El Correo de Burgos

Fútbol / Segunda B

El Mirandés recupera su mejor versión ante el Leioa

El conjunto rojillo remonta un partido que se le puso muy complicado y consolida su segunda posición en la general / Sergio hizo el tanto de la igualada y Rodrigo Sanz remató la faena

Romero conduce un balón perseguido por un jugador del Leioa en el choque de ayer en Anduva-José Esteban Egurrola

Romero conduce un balón perseguido por un jugador del Leioa en el choque de ayer en Anduva-José Esteban Egurrola

Burgos

Creado:

Actualizado:

Por una vez fue justo el balompié con un CD Mirandés que rayó a gran altura en Anduva, obligada la escuadra de Borja Jiménez a remontar una diana a todas luces inmerecida del Leioa en el suspiro final del primer acto. Pero una segunda mitad de verdadera apisonadora rojilla cuajó en dos dianas, Sergio y golazo de Rodrigo, para asentar esa segunda posición ya con seis puntos de renta sobre el Logroñés.

Arrancó el encuentro con los dos equipos tratando de tocar y mover el esférico, buscando el Leioa sorprender a los locales. Pero pronto las ocasiones pasaron a ser monopolio de un Mirandés que dio una lección de compromiso y de trabajo. Avisaba Guridi con un centro largo, o Álvaro Rey con otro centro que se paseaba muy cerca de la línea de gol sin hallar rematador.

Poco a poco los vascos se iban metiendo en su parcela defensiva, quedando el esférico casi siempre en posesión de los de Borja Jiménez. Paris probaba desde lejos y a renglón seguido Álvaro Rey firmaba una gran acción personal llegando hasta línea de fondo, pero su pase de la muerte acababa en córner cuando Mikel Fernández se adelantaba a Claudio Medina a dos pasos de la meta vizcaína.

Acosaban los locales, en especial muy activa la banda derecha de Paris Adot, que era un puñal una tarde más. Así llegaba una de las mejores oportunidades rojillas cuando un lanzamiento de falta a cargo de Álvaro Rey rozaba el travesaño de la portería de Iturrioz.

Una de las pocas acciones de peligro del Leioa en este primer periodo llegaba ya al borde de la media hora, en una falta peligrosa que lanzaba Fran Sota perdiéndose el esférico cerca del palo de un Limones que cubría la meta con seguridad y suficiencia.

Pero la posesión, los balones divididos, el peligro, eran siempre de un Mirandés muy metido en el encuentro. Una falta lateral la ponía al segundo palo Álvaro Rey, donde el incorporado al ataque Odei se lanzaba en plancha obligando a Urtzi Iturrioz a realizar una gran parada.

Se desarrollaba ahí una nueva fase de dominio y llegadas mirandesistas y Galder Cerrajería rozaba el primer tanto con un disparo que rozaba en un defensor y se perdía a escasos centímetros del palo del marco vizcaíno.

Y como suele suceder, el que perdona lo paga caro. Tras una falta, jugada de poca claridad del ataque vasco, pero tras un par de rebotes asistía Juaristi y Yurrebaso en el segundo palo batía el marco local. Se iba el encuentro al descanso con ese sorpresivo, y no muy justo, 0-1.

Salió a por todas el Mirandés en la reanudación, forzando varias ocasiones en el primer compás, que fue un asedio sobre Iturrioz. Álvaro Rey enviaba un remate a la madera y poco después el disparo de Jon Guridi topaba en su compañero Claudio cuando se mascaba el 1-1. Un empate que no tardó en llegar cuando Sergio se lanzaba a por todo para rematar con el pie un envío de Rey al fondo de las mallas. Se hacía justicia apenas a los seis minutos de la reanudación.

Los locales no sacaron el pie del acelerador y de nuevo Guridi tenía una buena oportunidad. Como inmejorable, apenas tres minutos más tarde y después ya de tres movimientos de banquillo, era un penalti por mano de Chirri Monje en el área. Pero Iturrioz adivinaba la intención de Álvaro Rey y salvaba a los suyos, con Anduva mesándose los cabellos.

No cejaban los rojillos en un gran encuentro, con fútbol dinámico y llegadas constantes a las inmediaciones del marco vasco, hasta que Rodrigo Sanz se sacaba de la chistera un golazo de crack cuando restaban apenas veinte minutos para el 90. Control, mirada y balón a la misma escuadra, imposible para un Iturrioz que sólo podía recoger el esférico del fondo de sus redes.

De ahí al final, ya con el alivio evidente de comprobar que la justicia se establecía en el marcador, apenas un susto en un disparo de Yurrebaso que atajaba con seguridad Limones. Matheus tuvo el tercero, pero Urtzi puso la guinda a su estéril pero fenomenal actuación con la última parada de su repertorio. Al final, gran victoria y espléndidas sensaciones.

tracking