El Correo de Burgos

DE PUEBLO EN PUEBLO RIBERA DEL DUERO

«Seguimos con problemas para tener al médico una vez a la semana»

MONTSE MONJE / Alcaldesa de Terradillos de Esgueva. A sus 46 años, lleva media vida en el Ayuntamiento del pueblo que la vio nacer

La alcaldesa, Montse Monje, posa junto a la iglesia de San Andrés. L. VELÁZQUEZ

La alcaldesa, Montse Monje, posa junto a la iglesia de San Andrés. L. VELÁZQUEZ

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LORETO VELÁZQUEZ / ARANDA
Burgos

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A diferencia de los grandes políticos, Montse Monje Tamayo no cobra un euro, pero dedicación no falta. La encontramos entre olor a leña, con su portátil en mano, revisando su último proyecto: la rehabilitación del antiguo lavadero. 

P.- ¿Cómo se metió en política?

R.- Me fui a estudiar la carrera a Salamanca y cuando volví, la entonces alcaldesa, Eloísa, me pidió que formara parte del equipo y comencé como concejala y en los últimos cinco años, compatibilizo mi profesión como gestora en una inmobiliaria con la Alcaldía. 

P.- ¿La denostación de la política a nivel nacional llega a los pequeños pueblos?

R.- Desgraciadamente sí y la verdad que es injusto, porque aquí ninguno cobramos ni un solo euro, ni siquiera por los plenos. Estamos porque queremos que nuestro pueblo crezca y mejore pero muchas veces lo que cobras son palos y enemistades. Yo pese a todo, me quedo con lo bueno, que es mucho. Por otro lado, igual que defiendo la labor de concejales y alcaldes que trabajan desde el altruismo, he de destacar también la dedicación de funcionarios como la Secretaria municipal que no tiene reparos en trabajar sábados, domingos y lo que haga falta.

P.- ¿Cómo ha cambiado Terradillos de Esgueva con el paso del tiempo?

R.- Pues hemos perdido población y cada vez está más envejecida. Sin embargo y aunque ahora necesitan más que antes, los servicios han ido a menos. 

P.- Empecemos por Sanidad.

R.- Recuerdo que antiguamente teníamos médico todos los días. Luego pasamos a tres veces por semana y ya, antes de la pandemia, empezamos a tener problemas para que viniera un día. En nuestro caso tuvimos un problema añadido porque la plaza la cogió un liberado sindical que no aparecía y la verdad es que nos cuesta estar informados. La comunicación con la gerencia debería ser más fluida.

P.- ¿Cómo están ahora?

R.- Creo que nos han adjudicado a uno en comisión de servicio pero seguimos teniendo problemas para tenerlo una vez a la semana. También es verdad que no creo que seamos los únicos. Es algo que afecta a Castilla y León pero también a otras muchas ciudades y pueblos de España. 

P.- Pasemos a educación. ¿Tienen niños?

R.- Ninguno. Es una pena. Hace años sí hubo colegio porque había niños pero desde hace años no hay y no tenía sentido mantenerlo abierto.

P.- ¿Qué se puede hacer para atraer a familias?

R.- Hombre, los servicios básicos como Sanidad o telecomunicaciones son fundamentales pero también tenemos un problema de vivienda. Nosotros somos un ayuntamiento pequeñito con un presupuesto muy limitado y aunque nos encantaría invertir en viviendas de protección social no está a nuestro alcance. Por eso necesitaríamos que la gente que tiene casa aquí y, que no viene, se planteara la posibilidad de alquilar su vivienda. Podría ser un revulsivo importante.  Por otro lado, vamos a destinar los planes provinciales, que son unos 36.000 euros, para convertir la antigua escuela en dos apartamentos. A ver si tenemos suerte y con el alquiler social se animan parejas jóvenes. Si tienen hijos, mejor que mejor.

P.- ¿Qué proyectos tienen entre manos ahora?

