El Correo de Burgos

La plantilla del Hereda San Pablo Burgos tiene hambre de Final Four

Álex López, Gonzalo Corbalán, Carlos Suárez y Luka Rupnik analizan al detalle la cita del fin de semana en el Coliseum y aseguran pelea, primero ante Gipuzkoa (sábado, 20:30 horas) y después contra «el que toque».

Imagen del último encuentro en el Coliseum

Imagen del último encuentro en el ColiseumTomás Alonso

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El Hereda San Pablo Burgos se jugará su presencia en la ACB la próxima temporada en la Final Four de ascenso que se celebrará en el Coliseum el 17 y 18 de junio. Una semifinal y una final a partido único que convierten la lucha por el ascenso en un matar o morir.

Ante un nuevo escenario sin margen de error, como el que se vivió hace seis años y concluyó con el último ascenso de un equipo burgalés a la ACB, la plantilla de Curro Segura ha aprendido a lo largo del curso a ‘matar y enterrar’ cuando huele la sangre del rival. Pero por si se le olvida ese modelo de juego que tan buenos resultados ha dado en el último tramo del campeonato, la grada estará, al menos un cuarto, de su lado para recordárselo. Este es el reto de todos.

Las quinielas apuntan a una final Palencia - Burgos el domingo, pero para ello, unos tendrán que dejar por el camino al Real Valladolid y otros, los nuestros, hacer lo propio con un Gipuzkoa Basket debilitado -sin su estrella, Justin Jaworski, por su propio compromiso matrimonial-.

Aun con este escenario favorable, capitanes y recién llegados, veteranos y jóvenes, en definitiva, la plantilla del San Pablo al completo prefiere paladear cada paso por esta Final Four. Gipuzkoa primero y después «el que toque». Con esta idea afronta el roster de Curro Segura, una Final Four que está haciendo esperar a muchos y desesperar a otros. Y aunque Burgos llega a la cita «en el mejor momento de la temporada», así lo sienten en el vestuario, el reto es de los que hacen historia.

Álex López

Álex LópezSANTI OTERO

‘Killers’ y sólidos, la receta de Álex López

El capitán del Hereda San Pablo, Álex López, admitía en una entrevista concedida a este medio que hasta la llegada de Curro Segura, al equipo le faltó ser más ‘killer’. Un déficit que costó partidos y la cabeza de Paco Olmos. Pero con Curro Segura eso ha cambiado. «Creo que en algunos partidos hemos conseguido ser más asesinos, hacer más daño. No paramos hasta que los enterramos». 

Un paso adelante que se traduce en una palabra: «solidez». «Hemos ido en línea ascendente. Es cierto que hemos tenido algún apagón, pero no nos dura tanto tiempo como a principio de temporada. Ha sido un proceso largo y costoso, que ojalá cerremos bien en la Final Four». El paso adelante también le ha sentado bien al grupo. A cuatro días para saltar a la pista, «el vestuario está bien, con gente ilusionada y motivada».

La espera no está siendo sencilla, aunque el apoyo de la gente ayuda. «Se nos está haciendo más largo de lo que debería, pero estamos concienciados por la respuesta de la gente, las colas, las imágenes. Tenemos esa sensibilización con la afición para conseguir algo grande por ellos». 

Para regalarle esa fiesta tan deseada al público, antes hay que ganar a Gipuzkoa. «En la cabeza solo tenemos el partido contra Gipuzkoa. Si no ganas, no hay nada el domingo». Y la experiencia contiene el ansia de los más jóvenes. «Los veteranos estamos más calmados, más tranquilos. Con ganas de que llegue el sábado, pero sin esa impaciencia».

López tiene claro que el camino hasta la final no será sencillo. «Hemos visto que ellos son un equipo muy sólido. Pierden a un jugador importante, pero no podemos confiarnos». 

Sin Jaworski enfrente y con vitola de favoritos, el capitán prefiere mantenerse alerta y enviar la presión al otro lado del cuadro. «A un partido puede pasar cualquier cosa. No podemos pecar de favoritismos por jugar en casa. Sabemos que vamos a estar muy bien arropados, pero hay que estar muy concentrados. Palencia ha hecho las cosas muy bien y ellos sí son favoritos».

El argentino y Marc Eddy Norelia, posan para los medios gráficos.

El argentino y Marc Eddy Norelia, posan para los medios gráficos.SANTI OTERO

El descaro de Corbalán, la energía del resto

El jugador más joven de la plantilla azulona, Gonzalo Corbalán no puede esperar más. «Se hace muy largo», confiesa. El argentino de 21 años de edad admite que «después de ganar a Estudiantes 3-0 quieres seguir jugando» y las casi dos semanas de espera se convierten en una eternidad que, al menos, «te hacen preparar el partido mejor». 

