El Correo de Burgos

Montañismo / Expedición al Sisha Pangma

«La llegada a la cima era sólo una parte del reto»

Los arandinos Mediavilla, Sanza, García y Abad ya se encuentran en Burgos tras quedarse a un paso de hollar una de las cumbres míticas del Himalaya

Burgos

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D. O. C. / Burgos

Tras 29 duros días en condiciones extremas en una de las cimas míticas del alpinismo mundial, los cuatro montañeros arandinos que se lanzaron a la conquista del Shisha Pangma han regresado a la capital de la Ribera. Ismael Mediavilla, Fernando Sanza, Jesús María García Diéguez y Sergio Abad Álvarez ya se encuentran en casa tras la realización de una gesta deportiva de considerables dimensiones.

«Regresar sanos y salvos y ascender a 7.425 metros (la montaña tiene 8.027), con los mínimos medios, ha sido su hazaña. La expedición burgalesa se muestra muy satisfecha con su logro y, a falta de noticias de otra expedición, este año todavía nadie ha conseguido hacer cumbre por la vía que ellos habían elegido debido a las condiciones de nieve en las que se encuentra.

Partieron hacia Nepal el 2 de septiembre y regresaron el pasado sábado 15 de octubre tras permanecer casi un mes en la montaña con los mínimos medios materiales y régimen de autosuficiencia, sin oxígeno, sin guías ni sherpas, con una autonomía absoluta de cada alpinista en el porteo, montaje de campos y equipación de vías, lo que dificultaba al máximo la ascensión.

La ruta elegida fue la que abrió en el año 2006 el español Iñaki Ochoa de Olza, situada en la cara noroeste de la montaña y mucho más exigente que la vía ‘comercial’.

Los cuatro montañeros coinciden en que los lazos de unión se han estrechado entre ellos durante esta aventura, en la que es fundamental «el trabajo en equipo y que todas las decisiones sean respetadas y consensuadas». Destacan lo enriquecedor que ha sido el viaje en todos los sentidos; el aprendizaje de uno mismo y de los demás; el afán de superación y la capacidad de experimentar situaciones extremas que hacen superar tus miedos y los límites previsibles del cuerpo humano.

Todos tienen en común que comparten su afición por el montañismo, deporte que tienen como hobby. A pesar de haber ascendido otras cumbres (Mont Blanc, Aconcagua, Elbrus, McKinley o Korsesnyskaya, entre otras), comentan que en los cursos y conferencias profesionales no te explican cosas básicas que ayudan a preparar este tipo de expediciones, «máxime cuando es uno mismo quien lo hace sin depender de terceros en temas como las hidratación y alimentación en altura o tiempo en la colocación y desmontaje de las tiendas de altura».

Como anécdotas, por su respeto a la naturaleza, subrayan su sorpresa ante la cantidad de basura del campamento base dejado por otros montañeros. Asimismo, se muestran desilusionados por las comodidades de otras expediciones más elitistas y que querían alcanzar la cumbre y en las que el fin prevalece sobre los medios. No ha sido así para estos cuatro arandinos que han afrontado el Shisha Pangma con esfuerzo, responsabilidad y autonomía, haciendo frente a nevadas y ventiscas con sensaciones térmicas de entre 35º y 50 º bajo cero, porteando entre 25 y 36 kilos y deshaciendo nieve para una correcta hidratación hasta conseguir los 24 litros diarios necesario. Una aventura con mayúsculas.

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