El Correo de Burgos

“Aranda es una ciudad que no tiene en cuenta a las personas con problemas de movilidad”

La asociación Disfar denuncia que ni siquiera las obras nuevas cumplen la normativa de accesibilidad

Inocente Gete muestra las barreras que tiene el nuevo parque de la Glorieta Rosales

Inocente Gete muestra las barreras que tiene el nuevo parque de la Glorieta RosalesLoreto Velázquez

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Aranda

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Desde que salen de casa su vida es una odisea. Condenados a desplazarse con una silla de ruedas, sufren a diario los problemas de accesibilidad de una ciudad que, advierten, no les tiene en cuenta. “Desde que me cortaron la pierna en diciembre, o salgo acompañado o miro muy bien por dónde me voy a mover porque hay muchísimos bordillos y barreras que para mí son imposibles”, asegura Inocente Gete Pineda.

Su vida cambió de forma radical en septiembre de 2002 cuando sufrió un accidente laboral que le llevó directo al quirófano. “En la operación cogí una bacteria y desde entonces he tenido muchísimos problemas”.

Tras 26 operaciones, Inocente se quedó ligado a unos bastones pero un repunte inesperado de la bacteria no dio opción y en diciembre de 2022 le cortaron parte de la pierna izquierda. “Se supone que cuando me den la prótesis podré volver a caminar pero por ahora tengo que moverme con la silla de ruedas”.

José Luis Moreno

José Luis MorenoLoreto Velázquez

En el caso de José Luis Moreno, la silla no dejará de ser indispensable porque su problema tiene difícil solución. “Yo voy con la silla con motor pero hay bordillos que no puedo subir. Estamos muy limitados”.

No hay ningún interés

Ambos reivindican desde hace años dentro de la Asociación de Discapacitados Físicos de Aranda de Duero y la Ribera (Disfar), un colectivo que en Aranda representa a 54 personas afectadas. “Al Ayuntamiento se lo hemos pedido de todas las formas pero no nos hacen ni caso. No tienen ningún interés”, lamentan mientras recorren con sus sillas, las nuevas obras que está haciendo el Ayuntamiento y que “tampoco cumplen con la Ley de Accesibilidad”.

Según explican, tanto en las obras de la Avenida Castilla como en las de la Glorieta Rosales se está poniendo un pavimento táctil que “no es uniforme con el circundante ni con el que sigue en los vados peatonales enfrentados”.

Aunque el artículo 20 del Decreto 217/2001 de Accesibilidad y supresión de barreras impone que cada ayuntamiento acuerde un único criterio respecto a la simbología, color y textura del pavimento táctil, en Aranda el color va cambiando en función de la calle. “Hay casi una decena de diferentes pavimentos de textura y color; una situación que más que beneficiar, lo único que consigue es confundir a los discapacitados visuales”.

No es el único problema. “En un mismo paso de cebra hay un bordillo aplanado y el otro no. Luego en el parque que están haciendo, en la Glorieta Rosales, en la única zona donde se puede estar a la sombra, que no sea zona de juegos o deportiva, han puesto arena como suelo por lo que no podemos entrar con sillas de ruedas”, lamenta José Luis, a sabiendas de que los problemas se extienden por toda la ciudad. “Solo hay que ver las plazas de aparcamiento reservadas para personas con movilidad reducida: muchas están ocupadas por vehículos sin la debida autorización, hay usos fraudulentos de tarjetas por personas no titulares y también se ocupan para carga y descarga”, denuncia.

Las plazas de aparcamiento están además “mal señalizadas”. “Aquí, por ejemplo, en la Avenida Castilla se han colocado señalizaciones verticales que no corresponden con la normativa y que inducen a confusión, porque según la señalización actual, cualquier conductor puede parar en este lugar durante dos minutos, mientras que con la señal del Símbolo Internacional de Accesibilidad (SIA) estaría totalmente prohibido aunque el conductor se encuentre en el vehículo”.

Moverse por la ciudad es muy complicado para las personas que se ven obligadas a ir en silla de ruedas

Moverse por la ciudad es muy complicado para las personas que se ven obligadas a ir en silla de ruedasLoreto Velázquez

"No podemos pasar con tanta terraza"

Mención especial merece la proliferación de terrazas y veladores. “¿Hasta cuándo se va a tener que pedir permiso a los propietarios de establecimientos para poder desplazarse libremente por las calles de Aranda?, ¿Hasta cuándo la manga ancha que desde el Ayuntamiento se está dando a los propietarios de terrazas en perjuicio de colectivos de discapacitados y público en general para ocupar el itinerario peatonal accesible?”, cuestionan.

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