El primer baile de los lápices de colores

A.S.R. / BurgosHace dos años, María Hierro empezó a dibujar, para ella, sin más pretensión que vestir las paredes de su casa y pasar un buen rato. «No tengo formación, ni Bellas Artes, soy una atrevida y ya está», insiste salerosa. Ella pensaba que todo se quedaría ahí. Entre las paredes de su hogar. Pero no. Sorpresa. Las pinturas dibujaban una O de admiración en sus amigos y pronto la animaron para que hiciera más y las expusiera. «Y en este lío estoy metida», suelta al tiempo que ultima la muestra que permanecerá en el Consulado del Mar hasta el 8 de junio (de martes a viernes de 19 a 21 horas, sábados de 12 a 14 y de 19 a 21 horas y domingos y festivos de 10.45 a 14.15 horas).Ese lío es la exhibición de unas cincuenta obras con un denominador común que las diferencia de otras: el uso de los lápices de colores, las pinturas de palo de toda la vida.Las eligió por comodidad, limpieza y espacio. Pinta en el comedor de su casa, al lado de un gran ventanal porque solo lo sabe hacer con luz natural y el olor a óleo le molestaba solo de pensarlo. Por no hablar de la que podían montar sus cinco nietos, que fardan de abuela pintora en la escuela.Ella misma mezcla unas y otras y consigue colores sorprendentes que dan vida a paisajes, retratos, bodegones... Hierro confiesa que intenta contentar a todos y pica en el expresionismo, el cubismo, la abstracción... «No sé si es un error intentar gustar a todos», conjetura y reconoce que miedo no le da nada. O casi nada. Con pánico se enfrentó a un desnudo, un reto para ella del que salió airosa y exhibe orgullosa, aunque su preferido es Durmiendo.A pesar de que es la primera exposición individual y solo lleva dos años pintando, a María Hierro se la rifan. Un marchante se prendó de su obra y la llevó a una feria de arte en el Louvre de París. «Fue una aventura estupenda. Ya solo porque alguien se fijara en mi pintura», dice y piensa ya en las ferias de Hamburgo, Siena y Zurich que la esperan en los próximos meses.Tiene también comprometidas futuras exposiciones en el Teatro Principal capitalino y en Aranda de Duero, Villarcayo, Santander, Málaga y Cádiz, además de participar en una colectiva taurina en el Monasterio de San Juan. Los lápices de colores tienen muchas tardes de baile por delante.