El Correo de Burgos

Ocho alcaldes de la Ribera se unen contra la proliferación de granjas de cerdos

Consideran que no crean empleo y ponen en riesgo a la población y a la fauna

Los alcaldes representan a los pueblos de Fuentecén, Hoyales de Roa, Fuentelisendo, Adrada de Haza, La Sequera, Haza, Hontangas y Fuentemolinos

Los alcaldes representan a los pueblos de Fuentecén, Hoyales de Roa, Fuentelisendo, Adrada de Haza, La Sequera, Haza, Hontangas y FuentemolinosLoreto Velázquez

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Aranda

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Ocho alcaldes y un objetivo común: conseguir que la Junta de Castilla y León endurezca la normativa actual y se proteja a los pueblos de la proliferación de granjas porcinas. “Aquí vivimos 2.000 personas, una cifra que en verano se multiplica por 2 o incluso por 3. ¿De verdad alguien piensa que este tipo de granjas, que al final terminan en macrogranjas de 6.000 animales, favorecen a nuestros pueblos?”, cuestiona el alcalde de Fuentemolinos, Sergio Martínez, decidido a evitar la instalación de una granja en su municipio.

No está solo. Le acompañan en esta lucha el resto de pueblos que como él pueden verse afectados por la contaminación del agua con nitritos, los olores y el quebranto ambiental que, en su opinión, causará en el vulnerable y preciado Páramo de Corcos.

Los alcaldes de Fuentecén, Hoyales de Roa, Fuentelisendo, Adrada de Haza, La Sequera, Haza, Hontangas y Fuentemolinos coinciden: las granjas de ahora nada tienen que ver con las granjas familiares de antes. “¿Qué beneficio dejan? El IBI apenas supera los 1.000 euros. ¿Qué hacemos con mil euros? Eso no da ni para pagar la potabilizadora y tampoco genera empleo porque según me confirmó el propio promotor, la llevará una sola persona. Son todo inconvenientes”, lamenta Martínez a sabiendas de que en la zona hay 17 granjas en manos de un solo empresario. La plantilla total cuenta únicamente con 18 trabajadores. “¿Por qué se empeñan en permitir que vengan a nuestros pueblos?”, reprocha.

Los riesgos, insisten, son muchos, empezando por el agua que beben los vecinos. “Aquí todos nos surtimos del acuífero del Páramo de Corcos, una zona que es vulnerable a filtraciones por la caliza del suelo”, explica el alcalde de Fuentelisendo, Álvaro Domingo.

Según consta en un informe, el acuífero a día de hoy está en buen estado químico. Mide 85 metros de profundidad y por la poca pendiente del páramo tiene un riesgo alto de permeabilidad. “Por eso es sensible a contaminación”, reiteran los alcaldes de Hoyales de Roa y Fuentecén, Jesús Ursa y Juan Antonio Martín.

Del mismo modo preocupan los riesgos que pueda acarrear a la fauna, especialmente a especies catalogadas en riesgo de extinción como la avutarda, el sisón y la alondra ricotí. También inquieta el futuro de otras especies vulnerables como el cernícalo primilla, el alcaraván, la ganga ortega y la ganga ibérica. “El Páramo de Corcos es único en Europa”, urgen.

Molestias

La granja se situará, además, en la zona alta del municipio y coincidiendo con el impulso del viento predominante. “Aquí van a ser todo olores”, lamenta el edil, sin olvidar el delicado estado de la única carretera que conecta el pueblo y que es propiedad de Diputación. “El técnico independiente que contratamos nos dijo que solo con el volumen de camiones que necesita la obra de la explotación, la carretera no iba a aguantar”, argumenta el regidor de Fuentemolinos, con la atención puesta en el continuo paso de camiones por el pueblo y la inseguridad que creará.

Por todo ello, el Ayuntamiento negó la licencia, convencido de que sin informe de impacto medioambiental no se puede dar legalmente la autorización. Sin embargo, el juez opina lo contrario y tras rechazar más de cinco recursos del Consistorio, el último auto era claro: la licencia se otorgaba por vía judicial.

Las esperanzas están puestas ahora en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. El recurso se aferra a la jurisprudencia de sentencias como la dictada en Haza, donde se evitó la implantación de una nueva granja por la presencia de la alondra ricotí, especie en peligro de extinción.

Los alcaldes no esconden su indignación. “Granjas, molinos, placas solares… ¿Por qué no lo ponen en los polígonos industriales? ¿Por qué lo quieren traer a los pueblos? No los ponen aquí porque el suelo es más barato y como somos pocos…”, lamenta el alcalde de La Sequera, Roberto Arroyo. “Se les llena la boca con la España Vaciada en precampaña pero luego nos dejan”, lamenta el alcalde de Hontangas, José Antonio Fernández.

Según detalla el alcalde de Fuentemolinos, el promotor presentó el proyecto en marzo de 2021. “En principio es para 1.999 cerdos, pero ya sabemos cómo funciona esto. En cuanto empiezan piden la ampliación”, asegura mientras pone como ejemplo Haza. “Aquí no la habían terminado y ya la habían solicitado”, confirma el alcalde de Haza, Antonio Muñoz.

No es la primera vez que la Ribera del Duero se alza contra estas granjas. Ya lo hizo el propio Consejo Regulador de la Denominación de Origen al entender que la posible contaminación de nitritos puede afectar a la calidad del vino. “Sorprende que precisamente haya sido una bodega del pueblo la que haya cedido los terrenos para la granja”, lamenta el alcalde de Fuentemolinos.

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