El Correo de Burgos

Quintanalara aspira a convertir la trufa en su «seña de identidad»

Con su feria anual, la localidad promociona un nicho de mercado que «ayuda a quedarse» en el medio rural

Heras, Íñiguez, Álvarez, Aparicio y Camarero posan con trufas de Quintanalara.-Heras, Íñiguez, Álvarez, Aparicio y Camarero posan con trufas de Quintanalara.

Heras, Íñiguez, Álvarez, Aparicio y Camarero posan con trufas de Quintanalara.-Heras, Íñiguez, Álvarez, Aparicio y Camarero posan con trufas de Quintanalara.

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A finales de enero siempre huele a trufa en Quintanalara. Los productores de la zona ya han hecho balance y aguardan con impaciencia su feria anual, el mejor escaparate para dar a conocer un producto que aspira a convertirse en «seña de identidad» de la comarca y un «revulsivo» económico, a largo plazo, eso sí, frente a la despoblación por falta de oportunidades. Por ello, Burgos Alimenta no ha dudado en sumarse un año más a la «defensa» y promoción del ‘oro negro’, un recurso natural «muy importante para muchas provincias», tal y como remarcaba ayer la máxima responsable del organismo, Montserrat Aparicio.Con tres ediciones a sus espaldas, la Feria de la Trufa Negra de Quintanalara encara una nueva entrega este fin de semana (sábado y domingo) con el objetivo de exponer las cualidades gastronómicas de un producto que casa bien con casi todo y, al mismo tiempo, promover su cultivo en el medio rural.Respecto a este segundo punto, el alcalde de Quintanalara,Rubén Heras, volvió a reconocer que Soria «nos lleva años de adelanto». Lo mismo sucede con Teruel y otras provincias españolas, ya que «sus administraciones apostaron por este producto antes que otras». En cualquier caso, pese a que la implantación de una finca trufera es «costosa» en términos de inversión y «hay que esperar» a que dé sus frutos, el regidor reiteró que su desarrollo «ayuda a quedarse» en los pueblos. Claro ejemplo el de la localidad turolense de Sarrión, con «paro cero» gracias a la trufa.La principal novedad de este año, según apuntó el teniente de alcalde de Quintanalara, Ramón de Pablo, es el maridaje de cerveza artesana burgalesa con platos trufados a cargo del sumiller Víctor Sagredo (Norte Gastrobar) y el chef Alfonso Camarero (Mudarra). De Pablo también destacó la asistencia de Kaitin Venero, concursante de MasterChef Junior, quien «se va a quedar con el público».Aparte de Camarero, dispuesto a «dar protagonismo» a las trufas y a la carne de la Demanda, el plantel de cocineros se completa con Óscar Alonso (Carmen Bar), Cucho Íñiguez (El Fogón de Jesusón) y Patxi Álvarez (Tábula Gastrobar). Aprovechando la presentación de la feria, Íñiguez se mostró convencido de que esta iniciativa favorece el «interés» creciente por un manjar que «se puede utilizar con casi todos los productos de nuestra gastronomía». Álvarez, por su parte, ensalzó la «apuesta» de Quintanalara por impulsar la «economía sostenible» en el territorio.170 hectáreas en toda la provincia y 50 asociadosA día de hoy, la provincia de Burgos cuenta con alrededor de 170 hectáreas destinadas al cultivo de trufa. Su proliferación, lejos de concentrarse en zonas concretas, se desarrolla de forma paulatina en todo el territorio. La comarca de Lara, según precisaba ayer Rubén Heras, acapara entre 30 y 40 hectáreas. Entretanto, Arlanza y Ribera han «avanzado muy bien» durante los últimos años. Además, las plantaciones comienzan a ganar terreno en el norte, sobre todo en el entorno de Melgar y Castrojeriz.También avanza la Asociación de Truficultura de Burgos (Atrubur), con 50 socios en activo dispuestos a «desarrollar nuevas técnicas» para garantizar un mejor manejo del cultivo. En lo que respecta a la última producción, Heras reconoció que ha sido «regular». No obstante, el resultado fue mejor de lo esperado, ya que en principio pensaba que sería peor para las plantaciones naturales. Lo mejor de todo, sin lugar a dudas, es que la calidad de la trufa sigue siendo «buena» en «tamaño, textura y olor».

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