El Correo de Burgos

BALONMANO / Asobal

El Villa de Aranda pende de un hilo

Los gualdiazules pierden su final ante el Cangas y caen a puestos de descenso / Los visitantes dominaron de principio a fin

Moscariello arma el lanzamiento.-ALBERTO CALVO

Moscariello arma el lanzamiento.-ALBERTO CALVO

Burgos

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VILLA DE ARANDA 28

CANGAS 31VILLA DE ARANDA: Ledo, Bojicic (-), Fernández (5), Moscariello (5), Amorim (2), Nantes (6) y García (2) -equipo inicial- Moyano (5), Montserrat (-), Solenta (-), Sánchez (2), Megías (-), Ortega (-), Torres (-), Antonio (1), Amérigo.

CANGAS: Salazar, Simes (4), Cerqueira (2), García (3), Milosevic (-), Potic (9), Castro (-) -equipo inicial- Vujovic (-), Soliño (-), Casares (-), Iglesias (2), Hermones (-), Krook (2), Da Costa (3), Muratovic (2).

ÁRBITROS: Álvarez y Friera.

AMONESTADOS: Los locales Bojicic, Fernández y Megías y Castro en el bando visitante.

EXCLUSIONES: Al local Moscariello (2) y a los visitantes Krook, Cerqueira y Castro (2).

PARCIALES CADA CINCO MINUTOS: 3-5; 5-7; 5-8; 6-11; 7-13; 12-14 (descanso); 12-16; 15-20; 19-23; 21-24; 23-27 y 28-31 (final).

BURGOS

El día señalado para acariciar la permanencia se convirtió en una pesadilla. El Villa de Aranda da con sus huesos en los puestos de descenso después de perder su particular final por la salvación frente a un Cangas que dominó el partido de principio a fin.

Los gallegos llevaron el ritmo y gozaron de las ventajas en el marcador para poner al límite a un conjunto burgalés sin la capacidad de reacción necesaria. Álvaro Senovilla advirtió en la previa que su equipo necesitaba tomar el control de la situación, pero nada salió como deseaba un Villa de Aranda cuya presencia en la Liga Asobal la próxima campaña pende de un hilo.

Desde el arranque se vio al equipo castellano incómodo sobre la pista. Sin apenas tiempo para encontrar las buenas sensaciones, los burgaleses sufrieron un duro golpe con el 1-4 firmado de salida por su rival.

A partir de ese momento, los pupilos de Álvaro Senovilla se vieron abocados a competir contra corriente. Así, cada esfuerzo gualdiazul encontraba la respuesta de un Cangas sólido y pletórico de confianza con el marcador a favor.

El primer intento de reacción burgalesa murió con el 5-6, momento en el que ambos equipos entraron en un agujero negro en tareas anotadoras. Después de cinco minutos marcados por el intercambio de errores y por el acierto de los porteros, fueron los gallegos quienes golpearon de nuevo con un parcial de 0-3 que encendió las alarmas.

Después, el 6-12 dejó al Villa de Aranda al borde del abismo y fue entonces cuando los locales disfrutaron de sus mejores minutos sobre la pista. De la mano de Nantes y Moscariello, los anfitriones redujeron la desventaja hasta el 12-13, aunque Krook dio un respiro a los suyos justo antes del descanso.

Parecía que el Villa de Aranda había hecho lo más complicado, pero pronto llegó la sentencia. De nuevo, un mal arranque de segundo periodo condenó a los gualdiazules. El rival se estiró hasta el 18-23 para clavar una daga en el corazón ribereño.

La segunda parte fue una lucha constante del Villa de Aranda contra un destino que estaba escrito. Por mucho que los burgaleses quisieran agarrarse al partido (17-20 y 21-24) el Cangas tenía la situación bajo control. Con el 28-31 los locales caen a la zona de descenso y ya no dependen de sí mismos.

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