El Correo de Burgos

MÚSICA / ACTITUD NU-METAL

La «esencia de los 2000» bajo el embrujo de «nuevos ritmos»

Rap&Roll y las ideas claras. Guillterm, incombustible autodidacta, vuelve a escena este viernes, a partir de las 10 de la noche, en la Casa de las Musas

Guillermo Rodríguez, más conocido como Guillterm, a punto de saltar en el skate park del G-3.-SANTI OTERO

Guillermo Rodríguez, más conocido como Guillterm, a punto de saltar en el skate park del G-3.-SANTI OTERO

Burgos

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The Pretender, primer single del disco Echoes, Silence, Patience and Grace (2007); de Foo Fighters, le abrió las puertas del rock. Por aquel entonces, Guillermo Rodríguez era un inquieto adolescente que visitaba cada dos por tres la tienda Tipo de la calle Laín Calvo. Le encantaba el rap como a muchos de los de su quinta, pero las guitarras le mostraron un camino de no retorno tras hacerse con el Rock im Park de Limp Bizkit. El mítico directo de Fred Durst y compañía le cambió la vida. 

Fue un «contacto muy fuerte», amor a primera vista con el Nu-Metal que ya le llamaba de antemano la atención gracias a Linkin Park y su imprescindible Hybrid Theory. Y aunque el género ya estaba prácticamente de capa caída, este joven burgalés del 93 tuvo claro que había encontrado su santo grial musical. 

Lo de crear llegó más tarde, concretamente cuando su padre le regaló un piano midi con «muchos instrumentos» que le permitía experimentar «en plan casero». Así nació Guillterm, MC y rockero a partes iguales, autodidacta concienzudo con una misión muy clara: «traer la esencia de los 2000 con nuevos ritmos». No quiere sonar como antes, sino respetar el legado de todas aquellas bandas a las que sigue admirando desde una perspectiva mucho más actual. 

Sus primeras maquetas eran un «intento de Nu-Metal» que sonaba a «rap con electrónica». Poco a poco, ha conseguido lo que tanto buscaba y no duda en reconocerlo: «antes hacía la música que podía y desde hace un año hago la música que quiero». Desde fuera parece fácil, pero no lo es. El proceso evolutivo de Guillterm se fue cociendo a fuego lento. El midi se le quedaba corto y se marcó el objetivo de «tocar la guitarra». 

Empezó con la española, pagando seis clases para aprender lo básico, y de ahí pasó a la eléctrica. Por fin, «el sonido era más orgánico. Había algo natural aparte de la voz». El siguiente nivel, obviamente, era saltar a un estudio para conseguir un acabado más profesional. Ni corto ni perezoso, se plantó en el antiguo Hangar para dar forma a Comando Canguro, «el primer tema que realmente me representa porque suena a Nu-Metal». Además, tuvo la suerte de hacer prácticas allí y grabar dos de sus temas más representativos: Play Pala y Diferente. «Un tema emocional y otro divertido». 

Por norma general, Guillterm da una de amor y otra de tralla a la hora de componer. La instrumental manda de principio a fin y guía sus pasos a la hora de plasmar sentimientos e inquietudes. Por eso, quizá El mejor instrumento sea la canción que más le costó escribir. Porque relata sin impostura alguna «mi historia en la música, lo que me lleva a hacer las cosas, el esfuerzo que me ha supuesto y lo que he sacrificado». La melodía desplaza por completo a los versos rimados para expresar una «pasión» que brilla en sus ojos. Al hablar de este corte, no deja de insistir en que «es muy difícil hacer la música que uno quiere».

Lo próximo llegará por entregas sueltas o en formato EP. De momento, Guillterm tiene cuatro temas en cartera. Los dos primeros, con su demo previamente grabada en casa, pasarán por un estudio «especializado en metal» de Madrid. El vocalista promete ofrecer la «mejor versión» de ambos y cree que no decepcionarán en absoluto. El primero es «emocional pero cañero» y el segundo, divertido al estilo Play Pala, está «enfocadísimo al directo para reventarlo». Poco más avanza. Lo que sí confirma es que no se plantea el autotune ni temáticas en los textos ajenas a su vida real. «Quiero que el público sienta lo que yo siento»

Nunca olvidará Guillterm el concierto de este año en la Noche Blanca. Salió a escena de madrugada, con «50 minutos estrictos», y aquello parecía un bolo de «hardcore». Lo que ocurrió en la Llana de Afuera fue algo «muy bestia». No esperaba que la gente le arropase tanto e incluso pensó que le cortarían la actuación de un momento a otro porque «se estaba yendo de madre». Precisamente, eso es lo que siempre busca en directo. «Intento conectar emocionalmente con el público, que sienta lo que yo siento y contagiar mi euforia». Para ello, «la clave está en saltar» y su «utopía» particular es «levantar una sala entera saltando».

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