Consistorio iniciará en breve la modificación de la ordenanza. Así como la posibilidad de poner contadores que marquen el consumo exacto que cada propietario realiza, «y cobrar según dicho gasto y sobregasto, si lo hubiera».Y de forma paralela a ambas medidas, Francés asegura que solicitarán reuniones con las diferentes instituciones para lograr que Castrojeriz reciba el abastecimiento de agua de la capital. «Es algo que ya planteamos años atrás pero quedó aparcado porque no hubo tanto problema, pero visto lo sucedido este año ahora insistiremos para iniciar los pasos cuanto antes», asegura.Desde la Diputación explican que junto a Castrojeriz, otro caso complicado es el de Lodoso, donde llevan semanas cortando el agua desde las 20 horas a las 8 de la mañana. «Y sólo son dos de las muchas peticiones, de las que habrá más pues los pocos que no lo han pedido están comenzando a agotar sus reservas». Es el caso de Tordómar, cuya alcaldesa, Inma Sierra, asegura que «hasta ahora no lo hemos necesitado ya que tenemos muchos manantiales, pero si no llueve no lo veo tan claro en septiembre», confiesa.Sequía frente a la cual Burgos puede presumir del bajo descenso que ha causado en sus embalses en comparación con el fuerte bajón sufrido en el resto de los existentes en la región. En el caso del Arlanzón, cuenta con 13,8 hectómetros cúbicos de los 22 de capacidad total; mientras el de Úzquiza, con capacidad para 75 hectómetros cúbicos, cuenta aún con casi 30.La Diputación ha surtido con cisternas de 16.000 litros a más de 45 localidadesLa responsable del Servicio de Fomento de la Diputación, la diputada provincial Montserrat Aparicio, también hace un llamamiento a la solidaridad «ya que la falta de lluvia es algo que no podemos controlar -lo que está haciendo de éste uno de los años más secos en mucho tiempo-, pero sí que el gasto y las molestias para nuestros convecinos sean menores». Y es que si bien el caso de Castrojeriz es uno de los más remarcados en la provincia.Aparicio explica que hasta ahora, «45 localidades han solicitado el servicio de cisternas, a las que seguramente se sumen más a lo largo de septiembre si la lluvia no termina de llegar», teme.Recuerda que la Diputación tiene un convenio con tres empresas por el que ponen a su disposición 3 camiones cisterna -con cabida para 16.000 litros cada una-, que trabajan por la zona norte y sur, así como una cuarta de refuerzo con una capacidad de 11.000 litros. «Todos ellos vehículos específicos para el transporte de agua, tal y como marca la ley desde hace unos años», recalca.Reitera su invitación a los vecinos de los pueblos a controlar el gasto, ya de por sí alto en verano al ser uno de los momentos en que más gente acude a los pueblos.«Problema inevitable, el de la ausencia de lluvia, que a pesar de todo los municipios han intentado con sus medios paliar en cierta forma», defiende, recordando que muchos ayuntamientos han llevado a cabo en estos años arreglos y mejoras en sus sistemas de bombeo, depuradoras y canalizaciones de agua. «Conscientes de que esa parte sí es cosa suya como ayuntamiento, con el fin de asegurar este servicio esencial a sus vecinos». Actuaciones en las que, añade, la Diputación ha querido ayudar en forma de «varias líneas de subvenciones provinciales, destinadas a este tipo de mejora de depuradoras y del ciclo del agua».Y es que, como recuerda, años atrás las fugas y el mal estado de estos equipos eran a menudo los motivos más frecuentes de que los pueblos se quedaran sin agua. «Y sin embargo, excepto en varios casos contados, esta vez la principal causa está siendo la sequía».

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