El Correo de Burgos

El IMC edita una revisión del primer estudio sobre geografía urbana local

'Burgos, la ciudad marginal de Castilla' data de 1958 y su propio autor, el historiador Nazario González, ha elaborado la nueva versión

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Burgos

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L. B. / Burgos

«A cualquiera que siga llegando a Burgos para ver la Catedral y encuentre algo en sus calles y ambiente que no sabe explicar». A ellos dedica el catedrático de Historia Contemporánea y profesor emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona, Nazario González, la reedición, revisión y refundición de Burgos, la ciudad marginal de Castilla, la obra que escribió en 1958 y que supuso el primer estudio de geografía urbana de la capital.

Él mismo se empeñaba en mejorar el texto original -ya descatalogado- antes de dar luz verde al regreso del título a las librerías, auspiciado por el Instituto Municipal de Cultura. Dudó en aceptar la propuesta. Su línea de investigación hacía tiempo que rondaba otros derroteros, pero aceptó. Los cuatro años de dedicación a esta labor, desde que en 2003 saliera a relucir la posibilidad de recuperar el tratado, dan idea del minucioso trabajo que lucirá en los próximos días en los escaparates de las librerías de la ciudad y que podrá adquirirse por 18 euros.

En origen, Burgos, la ciudad marginal de Castilla fue una adaptación de la tesis doctoral de González tras culminar -allá por 1955- la licenciatura de Filosofía y Letras en la sección de Historia. Y es que el burgalés, nacido en la calle Almirante Bonifaz, sentía verdadera devoción por la urbe que le vio crecer. La acogida del texto, según señala la cubierta de la nueva edición, resultó «favorable, tanto en el medio universitario como en la propia ciudad».

«Realmente es el único tratado de geografía urbana de la ciudad de Burgos en su totalidad. A partir de su publicación, hay un gran vacío bibliográfico apenas salpicado por estudios parciales, derivados del nacimiento de la Universidad de Burgos, tales como las obras de Begoña Bernal sobre las casas baratas, de Juan Carlos Rodríguez Santillana sobre conducciones de agua y fuentes, o de Gonzalo Andrés sobre la zona de La Castellana y la transformación de la estructura de la ciudad en los siglos XIX y XX», explica el gerente del Instituto Municipal de Cultura de Burgos, Ignacio González, que tilda de apetecible -y deseada por los aficionados a la materia- una reedición que, en principio, no contempló mejora alguna, introducida finalmente por no considerar ético el autor lo contrario, al haber asistido la ciudad a numerosos cambios desde 1958.

Así, Burgos, la ciudad marginal de Castilla completa la evolución de la urbe durante el más de medio siglo que dista desde su primera edición. Y registra, tal y como resume en el exterior de esta nueva versión, profundas transformaciones, tanto en el sistema de valores, pues en aquella década de los cincuenta no se hablaba «de calidad de vida y medio ambiente, ni estaba en primer plano la inferioridad a la que se había sometido a la mujer»; en la metodología, ya que por entonces empezaban «a abrirse paso dos corrientes que ejercerían un gran influjo en el mundo académico, el estructuralismo y el marxismo»; como en la bibliografía en torno a la propia ciudad aparecida en las últimas décadas.

Juan Carlos Estébanez, técnico del IMC responsable del área de Publicaciones inició esta aventura. Tras su fallecimiento, en octubre de 2009, el escritor burgalés Fernando Ortega tomaba las riendas y se encargaba, con el beneplácito del autor de la obra, de los remates finales. Los esfuerzos de todos ellos cristalizan en el libro que al fin puede degustarse.

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