Aprendiz y maestro de sí mismo por ilusión y méritos propios

D.S.M. / BurgosLa inquietud y la pasión son dos virtudes que alcanzan su máxima expresión en el alma del artista. La formación teórica es importante, pero no indispensable para explotar el talento que uno alberga en su interior cuando las ganas se imponen por encima de las dificultades. Y si no, que se lo pregunten a Severiano Monge, electricista arandino que, de manera autodidacta, ha trazado una envidiable trayectoria que muchos licenciados en Bellas Artes ya quisieran alcanzar.Desde el pasado jueves, el Monasterio de San Juan acoge la exposición Poética enmarcada, una colección de cuadros centrados en Burgos a vista de pájaro, «como si se viese a través de los ojos de una golondrina». La exhibición estará abierta al público hasta el 9 de octubre. Se confiesa enamorado de la capital burgalesa, su musa predilecta a la hora de impulsar sus creaciones. «No sabemos lo que tenemos. Hay belleza por todos lados», afirma el artista arandino. También valora los entornos rurales y urbanos de Castilla y León, sobre todo en ciudades como Segovia o Salamanca. Los paisajes castellanos le inspiran, no hay duda, pero siente especial debilidad por Burgos, una provincia que le «vuelve loco».-Más información en la edición impresa-