El Correo de Burgos

Los escritores se cuelan en el décimo cumpleaños del Instituto de la Lengua

A falta de una 'fiesta oficial', Óscar Esquivias, Isaac Rilova, Ricardo Ruiz y Carlos Contreras Elvira giran su mirada al Palacio de la Isla

-

-

Burgos

Creado:

Actualizado:

A.S.R. / Burgos

A la sombra del ciprés de la abadía benedictina de Silos fue alumbrado oficialmente el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Hoy se cumplen diez años de aquel nacimiento. Nadie soplará las velas de la tarta. Ni siquiera su actual sede está abierta pues cierra esta semana para ahorrar gastos. Su director, Gonzalo Santonja, es de los que creen que el trabajo se demuestra día a día y avisó ya hace algunos meses que ninguna actividad especial se programaría de cara a este décimo aniversario. Aunque sí está a punto de caramelo la publicación de un libro con la historia del Palacio de la Isla, su hogar desde hace dos años, del escritor burgalés Isaac Rilova.

El pertinaz estudio sobre el origen del español con los cartularios de Valpuesta, el inventariado e investigación de las inscripciones latinas en el Archivo Epigráfico de Hispania, la formación de los futuros profesores de español, la recuperación de las revistas literarias que alguna vez fueron en Castilla y León, la difusión del matrimonio bien avenido de la literatura y las artes plásticas, las colaboraciones con distintas instituciones locales, nacionales e internacionales, la promoción del castellano allende sus fronteras, la apuesta por las nuevas tecnologías...

Larga es la memoria de actividades realizadas durante estos diez años por el Instituto de la Lengua. Muchos echan en falta otras como mayor contacto con la calle, promoción de las jóvenes plumas, presencia en los colegios... Opiniones para todos los gustos. También tienen la suya los escritores. Cuatro giran su mirada a palacio, empujan sus puertas y se cuelan en la fiesta.ÓSCAR ESQUIVIAS «Su reivindicación de las revistas culturales es encomiable»

«Su presencia es positiva», sentencia Óscar Esquivias antes de mostrar su agradecimiento por haberle ofrecido la posibilidad de colaborar en distintos programas de promoción de la lengua y la literatura. Su primer contacto con él coincidió con la celebración del centenario del nacimiento de María Teresa León. Para el creador de Jerjes conquista el mar, un acto de justicia, una deuda saldada de la ciudad a la escritora burgalesa, por el que el Instituto de la Lengua, uno de los organizadores de estas jornadas, se ganó sus simpatías. Fue el inicio de una bonita amistad que continúa hasta la actualidad.

El Premio de la Crítica como herramienta para colocar en el escaparate literario a escritores de Castilla y León que de otra manera ocuparían sólo el último estante de las librerías y la recuperación de revistas literarias de la Comunidad son dos de las actividades resaltadas por el autor. «La reivindicación de estas publicaciones culturales castellano y leonesas es encomiable porque de muchas era imposible encontrar las colecciones completas», dice antes de atreverse a sugerir una mayor potenciación de este perfil editor.

El último aplauso del autor de Inquietud en el paraíso (Premio de la Crítica 2006) es la conversión del antiguo Palacio de los Muguiro en un centro cultural: «Es importante para esta zona, descolgada hasta ahora del resto de la ciudad».ISAAC RILOVA «Tras participar con él mi impresión es buena»

Precisamente de recuperar la historia de este nuevo hogar se ha encargado Isaac Rilova en una publicación que saldrá al mercado en breve. El escritor sólo tiene parabienes para la labor desempeñada en el Palacio de la Isla. «Después de haber participado con ellos en varias actividades mi impresión es buena», apunta y destaca el esfuerzo realizado en el uso de las nuevas tecnologías y en la atención puesta en personalidades como Miguel Hernández y Modesto Ciruelos.

 

RICARDO RUIZ «Parece interesado en promocionar sólo a determinados escritores»

El poeta Ricardo Ruiz ata en corto al Instituto de la Lengua y le da una de cal y otra de arena. «Considero que la labor que realiza el Instituto de la Lengua en la difusión y conocimiento del español es, en líneas generales, bastante aceptable. Todo lo que sea defender, promocionar y difundir la lengua española es saludable, necesario e incluso prioritario, máxime cuando los planes de estudio actuales en los centros educativos están condenando a la enseñanza de la Lengua y a las Humanidades al más oscuro ostracismo. No es sólo un bien cultural sino también un recurso económico y social que la miopía de la clase política se empeña en desatender», introduce y añade: «Otra cosa es la labor pedagógica y didáctica que viene realizando el Instituto de la Lengua en los centros de enseñanza para intentar paliar esta situación y que me atrevería a calificar de nula e inocua. Esa carencia no se arregla con conferencias y recitales de poesía de determinados escritores muy del gusto de sus máximos responsables, autores que acostumbran a ser siempre los mismos y cuya calidad y trayectoria, al menos la de algunos, pongo bastante en duda».

El autor de El hombre crepuscular echa de menos igualmente un mayor acercamiento a la sociedad. «Tengo la impresión de que el excesivo intelectualismo y academicismo de bastantes eventos tienen escaso interés y eco en la calle», afirma y anota una asignatura pendiente: «Si uno de sus objetivos es vertebrar intelectual y literariamente a la región, parece como si estuviera muy interesado en promocionar única y exclusivamente a determinados escritores, algunos de reconocido prestigio (algo siempre opinable) así como a otros cuya importancia, calidad y relevancia está por demostrar».CARLOS CONTRERAS ELVIRA «Echo en falta un premio de creación joven»

Es el representante de las jóvenes letras en esta ronda. Para él, el trabajo del Instituto de la Lengua ha sido bueno en estos diez años, «pues su presencia en nuestra sociedad ha ido creciendo gradualmente». Destaca la coordinación de la Nueva Gramática Española; la creación de la primera Historia Gramática en Español; la organización de eventos que favorecen a la conservación de la lengua      -que a su vez perpetúa con la publicación de diccionarios, glosarios y léxicos-; su asociación y colaboración con las universidades y su relación con otras instituciones nacionales de larga trayectoria. Pero no todo es bonito en esta mirada, donde aparecen dos puntos negros: «Echo en falta la presencia de centros educativos en el extranjero y un premio literario de creación joven que fomente el buen uso del idioma en las nuevas generaciones de escritores».SUCEDIÓ UN 7 DE ABRIL DE 2000 Un alumbramiento a bombo y platillo

El claustro del Monasterio de Silos, cuna de las Glosas Silenses, se postuló como el mejor escenario para la presentación oficial del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua el 7 de abril de 2000. Y su ciprés se quedó para siempre en el logotipo. A esta oportunidad se refirió la Infanta Elena. No faltaron tampoco el abad, Dom Clemente Serna; el entonces presidente de la Junta, Juan José Lucas; el alcalde de Burgos, Ángel Olivares; el presidente de la Diputación, Vicente Orden Vigara; el rector de la Universidad de Burgos, José María Leal, entre otras autoridades de la Comunidad.

tracking