El Correo de Burgos

FÚTBOL / Segunda

Un penalti en el 90 frena al Mirandés

El cuadro rojillo se dejó dos puntos en los últimos compases de su visita a San Mamés / Aridane adelantó al combinado de Anduva en el arranque de la segunda mitad y el choque parecía encarrilado para los de Terrazas

Oyarzun conduce el balón ante un jugador del Bilbao Athletic, ayer, en SanMamés.-ALFONSO G. MARDONES

Oyarzun conduce el balón ante un jugador del Bilbao Athletic, ayer, en SanMamés.-ALFONSO G. MARDONES

Burgos

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BILBAO ATHLETIC  1

CD MIRANDÉS  1

Bilbao Athletic: Remiro, Etxeberria, Ramalho, Yeray, Saborit; Unai López (Iturraspe, min. 82), Vesga; Guarrotxena (Córdoba, min. 67), Aketxe, Seguín (Yurgui, min. 82); Santamaría.

CD Mirandés: Raúl Fernández; Moreno, Gaffoor, Kijera; Eguaras, Rúper, Provencio; Sangalli (Álex García, min. 58), Aridane (Néstor Salinas, min. 69), Alain (Abdón, min. 75´); Ion Vélez.

Árbitro: Iriz Mata Az(Colegio gallego). Tarjetas amarillas a los visitantes Sangalli, Kijera y Nestor Salinas.

Goles: 0-1, min. 48: Aridane; 1-1, min. 90: Aketxe, de penalti.

BILBAO

Un minuto y medio le sobró al Mirandés para, después de dos meses, conseguir una victoria lejos de Anduva. Hizo un partido muy serio el equipo de Carlos Terrazas, el cual pudo lograr los tres puntos si hubiese tenido acierto en la estrategia. Una discutible decisión del colegiado, un penalti en el minuto 89, ayudó a los locales a conseguir unas tablas que no le sirven para nada dada la diferencia con los equipos que le anteceden en la tabla.

No pudo repetir Carlos Terrazas el once que ganó en la jornada anterior a la Ponferradina e hizo dos cambios. El técnico bilbaíno sustituyó al defensa Galán por el francés Gaffoor y también dio galones en la portería a un viejo conocido de la afición local, el cancerbero Raúl Fernández. Alex Ortiz, que arrastraba molestias, había entrado en la convocatoria, al igual que Néstor Salinas, al que los minutos en el banquillo se le harían eternos.

El comienzo del encuentro resultó trepidante. Los rojillos, ayer azules, jugaban con solo tres defensas y atacaban sobre el campo que siempre elige el Bilbao Athletic. Pero habían ganado el sorteo y estaban aleccionados para empezar desde el minuto uno sumando psicológicamente.

Y empezaron con fuerza desde el pitido inicial. Eguaras, Rúper y Provencio, por delante de su zaga, imponían la ley. Los visitantes dominaban el esférico y el juego, aunque solo crearon peligro a balón parado. Para el minuto 12 ya habían botado cinco saques de esquina, todos ellos con un peligro tremendo. Oyarzun casi marca un gol olímpico en el primero de ellos. Ion Vélez remató de cabeza el segundo, obligando a estirarse a Remiro, que tuvo muchas dificultades para despejar el resto.

Los rojiblancos capearon el temporal en su parcela a la espera de contras que no llegaban. Solo Aketxe, tras un pase de la muerte de Santamaría, puso a prueba a Raúl Fernández, que respondió con un paradón. Pero los de Anduva seguían con la pelota en sus pies y provocaron tres nuevos córners, ocho en total en la primera mitad.

El gol no llegaba. Oyarzun enviaba uno de ellos a la cruceta en el minuto 23 y, poco después, en una cabalgada por la izquierda, caía en el vértice del área ante una entrada de Unai López. El colegiado gallego Iriz no vio el posible penalti.

En el tramo final de este periodo despertaron los cachorros y la sorpresa la pudo dar Guarrotxena en el único contraataque claro de que dispusieron en esta primera mitad. Se marchó solo y Raúl le adivinó la intención, interviniendo con el pie para evitar un tanto cantado de los locales. Y ya en el último minuto volvió a salvar a el guardameta del Mirandés a los suyos sacando otra mano prodigiosa abajo ante un tiro raso y cruzado de Unai López desde el borde del área.

En lo últimos compases se había igualdo el partido y los de Ziganda ya no tenían miedo, pues también Santamaría había ganado en el salto a los centrales en un remate de cabeza que se le escapó ligeramente alto.

Tras el descanso cambió radicalmente la decoración. El Mirandés puso de nuevo el acelerador y Alain, esta vez con el balón en movimiento, puso un centro perfecto y muy ajustado al segundo palo. Allí no defendieron bien al canario Aridane y este remató con tranquilidad para enviar a las mallas y adelantar justamente a su equipo.

Ahora el Bilbao Athletic volvía a tener la responsabilidad de dirigir el juego y lo intentaría durante muchos minutos sin eficacia. No podía superar las lineas de los de Miranda, y cuando lo hacía, apenas generaba peligro.

Además, Terrazas sacó del campo a Sangalli, al que le había mostrado ya una amarilla, y poco después se retiraba lesionado Aridane. Entraba al terreno de juego Néstor Salinas, doblemente motivado a una Catedral que ya conocía, para dar frescura y reforzar a los suyos ante el empuje de los jóvenes vizcaínos.

Pero la experiencia y el oficio se imponían y Ziganda, desesperado, quemaba sus naves para buscar la igualada. Empujaban los bisoños bilbaínos sin generar peligro y los azules respondían robando la pelota, aunque tampoco en este período llegaron con la asiduidad con la que lo hicieron en la primera parte.

Eguaras, desde unos 25 metros con un disparo muy alto, y Alex García, con otro remate muy desviado en una contra, serían lo único reseñable en ataque. Y, cuando el partido moría ya, Córdoba era objeto de un penalti debido a una entrada de Eguaras. Aketxe no perdonó y llevó al marcador las tablas definitivas.

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