R.- Estamos acondicionando un lavadero y recuperando su entorno. Es una antigua tradición pero lo cierto es que a día de hoy aquí se sigue utilizando para cosas puntuales. Luego tenemos también una antigua padilla que ha cedido una familia, que es un horno de pan, que estamos recuperando gracias a la labor de varios voluntarios.

P.- No tienen panadería, ni pescadería ni frutería, pero la venta ambulante les tiene bien surtidos.

R.- Sí, desde luego y no fallan, ni siquiera con la nevada. Tenemos panadería seis días a la semana, pescado todos los días menos domingo y lunes, y unos tres fruteros. Falta la carne.

P.- Siempre les quedará el bar.

R.- ¡Por supuesto! Desde el verano hay una nueva gestión y estamos encantados. Un bar es importante para socializar y para mantener el ánimo.

P.- ¿Cómo se organizaron en la nevada? 

R.- Pues un poco entre todos. Aquí cuando en la casa hay pocos toca arrimar el hombro, empezando por la alcaldesa (ríe).

P.- ¿Cómo es la relación con la administración provincial y regional?

R.- Soy una gran defensora de las diputaciones porque creo que su labor es fundamental para los pueblos como el nuestro. Les llamo y saben dónde está Terradillos, conocen nuestras necesidades. En cambio, y aunque no sea muy diplomático decirlo, me generan mis dudas las Comunidades Autónomas. Falta comunicación y en cambio, sobra burocracia, que cada vez hay más.

P.- ¿De qué vive Terradillos de Esgueva?

R.- Principalmente de agricultura, sobre todo vino y cereal. 

P.- ¿Qué es lo más le gusta de sus vecinos?

R.- La solidaridad y así quedó reflejado en octubre cuando un vecino rumano falleció y la gente no dudó en aportar dinero para su sepelio. 

P.- En los cinco años que lleva al frente de la Alcaldía, ¿qué proyecto destacaría?

R.- Pues algo que no ve pero que se nota: la canalización de agua. Somos uno de los pocos municipios que tenemos cambiada toda la red de aguas. La anterior alcaldesa dejó el proyecto general y una de las fases hechas y en estos años hemos desarrollado las otras ocho fases con planes provinciales. 

P.- Con un presupuesto limitado, no será fácil elegir inversiones.

R.- Desde luego, pero tenemos claro que hay que invertir en proyectos que luego se puedan mantener. De nada sirve hacer un edificio o unas piscinas, que por cierto tenemos al lado, si luego no hay dinero para mantenimiento. Sería dilapidar el dinero público.

P.- ¿Qué le gustaría lograr como alcaldesa?

R.- Que llegasen empresas y emprendedores. Ahora hay un jóven que ha abierto un negocio de carpintería. Ojalá se animen más. Me encantaría.

P.- Las telecomunicaciones son vitales.

R.- Si, y aquí tengo buenas noticias. Creo que a finales del mes que viene, Telefónica nos pondrá por fin la fibra. 

P.- Tras estudiar en Zaragoza cursó la carretera de Ingeniería Técnica en Salamanca. ¿Le costó volver?

R.- Pues la verdad es que se me hacía cuesta arriba. Me costó un poco pero ahora, si pudiese volver atrás, haría lo mismo. Me encanta mi pueblo. Aquí se vive francamente bien.

 

Cuando un bar te cambia la vida

Mientras los pequeños municipios se vacían sin remedio, la pandemia y los confinamientos han abierto la puerta a muchas personas de ciudad que han visto que en los pueblos hay una alternativa de vida.

Es el caso de Carmen, la nueva gerente del bar de Terradillos de Esgueva. «Vi por internet que el Ayuntamiento buscaba a alguien para llevar el bar y yo, que trabajaba en un gimnasio, estaba en ese momento en ERTE. La verdad es que llamé sin casi saber ni dónde estaba.

No conocía a nadie y me vine sola pero estoy feliz», explica esta mujer que ha dejado Madrid después de 22 años.

Pese a las dificultades actuales, las restricciones y los cierres de hostelería, no pierde la sonrisa. «Si no me echan del pueblo, yo me quedo», bromea. La alcaldesa zanja cualquier duda. «Carmen no se va».

 

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