El Correo de Burgos

Comerciantes de Aranda piden más seguridad. “Nos sentimos desprotegidos”

Exigen mas presencia de policía de paisano y mayor dureza judicial contra los reincidentes

La calle Isilla es la principal avenida comercial de Aranda

La calle Isilla es la principal avenida comercial de ArandaLoreto Velázquez

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Aranda

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Primero fue la droguería París, luego el establecimiento hostelero Tio Juanillo y, en los últimos días, las tiendas de moda Inside y Décimas y una droguería. “Lo que más nos preocupa es que, según nos ha dicho la Policía, el que nos entró a nosotros va con un arma blanca, una navaja o algo así. La verdad es que tenemos miedo y nos sentimos desprotegidas”, lamenta la gerente de la tienda deportiva Décimas.

La mayoría coincide: los ladrones son “viejos conocidos”, han robado en más de una ocasión, pero, como no superan en valor los 400 euros, el delito se queda en un hurto que “no va a ninguna parte”. “Ellos saben muy bien que no les va a pasar nada”, lamentan.

Así lo han comprobado algunas comerciantes en el mismo tribunal. “Yo, cuando fui, la juez, me decía que solo podía ceñirme a la denuncia de ese robo en concreto, pero es el mismo que ha robado antes. Deberían tener en cuenta no solo la cantidad sustraída, sino la suma de los robos y, sobre todo, si luego te insultan, amenazan o se ponen violentos, como me ocurrió a mí, que, tras denunciar a la policía, me estaba esperando a la puerta de la tienda. Aunque había cámaras, el abogado defensor dijo que me lo estaba inventando y la juez le soltó”, relata una dependienta de uno de los establecimientos afectados.

Calle Isilla de Aranda

Calle Isilla de ArandaLoreto Velázquez

En su opinión, aunque la presencia de la Policía Local es continua en la calle Isilla, “lo que nos vendría mejor es que hubiesen más agentes de paisano dando vueltas por los comercios, porque desde que te roban hasta que llamas y vienen normalmente han huido”.

En la tienda juvenil Inside, el robo ocurrió el sábado. “Lo conocíamos de antes, tiene unos 20 años y suele venir a curiosear, está dos horas mirando y, unas veces se va y, otras, como el sábado, aprovecha un descuido de las dependientas para salir corriendo con lo que le apetece. Sabemos que ha robado en otros comercios y que está fichado por la Policía, pero ahí sigue en la calle”, lamenta la encargada. En su opinión, hasta que la Justicia no imponga sanciones más duras, no habrá solución. “Estamos aterrorizadas porque no sabes si te va a esperar a la salida y, si ves robando y decides decir algo, te la juegas, porque siempre se puede complicar”.

Afortunadamente el robo del sábado terminó bien. La Policía Local localizó al presunto autor en las calles aledañas. Portaba 13 prendas con las etiquetas todavía puestas y sin poder acreditar su compra. Por el momento ha sido identificado mientras que la mercancía fue devuelta a la tienda.

Robo con violencia

En las dos tiendas que tiene droguerías París en Aranda, saben muy bien lo que es un robo con violencia. Y es que, en su caso, además de llevarse lo que no les pertenece, accedieron rompiendo el cristal del escaparate por el método del alunizaje. “Solo el escaparate vale 2.600 euros”, lamenta el propietario convencido de que en su caso se trata de una banda organizada. “El coche que empotraron era robado y luego se fueron en un Audi, también robado. Por las cámaras se les veía muy profesionales”.

No es la primera vez que lo sufre. “En nuestra historia hemos tenido diez robos, los últimos dos, con apenas 5 meses de diferencia, han sido alunizaje”, afirma con la esperanza de que el Ayuntamiento de Aranda de Duero autorice instalar algún tipo de sistema de protección.

La investigación continúa en Villalba

Si en Aranda el foco de la inseguridad está, a día de hoy, en el centro, la Guardia Civil continúa investigando el robo en 9 viviendas del pueblo de Villalba de Duero. Los hechos ocurrieron el 26 de enero. Según explica el alcalde, Alberto Rasero, los ladrones emplearon un modus operandi nunca visto en la zona. La banda de ladrones empezó por un barrio, robando en la primera casa a las 19.30 horas. Cuando la Guardia Civil acudió con el alcalde a ver qué había pasado, los ladrones se trasladaron a otra zona a seguir con su actividad delictiva.

En total, intentaron robar en 9 viviendas, todas habitadas normalmente. En las cuatro en las que estaban los vecinos en ese momento, no llegaron a acceder, salvo en una, cuyo propietario se encontró a uno de los ladrones, con pasamontañas en su cocina. “El pobre vecino se quedó bloqueado, no pudo ni llamar a la Guardia Civil hasta que la mujer se lo encontró”, relataba el primer edil, a sabiendas de que la Guardia Civil encontró huellas junto a las ventanas de otras casas, donde estaban también los vecinos viendo la televisión. “Iban a por dinero y joyas. No se llevaron nada más, ni siquiera ordenadores”, sostiene.

En el pueblo poco a poco van recuperando la normalidad mientras terminan los arreglos de puertas y demás desperfectos. Eso sí, el mensaje ha calado: si se ve algo extraño lo mejor es llamar a la Guardia Civil.

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