Dos goles en contra en un minuto nada más empezar sentencian al Mirandés

Un minuto nefasto en el arranque del encuentro sepultó al Mirandés en Lezama. Dos dianas del australiano Edwards en apenas 60 segundos dejaban la cuestión muy cuesta arriba para los de Lisci, que lo intentaron de todas las maneras pero se encontraron con la horma de su zapato en el cuadro zornotzarra. 

El Amorfebieta fue un bloque sólido y atento de principio a fin sin dejar maniobrar con comodidad a los más talentosos del conjunto jabato, que pierde con merecimiento.

Apenas al minuto y medio de encuentro, el Mirandés se pudo adelantar cuando la llegada filtrada por el carril diestro la sellaba Rubén con un centro perfecto a la bota de Javi Martón, quien en boca de gol remachaba demasiado alto perdiendo una oportunidad clara. Salida rotunda del Mirandés, queriendo y teniendo la pelota.

Pero en este negocio no anota el que lo merece sino el que la enchufa, y la primera combinación ofensiva zornotzarra fue de libro y acabó en la jaula. Erik Morán recibía el cuero y metía un pase filtrado perfecto a Edwards, que controlaba y cruzaba ante la salida de Ramón.

Un mazazo del Amorebieta que se vio duplicado menos de un minuto más tarde, cuando el ataque de Josué Dorrio por la derecha acababa en centro a media altura que en el segundo palo volvía a cazar el propio Edwards con un remate no muy ortodoxo pero cien por cien eficaz. 

Un parpadeo y dos a cero en contra, y es que la fragilidad defensiva se paga muy cara y más ante un rival que está muy bien en la faceta realizadora como es el Amore.

Trataba de reaccionar el cuadro jabato con intentos de Baeza y Carlos Martín, pero el equipo vizcaíno estaba ya muy bien aposentado en defensa con un decorado más que favorable. Dos equipos verticales en el trato con la pelota, pero con más pólvora vasca.

Un detallazo de Martón a los 20 minutos acababa en centro cortado por los locales, que contestaban con una percusión de Jorge Mier hasta línea de fondo que atisbó de cerca el tercer tanto local. Una mano de Ramón Juan en la estrategia del Amorebieta sobrepasada la media hora volvía a salvar a los jabatos de Lisci, que la tuvieron en una peligrosa falta en la frontal a poco del descanso con un disparo alto de Álvaro Sanz cuando el pivote buscaba la escuadra con colocación y fuerza, pero sin la puntería necesaria. 

El Mirandés quería, pero los vizcaínos estaban muy sólidos apoyados en el 4-4-2 de Haritz Mujika, que supo taponar los huecos y frenar al talento ofensivo del jovencísimo cuadro de Anduva.

Salió a por todas el Mirandés en el segundo periodo, con mucha lluvia cayendo sobre las instalaciones de Lezama. Carlos Martín tuvo la primera al minuto y medio tras un buen dribiling en el área, pero su chut muy escorado cuando se esperaba más un centro no sorprendía al internacional Campos, muy firme por alto. 

Poco después el testarazo de Martón se perdía por encima del travesaño en una nueva llegada rojilla.

Jauregi no llegaba a conectar bien una falta puesta al área en el primer aviso local. El Amorebieta trataba de enfriar el ímpetu rojillo con la pelota, pero cerca de la hora de encuentro volvían a avisar los de Alessio Lisci cuando el recién entrado Ilyas caracoleaba en línea de fondo y su centro suave al segundo palo lo controlaba Carlos Martín para soltar un latigazo a la media vuelta que el arquero zornotzarra sacaba a córner.

Tras el servicio y el rechace de la zaga local, Rubén Sánchez ensayaba en el balcón del área con un trallazo cruzado que se perdía cerca del palo con Campos haciendo cierta 'vista'. Percutía el Mirandés tratando al menos de meterse en la pomada con una diana, pero el Amorebieta frenaba muy bien las vías de creación de los jabatos.

Y es que a veinte minutos del final rozaba el tres a cero el Amorebieta en una sensacional combinación entre Quintero y Dorrio, con remate final del primero en carrera que se marchaba cerca de la escuadra. Etxeita a renglón seguido evitaba riesgos a los locales sacando una pelota que se le escapó a Campos en un centro mirandesista al área.

Parecían tener la cosa controlada los de Mujika aunque el Mirandés no arrojaba la toalla, con ejemplos como el alocado final ante el Andorra aún muy recientes. Había tiempo y Durdov la tuvo en un balón largo pero con un mal control que sepultó la oportunidad visitante.

Un buen despeje de Campos en el primer palo frustraba el centro chut de un Gabri demasiado intermitente, con su colega Ilyas moviéndose por todo el frente de ataque. Aunque el equipo quiso nunca pudo y los minutos se fueron consumiendo con un Amorebieta muy firme atrás y sin perder la concentración hasta que el silbato de Trujillo dejaba tres puntos valiosos en el casillero vizcaíno. Es una lección para el Mirandés.