El Correo de Burgos

Luiso Orte eleva el toreo a categoría pictórica

El artista burgalés comparte su afición por atrapar la verdadera esencia de la fiesta con una muestra en la que recopila obras antiguas y recientes en la sala de exposiciones del Monasterio de San Juan

Luiso Orte toma el claustro del Monasterio de San Juan con 'Taurios'TOMÁS ALONSO

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No serán pocos los que a estas alturas descubran la predilección de Luiso Orte por atrapar en un lienzo la esencia del toreo. Lleva años en ello, encandilado por la tensión que emana del cara a cara entre el hombre y la bestia, entre el ímpetu y el control, ese reto a la muerte cargado de lirismo que el artista burgalés pretende elevar a categoría pictórica.

No ha sido esta una temática que haya dominado en sus aventuras expositivas, mucho menos en Burgos, donde hace ya un puñado de años que no muestra su obra. ‘Taurios’ truncaba ambas inercias ayer, de una tacada, un regreso por la puerta grande para compartir su afición estética por la fiesta, sin ornatos. Así, la muestra que ocupará hasta el domingo 6 de julio la sala de exposiciones del Monasterio de San Juan reúne piezas elaboradas «hace 40 años, pero también hace 10, hace 5 y hace dos meses» que el autor atesoraba a la espera de ocasión.

Llegaba esta de la mano de las fiestas de San Pedro y San Pablo, en las que no suele faltar el guiño cultural a una feria siempre multitudinaria. Orte entendió que era el momento de revelar al respetable su «personalísima visión, en ocasiones hasta surrealista», de una tradición que, nos guste o no, forma parte de nuestra «identidad colectiva», asevera, satisfecho con el recorrido diseñado y distribuido en tres partes, trasunto de los tres tercios de la lidia, que aprovechan sendas alas del claustro.

«Treinta y tantas piezas» de gran tamaño, junto con una cantidad similar de dibujos, dan forma a la propuesta de Orte, que incluye un singular misterio, pues en el proceso le fue imposible encontrar una de las obras que sí figura en el catálogo «porque pensaba que la tenía». «Me la pidieron para una exposición y ahora no aparece. Era muy llamativa por color y tratamiento», comenta el pintor, sin regodearse en la ausencia, para incidir acto seguido en la diversidad de técnicas empleadas: óleo, acrílico, esmaltes y dibujo, mucho dibujo, porque le apasiona. «Es la clave de todo, el hilo conductor, como la palabra para la gramática», indica.

Una treintena de dibujos completan la muestra.TOMÁS ALONSO

Como lo son los colores que utiliza, que «transforma de acuerdo al momento, a la sensibilidad» que percibe, como lo es también la interpretación individual que emana del conjunto de la muestra, esa que le lleva a distinguir como lo hizo Ignacio Sánchez Mejías entre tauromaquia y toreo: la primera, «la ciencia del toreo», y la segunda, «la ciencia de la vida», porque para ambos «va más allá de la parte festiva y gloriosa» y recorre senderos íntimos, tanto o más inspiradores, como el valor del torero, el miedo, el estoicismo o el aguante.

Ahondan sus trazos dispares en estas dimensiones y aúnan en su traducción pictórica la poesía y el raciocinio que exige el proceso, pues Orte defiende el cariz intelectual de este arte. «Lo visceral es lo que se impone al final del trabajo, es lo que te orienta, pero detrás tiene que haber un bagaje y un criterio para seleccionar temas y tratarlos. Todo eso es una preocupación realmente intelectual, una labor de preparación, de configuración y de discusión contigo mismo», apostilla. Los frutos, a la vista están.

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