La vida metálica toma forma

MARTA CASADO / Burgos

Mira a la vida con la inocencia y candor propios de una niña. Y por ello quizás busca editorial para convertirse en ilustradora de cuentos infantiles. De su mano surgen todo tipo de ideas, con todo tipo de materiales pero el fruto de su trabajo es cosa de la constancia. «Pinto siempre, sino ¿que voy a hacer?, ¿estar cruzada de brazos?» se pregunta quien muestra hasta el 27 de junio en la sala de exposiciones de la Biblioteca Miguel de Cervantes su nueva colección de Metallics en el conjunto de la exposición Miks-Maks. «Yo dibujo muchísimo, no me pongo de forma racional, voy sacando lo que surgen y según va saliendo me dedico más a una cosa o a otra no tengo una exposición en la cabeza, las cosas surgen y recopilo mi material...», apunta Cinta. En medio de esa vorágine creativa surgió esta nueva serie de Metallics, pequeños dibujos en colores oro y plata donde la mujer toma un protagonismo circunstancial. «Son todo mujeres. Es cierto pero no por algo intencional, hay un duende, un arlequín que no se sabe si es hombre o mujer... pero me ha salido  así no quiero reivindicar nada porque para mi hombre y mujer son iguales», apunta. Las imágenes presentan mucha fuerza, son mujeres raciales como una flamenca de vestido interminable pero también tienen un aire de los años 20 como aquella que nos invita a un café.

Esta serie de dibujos protagoniza esta exposición en la que aparecen también otras piezas de su colección particular como las referencias a cuentos infantiles, léase el caso del Principito subido a un mundo elaborado con material indescriptible. Otras concepciones del cuadro en tres dimensiones donde, como suele ser habitual en la artista,  se niega a identificar los materiales por los que la pintura se convierte casi en una escultura. «No revelo los materiales que utilizo porque quiero que la gente lo vea, piense y adivine. Si aciertan les digo, es como un juego con el espectador». En estas piezas, como un Parque de la Isla con árboles rosas Cinta vuelve a jugar con los volúmenes y los materiales en los que siempre está la miscelánea de las cosas. «Es una combinación, me gusta mezclar materiales no puedo utilizar sólo acuarela o pastel siempre lo mezclo con carboncillo, con pilot me gusta mezclar y experimentar», asegura.

Las musas le pillan siempre pintando. «Siempre pinto lo hacía de pequeña en casa y en el colegio, después en el Consulado del Mar, siempre estoy pintando incluso cuando no expongo ni tengo nada pensado». Esa producción que ella define como caótica y desordenada le permite mantener su obra siempre colgada en bares o exposiciones que van surgiendo como la que en octubre le llevará a la Sala de Exposiciones de Cajacírculo en el Espolón.