El Correo de Burgos

Mecenas para bailar la jota

El dúo Altable & Chuchi acude al ‘crowdfunding’ para financiar su segundo disco, ‘Tyto Alba’, once canciones entre composiciones propias y temas tradicionales rescatados y actualizados

El vallisoletano Jesús Enrique y la burgalesa Blanca Altable llevan seis años como pareja artística.-Coco Moya

El vallisoletano Jesús Enrique y la burgalesa Blanca Altable llevan seis años como pareja artística.-Coco Moya

Burgos

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Blanca Altable y Jesús Enrique invitan a bailar la jota a los pequeños mecenas. El dúo Altable & Chuchi, integrado por la violinista burgalesa y el guitarrista vallisoletano, han lanzado una campaña del denominado crowdfunding a través de la plataforma Verkami para sacar su segundo disco, Tyto Alba.

Once canciones conformarán Tyto Alba, tanto composiciones originales sobre ritmos tradicionales como temas rescatados por tierras castellanas y más allá, así como arreglos de temas de dulzaina de las provincias de Burgos, Ávila y Valladolid. Se grabó a primeros de año en Galicia bajo la producción de Xosé Liz y sus protagonistas no han estado solos en esta aventura.

Una importante nómina de músicos avalan este trabajo. Junto a la guitarra de Chuchi y el violín de Blanca, suenan Natalie Haas (chelo), Jaime Muñoz (flauta travesera de madera), María José Llorente Wattenberg (bodhrán), Xosé Liz (bouzouqui), Begoña Riobó (violín de cinco cuerdas), Nic Gareiss (pies percutivos), Jorge Frías (contrabajo), Elena Paz (arpa), David Aznar (acordeón y voz), Arturo Rodríguez (pito castellano) y Zulaima Boheto (chelo).

Una lista a la que ahora se puede unir cualquiera en calidad de productor.

La campaña, que se alargará hasta el 16 de noviembre, pretende llegar hasta los 4.500 euros. Se destinarán a pagar la mezcla y masterización del disco, a cargo del compositor Anxo Pintos, y su edición física. No se quedan ahí los sueños de la pareja. Ambos cruzan los dedos y añaden que si superaran esa meta les ayudaría a sufragar el resto de gastos (grabación en estudio, producción técnica y artística, diseño, fotografía, caché de músicos colaboradores, dietas y transportes, edición de vídeo promocional, envío de los CD, gestión e impuestos...).

Ayer ya habían pasado la barrera de los 1.000 euros. Y quedan 33 días para convertirse en pequeño mecenas de este álbum.

Se pueden hacer aportaciones de distintas cantidades, desde 6 euros a 550 euros, con recompensas que van desde la descarga digital del disco a un concierto presentación en casa, más el CD físico, la descarga digital, una sorpresa, la aparición en los títulos de crédito y una entrada para el concierto de estreno en Burgos.

La magia del Crisol de Cuerda Tradicional, una suerte de curso de verano de música que durante una semana reúne a músicos de diversas procedencias, unió los destinos de Jesús Enrique Cuadrado y Blanca Altable en el año 2009 y dos años después aparecía su primer disco, Mayo, un conjunto de melodías burgalesas para dulzaina recogidas del desván del abuelo de Blanca, el reconocido Simón Altable, adaptadas a violín y guitarra.

Cuatro años después se atreven con este segundo trabajo, Tyto Alba, que lleva el nombre de la lechuza común, típica de los campos de Castilla, que se presentó minutos antes de su primer concierto y que se caracteriza por cazar de oído. «Así como cazan y cazaron melodías castellanas casi destinadas al olvido los músicos tradicionales, los etnomusicólogos y los amantes de la cultura tradicional. Es un pequeño homenaje a esa labor tan importante». Sea.

Una fórmula con resultados 

El micromecenazgo es una fórmula de financiación a la que de un tiempo a esta parte, sobre todo desde que la crisis se acentuó, han recurrido los artistas en general y los músicos en particular. Los burgaleses no han sido una excepción. Fetén Fetén financió sus dos discos con él. También Honoris Causa recurrió a él pero con un concierto en el objetivo, igual que Gemma Sanz, para su último álbum, Destino, y Cronómetrobudú, para el videoclip de Solo para ti. Al margen de la música, en el campo del arte plástico, Alán Carrasco echó mano del crowdfunding para su personal proyecto No negociable.  

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