El Correo de Burgos

HALTEROFILIA

Cuando la falta de ayudas pesa más que la barra

El objetivo de Iván García Rueda (17 veces campeón de España) es estar en Londres 2012 a pesar de competir en inferioridad de condiciones. Lamenta la falta de implicación del Ayuntamiento y la política de la Federación

Burgos

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DIEGO ALMENDRES / Burgos

Iván García Rueda tiene un deseo que, más que un sueño, es un objetivo. Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 son un reto para el burgalés, poseedor de 17 títulos de campeón de España. Aun con los pies en el suelo, sabe que no es descabellado ganarse un puesto en la cita deportiva más importante, consciente de que en el camino encontrará unas dificultades ya reconocibles a lo largo de su carrera.

El representante del Sol y Luz, un clásico a pesar de sumar tan sólo 27 primaveras, sabe que afronta esta gran aventura casi en solitario, como siempre. «Nos adaptamos», comenta resignado el entrenador, Manuel García, mientras su pupilo completa el entrenamiento del sábado en el garaje de casa de sus padres. «El Ayuntamiento sólo cede el gimnasio y los fines de semana de verano no me queda otra que entrenar en la calle», explica el haltera, a la vez que guarda sus reproches hacia la administración municipal para otros aspectos. «En este caso no me meto porque es un asunto que deben resolver los responsables con los trabajadores de las instalaciones y no me queda otra que aceptarlo así. Ya son muchos años entrenando en estas condiciones», apunta.

El de Iván García Rueda es uno de esos casos de superación personal que dignifican cada una de las letras de la palabra deporte. No por conocida su situación deja de ser llamativa. Y es que, aunque sea reconocido como deportista de elite, el burgalés compagina la preparación de alto nivel con su trabajo diario de ocho horas mientras sus compañeros disfrutan de las atenciones necesarias para dedicarse en cuerpo y alma a cimentar sus carreras con la barra como única preocupación. «Otros tienen sus fisioterapeutas, médicos y psicólogos, pero Iván tiene que amoldarse a unas circunstancias que no son las mejores», insiste su técnico.

«Procuro no pensar en mi situación, porque si lo hago me amargaría», reconoce el protagonista de una historia que, a pesar de todo, tiene su parte positiva con las satisfacciones conseguidas en competición a lo largo de los años. «Practico la halterofilia porque me gusta y sólo la dejaré cuando crea que es el momento, nunca a causa de los baches que encuentre en el camino», señala el deportista después de «muchos años aguantando» una situación que encuentra injusta, motivado por escribir en un futuro cercano las que serán sus páginas doradas en la halterofilia. «Una de mis virtudes es la fuerza de voluntad y nadie podrá con ella. Nadie me apartará del deporte», zanja, en claro reproche a la falta de colaboración.

«De momento, tengo ganas y motivación», insiste. Londres es un premio al que no está dispuesto a renunciar. «Intentaré estar allí con o sin ayudas, pero quiero que vean hasta dónde puedo llegar», reta una de las principales bazas nacionales de los últimos años. «Se creen que soy una máquina que no necesita nada, pero con más facilidades…», lamenta. No quiere pensar cómo hubiese sido su historia particular en otras condiciones, pero tampoco puede evitar la reflexión. «Otros compañeros tienen más medios y, sobre todo, más apoyo de sus ciudades», indica, antes de denunciar el abandono sufrido desde el Ayuntamiento una vez dejó de ser considerado como ‘Deportista con Proyección’ cuando cumplió 25 años. «La Diputación me ayuda con 400 euros y la Junta se porta bien, pero esa subvención te las ganas en competición. Si fallas, la pierdes», explica. Iván reconoce que recibe con agrado los 8.000 euros procedentes de la administración Regional, pero ahora la colaboración para la próxima temporada depende de su buen hacer en el Campeonato de España y en el Mundial a disputar este año. A su ciudad, poco o nada que agradecer. «Sólo recibo buenas palabras. Parece que todo lo que hecho en estos años no ha servido para nada y no se dan cuenta de lo que he conseguido», apunta, sin esconder su «rabia» por la falta de apoyo. «Llevo muchos años sin fallar», resalta.

Tampoco la política y las acciones protagonizadas por la Federación Española aportan consuelo a todo un finalista en Campeonatos de Europa, presente en Campeonatos del Mundo y con experiencia en citas como los Juegos del Mediterráneo. Precisamente, el burgalés, la gran referencia nacional en la categoría de 62 kilogramos, se quedó fuera de la última cita continental celebrada el Bielorrusia el pasado mes de abril por un error en la Copa de España, cita previa clasificatoria. En un mal día, el campeón blanqueó (tres nulos) y la Federación optó por prescindir de sus servicios para el Europeo, una circunstancia que García Rueda acepta porque «las reglas son así». «No me dolió mucho porque blanqueé y se entiende que no me convocaran». Un hecho puntual que, sea como fuere, no resta protagonismo a otras decisiones que sí han perjudicado al del Sol y Luz. «Me molestan más otras cosas, como que hayan propuesto para las becas ADO –ayudas destinadas a deportistas de elite con vistas a los Juegos Olímpicos- a otros compañeros a los que supero en palmarés y resultados», afirma.

Llegado a este punto, García Rueda sabe que el éxito dependerá de forma exclusiva de su capacidad de esfuerzo y superación, como hasta ahora. El Campeonato de España a celebrar en La Coruña el 8 y 9 de julio es la primera gran cita de un año 2010 fundamental. «Quedan cuatro semanas y me encuentro bien. Tengo que ir a tope y sacar fuerzas de donde haya», avanza. No será su único reto, ya que en Galicia deberá ganarse una plaza para el Campeonato del Mundo de Turquía en septiembre. Allí se jugará muchas de sus opciones de ser olímpico, pues se trata de una cita clasificatoria. El objetivo, finalizar entre los 25 primeros. Londres asoma en el horizonte y sólo cabe mirar al frente. La barra se encargará de ajustar cuentas.

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