El Correo de Burgos

Fallece un niño ahogado en la piscina de una finca particular

Ubicada en Ciruelos de Cervera, se cree que el pequeño de 3 años que jugaba con otros niños que habían salido a secarse, pudo quitarse los manguitos y caerse al agua

El pequeño fallecido estaba  jugando con su hermana y otros niños en la piscina con que cuenta esta finca particular, de cuyo cuidado se encargan sus padres.-I. L. M.

El pequeño fallecido estaba jugando con su hermana y otros niños en la piscina con que cuenta esta finca particular, de cuyo cuidado se encargan sus padres.-I. L. M.

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M. M.
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La pequeña localidad de Ciruelos de Cervera sigue hoy consternada tras la muerte, en la tarde de este viernes, de un niño de apenas tres años de edad en la piscina de la finca particular en la que trabajan sus padres. Desgracia que ha envuelto la villa cercana a Lerma en un gran pesar, y que ya investigan los cuerpos de seguridad, así como las circunstancias que rodearon la tragedia ya que se cree que pudo deberse a la fatalidad.En estos momentos continúa la investigación abierta por la Guardia Civil sobre el suceso con el fin de aclarar las circunstancias que rodearon el fatal desenlace. Y es que el pequeño habría pasado la tarde jugando en la piscina con otros niños, entre ellos su hermana mayor de 7 años de edad, tras haber disfrutado como espectadores en la mañana con sus familias, del paso de los ciclistas de la Vuelta a Burgos por esta pequeña localidad de poco más de 30 habitantes.Fue ya entrada la tarde cuando tras salir el resto de los niños del agua para ir a secarse, el pequeño pudo volver y caerse a la piscina sin llevar puestos los manguitos que mientras jugaba con el resto le ayudaron a flotar sin peligro. Elementos para nadar que, como se baraja, el pequeño pudo quitarse para ir fuera con el resto, y cuya ausencia facilitaron su ahogamiento dando lugar a los fatídicos minutos que desgraciadamente bastaron para causarle la muerte.Los padres, quienes enseguida notaron su ausencia y al hallarlo en la piscina lo sacaron rápidamente del agua, intentaron reanimarle a la vez que daban aviso a las urgencias médicas de Sacyl, desde donde se envió una ambulancia con soporte vital y el helicóptero medicalizado, a los que se sumó una dotación de la Guardia Civil. Sin embargo, y a pesar de los intentos por reanimarle, no pudieron hacer nada por él.Asimismo, se solicitaron también los servicios de un equipo de psicólogos ante el trágico accidente, que permaneció en el lugar con el fin de atender a los presentes, sobre todo a los padres del pequeño.Llegada el pasado año de Ciudad Real, el joven matrimonio se encargaba desde otoño de las labores de cuidado y guarda de una finca particular perteneciente a una conocida familia de empresarios burgaleses, la cual se halla a unos kilómetros del pueblo, en una carretera secundaria en dirección a la vecina localidad de Pinilla Trasmonte.Distancia que, sin embargo, no impidió a la familia «ser una más de la localidad desde su llegada en noviembre», remarcaban ayer algunos de los vecinos. «Les conocíamos todos, son una pareja joven de apenas 35-40 años con los que coincidíamos en el bar, se les veía paseando con los críos, participaban en las fiestas...», añaden. «Es más, la niña va con mi nieta al colegio y el pequeño creo que empezaba este septiembre también», añade una vecina.Total integración en la localidad burgalesa que confirmó desde el Consistorio el alcalde, Alfredo Alonso, quien se mostraba apenado por el suceso, «porque eran uno más desde que vinieron», reiteraba, «por lo que vamos a decretar varios días de duelo con los que queremos trasladar a la familia nuestro pésame y el dolor que compartimos todos», comentó, poniéndose a disposición de la familia para lo que necesiten.Con apenas 30 vecinos, que en fechas veraniegas se multiplican con la celebración esta misma semana de la fiesta local de San Roque, todos muestran su tristeza por el percance, «ya que aunque no eran de aquí y habían venido hace poco, se habían integrado muy bien en la localidad, participaban en muchas cosas tanto ellos como sus dos pequeños», comentaban.La localidad, a 28 kilómetros de Lerma, ha visto cómo estos días se multiplicaba su población gracias a la celebración del evento deportivo, así como de la fiesta local de San Roque. Muchos de ellos habitantes estivales que si bien afirmaron haber visto pasar esa tarde a la Guardia Civil y a los equipos médicos y de psicólogos, confesaron no haber sabido nada hasta el día siguiente al no conocer personalmente a la familia, pues muchos de ellos no viven de continuo en el lugar. «Lo que sin embargo no evita que nos dé mucha pena y nos toque de cerca».

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