El Correo de Burgos

RIBERA

La Junta condena al cierre a la Escuela de Panificación

La formación no será concertada tal y como solicitaba el sector

Burgos

Creado:

Actualizado:

Se puso en marcha hace un año con grandes expectativas, pero la negativa de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León de concertar la formación condena a la Escuela de Panificación e Industrias Alimentarias San Gabriel -proyecto que se quería llevar a cabo en el Centro Tecnológico Tomás Pascual (Ctacyl)- a un cierre seguro. «Es una pena, porque por un lado era algo que llevaban demandando las empresas tres años y, por otro, iba a ayudar a dar a una alternativa a los muchos chavales de la zona que no tienen el título de la ESO», explica el director de la Ciudad de la Educación San Gabriel, Enrique García Agüera, al recordar que el programa estaba principalmente dirigido a los alumnos con edades comprendidas entre los 15 y los 18 años que tras fracasar en Secundaria tienen pocas posibilidades de acceder al mundo laboral.«El primer año se ha podido hacer gracias a la Consejería de Empleo, pero ahora...», lamenta visiblemente apenado porque «se nos llena la boca con la creación de empleo, pero luego cuesta mucho sacar adelante estas iniciativas que, al fin y al cabo, buscan ajustar la formación a lo que demanda el mercado y las empresas». Asimismo, subraya que «están condenando a las panaderías de los pueblos del sur de la provincia, más de 50, al cierre porque todas ellas precisan personal para garantizar el relevo generacional».En el sector del pan, la noticia cae como un jarro de agua fría, ya que a la competencia feroz de las multinacionales y sus barras de pan a 30 céntimos, los panaderos locales deberán buscar alternativas a la falta de personal cualificado. «Muchos están cerrando», advierte el presidente de la Asociación de Panaderías de Burgos (Aspanbur), Antonio de las Heras, a sabiendas de que sin la escuela de formación, buscar personal es todo un reto. «Al final tienes que ir al paro, coger a gente sin formar y a veces sin idiomas. Es tremendo», asegura con la vista puesta en su último trabajador contratado, un joven que se formó en la escuela de panificación y que tras realizar sus prácticas ha pasado este mismo mes a formar parte de la plantilla. «La formación es importantísima, estoy encantado con él», confiesa.El empleado fue uno de los 30 alumnos de la primera edición que se pudo poner en marcha gracias al respaldo de la Consejería de Empleo. «Todos sabíamos que era una medida temporal y confiábamos en que la Consejería de Educación diese el paso para estabilizar esta formación tan importante», lamenta el director del centro.TitulacionesDesde San Gabriel insisten en que para crear empleo en un municipio con 3.000 parados es primordial adaptar la formación a las necesidades de las empresas y adecuar el mapa de titulaciones. «No puede costar tanto», apremia García Agüera mientras cita los ejemplos de la escuela de Soldadura, la del Vino o la de mantenimiento electromecánico, cursos en los que los alumnos encuentran después trabajo. «No hay población juvenil altamente cualificada, y los que la tienen estudian fuera y ya no vuelven», reprocha preocupado porque sin personal preparado no solo se corre el riesgo de que no lleguen nuevas inversiones, también se puede llegar a deslocalizar alguna empresa. Por lo tanto, «hay que poner solución a la falta de cualificación de la población juvenil», urge.Un argumento que comparte la propia exministra de Empleo, Fátima Báñez. «La mitad de los parados no ha terminado Educación Secundaria Obligatoria», advertía ayer en Aranda a sabiendas de que en algunas provincias el porcentaje es todavía mayor. «Es fundamental que en esta nueva economía digital nuestros jóvenes estén formados y capacitados, y en ello nos tenemos que implicar todos», manifestó al recordar que, según la Comisión europea, cada dos empleos que se destruirán en la economía real aparecerán cinco en la economía digital. Así pues, «España tiene que estar preparada», concluyó.

tracking