42 Festival Internacional de Folclore
Las caras de la intendencia
Cuarenta personas, de 18 años en adelante, se encargan del abastecimiento de las compañías participantes y velan por la seguridad y el buen desarrollo del encuentro de forma altruista
Pablo López, Marta Gómez, Alazne Grande, Raquel Izquierdo, Sara Santillán, Andrea Irazábal, Andrea López, Mónica Tobalera, Sara Arroyo, Víctor Fernández, Palmira Incinillas, Raquel Ruiz, Vicente Martín, María Ángeles Vázquez, Hilario, Celia... son un puñado de los 40 voluntarios que, de forma altruista, sin cobrar ni un duro («eso déjalo bien claro, que todos los días tenemos que escuchar a gente que dice que cobramos del Ayuntamiento»), sostienen el Festival Internacional de Folclore. Se encargan de la intendencia de los grupos participantes, colocan las sillas en las que luego pone sus posaderas el público, velan por la entrada y salida ordenada de los asistentes, barren para que todo luzca como la patena...
Son muchas las tareas que se traen entre manos. Un esfuerzo que, ninguno duda, vale la pena. El buen rollo es palpable antes de ponerse al lío, mientras apuran un café en una terraza a la sombra en la plaza de San Juan.Muchos se cogen vacaciones durante los días de este encuentro para formar parte de él. Los hay veteranos y novatos. La mirada varía. La ilusión, no.Marta se estrena este año. Pertenece a Estampas Burgalesas y suspiraba por cumplir los 18 años y entrar en batalla cada vez que escuchaba a los más mayores del grupo hablar de las bondades de la experiencia. Su caso es el de la mayoría de los jóvenes que integran este pelotón de voluntarios, muchos procedentes de los grupos de folclore capitalinos.Los veteranos creen que la cosa ha cambiando. No puede ser de otra manera. Pero la esencia, aseguran, es la misma. ¿Y cuál es? El compañerismo, el aunar esfuerzos para sacar un proyecto adelante, compartir inquietudes... Un sentirse en Fuenteovejuna e ir todos a una.¿Peros? Los hay. Tienen que ver más con agentes externos que con internos. Ahí están las peleas recurrentes con las señoras que se cuelan y faltan el respeto, los comentarios de quienes se piensan que cobran del Ayuntamiento y se creen con derecho a exigir, el calor... o las pocas horas de sueño. Se ríen algunos al oír esto. Sarna con gusto... Si duermen poco es porque les gusta socializar con los bailarines invitados y las noches se les van de las manos.Ajenas a estos desplantes y juergas están las mamis, nombre que reciben las voluntarias que se ocupan de que no falte de nada en las jaimas que cada grupo tiene en la trastienda con viandas para coger fuerzas antes y después de las actuaciones y también para los propios voluntarios. Son Covi, Montse, Miguel, Isabel (Nuestra Señora de las Nieves), Marisol (Los Zagales) y Santos (Diego Porcelos).
Covi, erigida en portavoz, lamenta que haya menguado la colaboración de las empresas, lo que, unido al recorte del presupuesto, se ha notado en el abastecimiento, aunque, aun así, dice, los bailarines se van saciados y con una estupenda imagen. Y los voluntarios interpretan un papel fundamental para que así sea.