El Correo de Burgos

Baloncesto / ACB

El San Pablo se atasca en el fortín de Andorra

Primera derrota del curso para los burgaleses frente a un rival que anuló buena parte de las virtudes de los azulones y les dejó sin recursos en ataque

Clark realiza una bandeja en el choque de ayer ante Andorra.-ACB PHOTO / ALBERT MARTÍN

Clark realiza una bandeja en el choque de ayer ante Andorra.-ACB PHOTO / ALBERT MARTÍN

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Andorra ha bajado de la nube al San Pablo, que encajó ayer la primera derrota de la temporada en el inexpugnable fortín del Principado de los Pirineos. La escuadra castellana se estrelló contra el muro defensivo de un equipo que acumula talento físico a raudales. Y que interpretó el partido con mucha más solvencia que los burgaleses.

Ibon Navarro tenía perfectamente estudiado a los del Coliseum, sin duda la gran sensación del arranque del curso. Y su planteamiento le permitió anular casi por completo las principales virtudes de un Miraflores obligado a cambiar el paso sin fortuna al quedarse sin la opción de martillear desde el perímetro ni correr al contragolpe.

Los castellanos fueron siempre a remolque en el marcador y se mostraron atascados en ataque, donde formaron porcentajes muy lejos de sus números habituales. Y se vieron claramente superados en el rebote.

Huskic inauguró el marcador en el Principado, pero la reacción de Morabanc Andorra fue inmediata y cobró una buena renta en el marcador en un abrir y cerrar de ojos (7-2). Joan Peñarroya tuvo que variar demasiado pronto el plan de actuación, puesto que Fitipaldo cometió dos personales en un abrir y cerrar de ojos y se tuvo que ir al banquillo antes de que se cumpliera el cuarto minuto del choque.

Los castellanos conocían la capacidad atlética y de la agresividad de la defensa de Andorra, pero no daba con la tecla para derribar la muralla de los anfitriones. Los puntos llegaban a cuentagotas y solo desde la pintura.

El San Pablo no veía la oportunidad de poner en práctica su mejor arma ofensiva hasta el momento: el lanzamiento exterior. En esta tesitura Morabanc seguía a lo suyo y ponía tierra de por medio en el luminoso (12-5), lo que provocó el primer tiempo muerto del choque.

El técnico de la escuadra del Coliseum leyó la cartilla a los suyos, que no estaban nada finos en el lanzamiento (ni siquiera en los libres, una vez más).

La charla pareció surtir efecto, pues cuatro puntos consecutivos de Lima bajo tabla metieron a los castellanos en el encuentro. Y un triple de Barrera -el primero del Miraflores- sirvió para igualar el choque (12-12).

Los azulones habían dado la vuelta a la situación, aunque no pudieron evitar retirarse con desventaja al término del primer cuarto con un triple sobre la bocina de Senglin (19-16).

Los anfitriones pusieron tierra de por medio en el arranque del segundo acto con un triple de Todorovic que fue respondido de inmediato por McFadden y Bassas, que empataron el choque (24-24). Sin embargo, los del Coliseum fallaban más de la cuenta en las penetraciones y los tiros de 2, lo que les impedía tener la ansiada continuidad en la anotación, concediendo a Andorra la oportunidad de correr y llevar siempre la iniciativa en el luminoso.

Lima sostenía al San Pablo, aunque la defensa castellana no acertaba a frenar el potencial físico de su contrincante, que en un arreón elevó su renta hasta los 8 puntos (34-26). Peñarroya tuvo que parar el partido para arengar a sus pupilos. Barrera y Clark acortaron distancias de inmediato. Y Benite empató la contienda desde el perímetro. Un parcial de 0-8 devolvió la igualdad al electrónico cuando peor pintaban las cosas para los castellanos.

Y no quedó ahí la reacción del San Pablo, que ajustó su defensa sobre Diagne y pudo colocarse por delante en el marcador en el último minuto del primer acto (37-38) -la brecha pudo ser mayor pero Lima no aprovechó sus tiros libres-, lo que permitió a Morabanc retirarse al vestuario con una mínima ventaja en el electrónico (39-38).

Fitipaldo, hasta el momento desaparecido en combate, asumió su cuota de protagonismo para dar la vuelta a la tortilla con un triple de salida. Un espejismo, porque la réplica de Andorra fue mucho más contundente. Contestó con parcial de 9-0 que obligó a Peñarroya a parar el duelo. El técnico catalán no ocultó su enfado por las facilidades que estaban dando a su oponente por sus desajustes defensivos y la falta de eficacia para cerrar el rebote a su oponente.

Todorovic entró muy enchufado a la pista y elevó la ventaja local a los 10 puntos -la máxima hasta ese momento- (53-43).

El San Pablo sudaba tinta para anotar. Sin la aportación de sus jugadores exteriores no se veía capaz de igualar a Andorra. Un mate de Tokoto y una antideportiva de Diagne dieron vida a los burgaleses (53-48).

Pero los castellanos no terminaban de ponerse a tiro en una batalla muy física sobre el parqué. Andorra imponía su ritmo y llevaba el partido donde más le convenía, intentando llevar la contienda a guarismos bajos.

Morabanc tenía muy bien estudiado al Miraflores y secó por completo a los hombres exteriores del San Pablo. Y dominaba además el rebote en ambos tableros.

En esta tesitura los del Coliseum fiaban toda su suerte al acierto en la pintura. Pero Andorra no bajaba el pistón y puso contra las cuerdas a los castellanos (66-52).

Tenían los de Peñarroya 10 minutos por delante para enjugar una desventaja que se antojaba demasiado amplia en vista de las sensaciones ofrecidas por ambos conjuntos. Estaba claro que San Pablo no tenía su día en el lanzamiento. Muy lejos de sus porcentajes habituales se desesperaba en vista de los fallos cometidos, lo que permitía a su oponente cimentar sus aspiraciones de triunfo (71-52).

Los triples de Tyson Pérez terminaron por sentenciar la contienda. El técnico catalán del Miraflores se desgañitaba en la banda pidiendo concentración a sus jugadores. Más allá de correcciones tácticas trataba de levantar la moral de su tropa.

Pero los del Principado estaban desatados, haciendo completamente estériles los intentos de reacción castellana (77-57). El pescado estaba ya vendido, aunque no era cuestión de bajar los brazos con más de cuatro minutos por delante.

Y en el tramo final el San Pablo fue maquillando el marcador (80-70). Pero Andorra alargó sus posesiones para frenar la reacción burgalesa (87-74).

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