Fuentenebro ayuda a cinco familias que perdieron su casa por la Dana

La Ribera es una comarca solidaria y siempre responde. También lo ha hecho con los damnificados por la Dana, una riada que dejó, el pasado 29 de octubre, un total de 224 fallecidos, dos desaparecidos, 1.656 viviendas no habitables y un drama que continúa muy vivo. Este fin de semana, el profesor de Universidad, Ángel Narro, entregó a cinco familias los 3.600 euros que recaudó en su pueblo, Fuentenebro. “Con 136 vecinos, es una pasada. Estoy orgullosísimo”, afirma.

Ángel agradece la colaboración prestada, tanto por la hostelera Begoña López, desde su cocina de El Rincón del Pasado, de donde salió la garbanzada solidaria, como por las personas que se acercaron, muchos de pueblos de alrededor, y el equipo de voluntarios formado, entre otros, por personas como Estrella, Lucía, Merce, Mari Carmen, Mari Jose, Raquelina, Estefanía, Conchi, Manu, Eugenio, Julián, Carmen Elisa, Alfredo, Fernan, Mateo o Abel. “Entre pinchos y garbanzos, se jugaron diferentes bingos en los que se dieron como premios cestas de productos que habían donado los patrocinadores del evento: Todolibro, Galería Rodrigo Juarranz, Carrocerrías Narro, Bodegas Vetusta, Cervezas Mica, Casa Rural Entreviñedos, Editorial Rhemata, Narro Grupo Logístico y Noisha”, añade, sin olvidar las pinturas con representaciones de la fiesta local de San Lorenzo, de la artista local Aurora López, “que también las donó para la ocasión”.

La entrega, asegura, fue muy emotiva. “Son familias de Paiporta, Catarroja y Massanassa que vivían en los bajos y que se han quedado sin casa”. Salvo una, que ya había ayudado previamente y que recibió una aportación menor, el resto recibió 800 euros que utilizarán para arreglar lo que ha quedado y comprar algunos muebles. “Dos familias tienen niños y, luego, está una señora de 86 años, que es la abuela de una antigua alumna mía y cuya casa quedó superdestrozada porque el agua tiró el tabique que da al patio de la entrada del edificio. La verdad es que fue muy emocionante porque, aunque no es mucho dinero, nota el calor de la gente y sabe que no está sola”.

Tras recorrer la zona este fin de semana, Ángel hace un llamamiento a la solidaridad. “La situación sigue siendo muy límite. A nivel de infraestructuras, las vías principales están arregladas, salvo el metro, que prevén que se reactive a principios de marzo, pero, a nivel particular, sigue todavía muy mal. Quedan muchos edificios por limpiar, sobre todo, bajos, garajes y huecos de ascensores”.

El olor, lamenta, es devastador. “Como el agua estuvo muchos días, la humedad ha impregnado todo y el arreglo va a ser muy lento porque, además, hay un colapso de los oficios que se necesitan, como electricistas, albañiles o pintores”, apremia, molesto porque, aunque la Dana ha mostrado una vez más la solidaridad de España, algunos aprovechan “para subir precios”. “Al final, sale lo bueno y lo malo”.

Preocupa también el trauma que esta crisis está dejando en unos niños que tienen miedo a que “vuelva a pasar”. “Muchos de ellos siguen desplazados en otros coles, muchos van con unidades completas, pero a algunos les toca ir solos. Su vida ha cambiado por completo. Esto les ha marcado a todos, niños y mayores”.

"Es importante que sigamos ayudando"

Aunque conocía a la mayoría de las cinco familias, porque muchos son amigos suyos personales, hay una que le llegó de casualidad. “Me contó una vecina su historia y decidimos incluirla. Es una chica joven con dos niños pequeños… Es una pena porque, aunque es verdad que intentas poner tu granito de arena, ahí ves que nada es suficiente. Quedan muchas familias con necesidades, por eso es importante que sigamos todos ayudando”.

Ángel es profesor de Filología Griega de la Universitat de València y reside en la capital del Turia, pero siempre veranea y pasa la Semana Santa en su pueblo paterno, Fuentenebro (Burgos). “Aquí veraneamos desde que éramos muy pequeños y nos encanta venir porque todavía tenemos familia aquí y, además, es un pueblo con mucha vida”.