Corbalán afirma que desde que el equipo salió del Coliseum con el triunfo en la eliminatoria contra el Movistar Estudiantes, ya está pensando en Gipuzkoa. El resto «queda atrás». También la temporada. Ni siquiera atiende a los enfrentamientos previos con su próximo rival y Corbalán advierte, «tenemos que entrar con todo». 

El de la ciudad de Resistencia, tiene claro que la actitud será su principal arma. «La táctica importará, pero vale más lo que salga de nosotros: ponernos duros, el físico, la defensa, tomar buenas decisiones. Además, creo que tenemos un equipo con mucha experiencia y que llega en el mejor momento». 

Una veteranía y experiencia a la que Gonzalo se ha agarrado durante todo el año. «Me ayudaron muchísimo. Ahora te dicen que tranquilo y que primero nos tenemos que enfocar en Gipuzkoa y el domingo ya veremos». Porque, como asegura, «Coruña nos puede hacer pasar momentos malos». 

Instantes de desconexión y debilidad que, aunque ya quedan atrás, están presentes en el grupo para no ser repetidos. «Era un proceso de conocernos más. Ahora sabemos más los roles que tiene cada uno en el equipo y estamos muy bien para el fin de semana».

No obstante, el Coliseum será distinto, aunque el argentino confía que el apoyo sea el mismo. «Sentí mucho cariño de la gente. Me gusta mucho el ambiente del Coliseum y que venga el otro equipo sabiendo que va a haber 9.000 personas animándonos. Es como un abrazo para el jugador y un punto extra que tenemos. Aunque va a venir mucha gente de los cuatro equipos, la afición que más se va a escuchar va a ser la nuestra», concluye.

Carlos Suárez.

Carlos Suárez.SANTI OTERO

Carlos Suárez, un espejo para todos

A sus 37 años, el ‘Chimpa’, como se conoce en las pistas madrileñas a Carlos Suárez, es un referente para sus compañeros. Su veteranía y experiencia en los play-offs aporta la tranquilidad y serenidad necesaria al grupo ante la amarga espera de la final a cuatro. Aunque a pesar de contar con más de 67 partidos en eliminatorias por el título, Suárez afronta esta «con el máximo respeto hacia todos los rivales». 

No obstante, no esconde que los suyos llegan «en un gran momento». Sin embargo, el madrileño lamenta que la Final Four del Coliseum «no se haya podido celebrar la semana pasada, porque este parón te desenfoca y desestabiliza, sobre todo en el ritmo». 

Aun cuando las quinielas señalan dos claros favoritos para alcanzar la final (Palencia y Burgos), el Chimpa avisa de que «no será nada fácil». «Todo el mundo nos da como favoritos porque San Sebastián no tiene a su mejor jugador, pero los demás también juegan. Ya nos ganaron en su momento y merecen el máximo respeto».

Suárez trata de con contagiar al vestuario su cautela. «Soy muy desconfiado. No me fío de nada. He visto de todo en mi carrera. Unicaja era favoritísimo y nos eliminaron» advierte.

El madrileño da por sentado que el San Pablo tendrá «poco margen de error» y las claves serán «el rebote, que no metan canastas fáciles y ser listos. Jugar con la ansiedad y saber el partido va a ser largo».

Luka Rupnik

Luka RupnikSANTI OTERO

Luka Rupnik espera a la mejor afición de España

Cuando Luka Rupnik sintió por primera vez al Coliseum se quedó prendado de su esencia. Fue el 20 de noviembre de 2022. El San Pablo recibió a Gipuzkoa, precisamente su próximo rival en la semifinal del play-off, y estaba sumido en una crisis de identidad que el base esloveno hizo olvidar con 22 puntos, 2 rebotes y 4 asistencias. 

Pero aquel día sembró en Burgos algo más que su inicio con la elástica azulona. Nació una unión con la afición. Hoy, casi ocho meses después de aquel primer contacto entre ambos, Luca sufre y siente como ellos. «Estoy un poco triste porque, como anfitrión, creo que nuestra gente merece más entradas». 

Una discusión que copa las calles de la ciudad y que preocupa en el vestuario. Aunque el sábado el Coliseum se vista de cuatro colores, el esloveno lo tiene claro. «Sabemos que nuestra afición es la mejor de la liga y de España». Para Luka, como para sus compañeros, el descanso ya ha sido suficiente. «Estamos bien. Pienso que la serie con Estudiantes nos ha juntado aún más y estamos listos». 

Como parte del grupo de veteranos (30 años), el de Ljubljana se mantiene tranquilo y de forma fría analiza el encuentro. «Llegamos sin lesiones, eso es lo más importante. Ellos juegan muy bien y tenemos que respetar su juego, pero al mismo tiempo, tenemos que hacer bien el nuestro». Ante la incógnita del rival del domingo, Luka en su castellano más práctico asegura: «tienes que ganar al que toque».

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