BURGOS / Exposición
Palabra de rey ‘desempolvada’
El Archivo Municipal restaura los documentos originales del fundador de Las Huelgas y los comparte con el público en la sala de capillas del Monasterio de San Juan hasta el 7 de diciembre
La muestra exhibe veinte documentos.-Israel L. Murillo
Se le conoce por sus grandes victorias -batalla de las Navas de Tolosa- y derrotas -Alarcos-, por sus amoríos con la judía de Toledo por la que abandonó durante siete años sus obligaciones reales o por el importante legado dejado como el Hospital del Rey y el Monasterio de las Huelgas. Pero en la vida de Alfonso VIII también hay una parte menos deslumbrante, más cotidiana, la de estampar firmas, validar, dar y quitar, mediar en pleitos, otorgar privilegios y legislar. El Archivo Municipal custodia 25 documentos referentes a esta labor administrativa, 20 salen ahora de las dependencias del Palacio de Castilfalé hasta la sala de capillas del Monasterio de San Juan, donde permanecerán hasta el 7 de diciembre (de martes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 21 horas y domingos de 11 a 14 horas).
La muestra, comisariada por la profesora de la Universidad de Burgos Sonia Serna, recoge 15 manuscritos sobre el propio Monasterio de San Juan, dos fueros otorgados al concejo y tres cartularios.
Los privilegios alimentan el grueso de la exposición por ser el documento más habitual en la época. «En esos momentos los reyes hacían donaciones, exenciones de tributos a las villas, que era su forma de legislar», comenta la comisaria y observa que la mayoría de los exhibidos se refieren a temas concernientes a San Juan.
Aparece, por ejemplo, la concesión de la iglesia de San Pedro de Castro Urdiales con sus diezmos, sernas, portazgos y otros derechos y pertenencias. Este privilegio, concedido el 11 de mayo de 1183, luego será confirmado por sus sucesores, Alfonso X, en 1255, y Fernando IV, en 1298. Y los tres se dejan cotejar en las vitrinas.
Lo es también en el único ejemplo de litigio, el mantenido junto al Monasterio de San Cristóbal de Ibeas contra el concejo de Santa Cruz de Juarros. La resolución se escribía dos veces en una misma cara separada por una línea, creada normalmente con las letras del abecedario, por donde se recortaba y se entregaba a las partes para que pudieran atestiguar la sentencia a favor o en contra.
Lope Díaz de Fitero, delegado del monarca, firma esa resolución y también es el destinatario de uno de los pocos privilegios particulares que se realizaban. A él, por los servicios prestados, le dona unos terrenos cercanos a Castrojeriz.
Curiosos son los dos privilegios rodados otorgados al concejo, dos fueros que legislan sobre homicidios. Uno, del 7 de abril de 1181, suprime la responsabilidad colectiva limitándola al autor material salvo en el caso de los judíos. El otro, del 20 de diciembre de 1185, acuerda el procedimiento para librarse de los efectos de sospecha de homicidio entre los vecinos si los heridos no han revelado sus lesiones antes de su muerte.
Esta exposición didáctica, enmarcada en el octavo centenario de la muerte del rey, ayuda a acercarse al personaje y a comprender los modos burocráticos de la Edad Media. De contarlo de una manera divertida se encargará María Jesús Fernández, que realizará visitas guiadas, en principio solo para los colegios (947 28 88 12), en las que aparecerá la reina Leonor, Ricardo Corazón de León... Una aventura en el tiempo capitaneada por un victorioso Alfonso VIII en la batalla de las Navas de Tolosa, a lomos de su caballo, como si fuera de carne y hueso aunque cabalgue pintado por Marceliano Santa María.