El Correo de Burgos

Concierto

Duende revoltoso y juguetón

Mariano Mangas regresa con ‘Poniente’, un espectáculo flamenco en el que suma el contrabajo, el domingo en el Teatro Principal

Mariano Mangas interpretará un solo de guitarra en una actuación en la que estará muy acompañado.-Vanesa Delgado

Mariano Mangas interpretará un solo de guitarra en una actuación en la que estará muy acompañado.-Vanesa Delgado

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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El viento de poniente, revoltoso y juguetón, como canta la copla, se enreda en las cuerdas de la guitarra, hace cosquillas al violín y al contrabajo, se aúpa a las percusiones, besa la voz de los cantaores y taconea sin mirar a los lados para alumbrar Poniente, el nuevo espectáculo de cante y baile flamenco de Mariano Mangas a desplegar el domingo en el Teatro Principal (19.30 horas, 10 euros).Un año después de presentar Amalgama, el guitarrista presenta esta nueva propuesta que mantiene la esencia del anterior con la adaptación en clave flamenca de temas clásicos como Historia de un amor, Dos gardenias, Palabras para Julia o Mediterráneo y vuelve a hacer un guiño a los instrumentos de cuerda. Sonará de nuevo el violín (Luis Martínez) y la guitarra portuguesa (Alexandre Fernandes), pero el chelo dará paso al contrabajo, interpretado por Joaquín García. A ellos se unirá el cuadro habitual formado por percusión, en manos de Jorge Jiménez Jorgillo, cante, con José Salinas y Sonia Cortés, y baile, con Miguel Téllez, que sustituye a la habitual Sandra Pinilla, que acaba de ser mamá.«El público escuchará cosas nuevas y otras que nos apetecía recuperar de propuestas anteriores a las que hemos dado un nuevo aire con la incorporación del contrabajo y la presencia de dos cantaores», apunta Mangas, que se deja llevar por un viento tan flamenco como el poniente, con un punto de locura, que espera que envuelva al patio de butacas.Sostiene el guitarrista que un teatro siempre invita más a la intimidad que un concierto en la calle, como los que hacen cada San Pedro en la escalinata de la calle Saldaña. Allí, observa, se crea una bonita bola de energía por todos los amigos que los arropan, pero el recogimiento que propicia el escenario isabelino capitalino imprime otra magia.Poniente aventura una noche de domingo con duende revoltoso y juguetón, una velada de flamenco, del que en Burgos siempre hay ganas.«Nosotros estamos encantados. Notamos que a la gente le llega. Cuando haces algo con mucho sentimiento, al público le emociona. Igual en Andalucía enseguida desde abajo escuchas un ‘ole, niño’ y aquí eso no lo encuentras y, sin embargo, sí ves a quien saca su pañuelito y se seca una lágrima», comenta.Aunque no hay nada en firme, a Mariano Mangas sí le gustaría entrar pronto en el estudio para grabar un nuevo álbum con estos clásicos llevados al flamenco que marcan sus últimas propuestas. «Nosotros lo disfrutamos mucho y también el público, que no necesariamente busca el flamenco más serio, aunque ahora estos límites están más difusos, ya no hay estilos diferenciados, todo depende de la manera de hacer, transmitir e interpretar», defiende y rechaza la distinción entre palos grandes y chicos.

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