El Correo de Burgos

Cantollano 'Canta cantares' al sur con cuerpo de jota

El grupo de música tradicional recoge el folclore desde la capital hacia Aranda en el primer volumen de su nuevo disco

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

El día quince de agosto, pirulí, qué día más señalado, son las diez de la mañana, pirulí, los toritos no han entrado. Ras con ras, cataplás, tengo un tres, ya verás, qué bonito es, pirulí tras, tras... Este Pirulí tras, tras es una de las canciones más alegres del primer volumen de Canta cantares, el nuevo disco, y ya van seis, de Cantollano. La formación de música tradicional la recogió en Roa. Fueron los barberos Cacharrito y Mosca y el carnicero Juan Canuto quienes compusieron esta copla que narra lo acontecido en los accidentados encierros de la localidad ribereña en agosto de 1934. Quizás alguno de los tocados con la varita mágica de la diosa Fortuna entonaron el miércoles este alegre Ras con ras, cataplás. Para que no caiga en el olvido lo ha incorporado Cantollano a este nuevo trabajo compuesto por quince temas recogidos en la provincia burgalesa, desde la capital hacia el sur, que esperan estrenar pronto con un concierto en el Teatro Principal, tras la suspensión del programado el pasado mes por enfermedad de una componente. Hechas las presentaciones se pondrán manos a la obra para publicar un segundo volumen, con el resto de comarcas.

Pero ayer era el momento de desgranar el primero. Y de ello se encargaron Alfonso Díez, Miguel Ángel Ballorca y César Carballera.

El grupo ha peinado la provincia burgalesa y ha constatado una vez más su riqueza folclórica. Tanta que se han visto obligados a dividir este homenaje a Burgos. Esta primera parte se detiene en la cultura desde la capital y su alfoz hasta la Ribera del Duero pasando por la Sierra y la ribera del Esgueva y el Bajo Arlanza.

«Hemos pretendido grabar lo más representativo de cada zona, aunque sí que es verdad que no hay canciones exclusivas sí existen formas que se han conservado más en unos sitios que en otros», apuntan los artistas.

Y más mimo pusieron en la Sierra que en otros lugares para mantener los Reinados, fiestas que se hacían por Navidad y están todos perdidos, o las más extendidas Pingadas del mayo; o en la capital y el alfoz para guardar las polkas llegadas en el equipaje de viajeros de otras latitudes; o en la Ribera, donde muchos pueblos mantienen muy saludables los bailes de rueda y de danzantes; o el curioso caso del folclore conservado en torno al Esgueva, muy salpicado por tonadas y danzas traídas por los carreteros que por allí pasaban, dejando para la posterioridad una giraldilla, con origen asturiano pero ya recogido en el Cancionero de Olmeda, o una canción marinera, muy arraigada en la memoria de la zona; o la feliz resurrección de las danzas de la Aldea del Pinar tras su muerte en 1944...

Cuatro manos y un prólogo

Introducción. El disco arranca con una jota y un bolero de los cancioneros de Antonio José y Federico Olmeda, los folcloristas que han guiado a Cantollano, que también homenajea a Alejandro Céspedes, fallecido este año.

La Sierra. Pelele y Ringondango, El Reinado de la Gallega, Danzas de la Aldea del Pinar -recuperadas del olvido- y Los Magos.

Ribera del Duero. Pirulí tras, tras, Tonada y Baile de Rueda y Danzas de la Virgen del Río. Estas últimas han propiciado la vuelta del grupo de danzas de Gumiel de Izán.

El Esgueva y Bajo Arlanza. Cuatro variadas piezas representan esta zona: De bodas: albada y baile de la novia, Sones de Cabañes, Jota de la criada y Los días de la semana.

El Alfoz de Burgos. De las tres obras seleccionadas destaca Para jugar, interpretada por los músicos junto a sus hijos Yaiza, Juan y César, como ya hicieron en anteriores trabajos con Daniel, Héctor, Víctor y Paula.

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