El Correo de Burgos

25 ANIVERSARIO DE EL CORREO DE BURGOS EL MUNDO

Atapuerca, 25 años de noticias científicas

Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga resumen los hitos de un proyecto que ha convertido a Burgos en capital de la evolución.

Presentación de los hallazgos de la campaña de 2003.

Los tres codirectores de Atapuerca durante la presentación de los hallazgos de la campaña de 2003.Israel L. Murillo

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Más de 40 años de excavaciones sistemáticas en la sierra de Atapuerca. De la ilusión de la juventud y la aventura, a la realidad de una carrera científica sustentada para generaciones en una cantera inagotable del pasado más remoto de la especie humana en Europa. 

Los tres codirectores Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga repasan los hitos que han catapultado el proyecto científico que hoy es mucho más a nivel divulgativo, expositivo, turístico, económico e informativo. Un proyecto que ha transformado a Burgos en estos 25 años. «Sabíamos que era un proyecto importante desde el principio, los hallazgos del Cráneo 5 y de antecessor, una especie nueva nombrada por un equipo de españoles, nos dio la dimensión real», señalan.

Eudald Carbonell

Fue parte del equipo de 12 estudiantes que arribó a la Trinchera del Ferrocarril con Emiliano Aguirre a finales de los 70. «Ya dije entonces cuando vine con Emiliano, de aquí no me sacan si no es con los pies por delante, sabíamos que era un lugar histórico, pero no pensé que trascendería tanto», explica. Entre sus hitos del proyecto Miguelón. El Cráneo 5 descubierto en el año 1992 con Agamenón. «Era un cráneo entero, el más completo de la prehistoria y catapultó todo a otra dimensión». 

El segundo hito antecessor en el año 1994. «Era una nueva especie, la más antigua en suelo europeo y nombrada por en equipo de científicos español, impensable unos años atrás, fue otro punto de inflexión». En lo que se refiere al territorio, tras la protección durante décadas de lo que era un suelo de jurisdicción militar, el momento clave llegó en el año 2000. «La Declaración de Patrimonio de la Humanidad ha marcado un antes y un después en la dimensión de Atapuerca», sentencia Eudald. También destacan los más antiguos después de antecessor. La mandíbula de 1,2 millones de años que apareció en Elefante en 2007. Y el último, Pink, en 2022 que «va a salir ya su publicación científica». Aunque lo que se lleva de estos más de 30 años de experiencia es «el equipo, los alumnos, los discípulos el trabajo de todos, los esfuerzos que hemos coordinado y el sentirnos acompañados para lograr hacer popular, social, un proyecto como este».

José Maria Bermúdez de Castro

Diferencia de los eventos puramente científicos, hallazgos y publicaciones de cuestiones importantes que «impulsaron el proyecto», añade José María Bermúdez de Castro. Entre los segundos «la declaración de Patrimonio de la Humanidad (2000), el Premio Príncipe de Asturias (1997), la visita del hoy rey Felipe III a pie de Trinchera (1998) y la creación de la Fundación Atapuerca no son algo científico pero catapultaron el proyecto».

En investigación va atrás en el tiempo. «Clave es Trinidad de Torres y los restos que encuentra en la Sima, fue el inicio del proyecto en el año 1976, sin eso todo lo demás no habría empezado», apunta Bermúdez de Castro. Unos restos que acabaron en una mesa de laboratorio en Madrid bajo el microscopio que compartía con Juan Luis Arsuaga. «Emiliano nos encargó el trabajo sobre los dientes en 1982 se publicó y ya supimos que teníamos que ir allí», explica. 

En 1983 empezaron las visitas de cada verano a Atapuerca para los dos. A los hallazgos de Miguelón y antecessor añade Excálibur en 1998 «fue muy emocionante por lo que implica de elemento simbólico». La publicación de la mandíbula de elefante, los ADN de la Sima y las proteínas en Dolina llevan al proyecto a primera línea de la ciencia. «Las proteínas fue un petardazo, aunque nos pilló en pandemia y no tuvo la repercusión que debía tener, pero lograr extraer esas proteínas nos ayudó a colocar a Homo Antecessor donde siempre habíamos dicho, como ancestro común de las especies modernas».

Juan Luis Arsuaga

El codirector de Atapuerca relata en el primer número de Diario Siglo XXI los pormenores de la pelvis Elvis que había aparecido en 1994 pero se publicó en el 99. ‘Esta pelvis dará mucho que hablar’ era el titular de Pablo Méndez. «No he engañado, esa pelvis ha dado mucho que hablar», sostiene 25 años después. Y se puede ver en el Museo de la Evolución. Mirando atrás cita a Joseph Conrad «pensábamos que era una aventura, 45 años después resultó que era la vida».

En sus hitos a nivel social está el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad, pero, especialmente la realidad del Museo de la Evolución. «Ya son 14 años, abrió en 2010, y fue un hito que ha sido un antes y un después en el proyecto», explica. A nivel científico destaca los sucesivos éxitos en la obtención de ADN antiguo. Esos cuatro caracteres del código genético de hace 430.000 años de una especie que empezó siendo heilderbergensis, porque así se establecía en la paleontología de la época, a ser un preneandertal por su morfología craneal, publicado en un resumen de los hallazgos en Science en 2014; un ADN mitocondrial en ese mismo año y dos años después el nuclear más completo. En 2021 llegaría otro hito genético el rastro de cinco neandertales en Estatuas sin un fósil pero si por sus moléculas depositadas en el sedimento. Ciencia ficción si miramos ese resultado con los ojos con los que los codirectores llegaron a Atapuerca por primera vez. «El ADN de la Sima es el más antiguo, sí, podrá no serlo siempre, será difícil, pero podrán superarlo, pero el de rastro es el primero, eso nadie nos lo va a poder quitar», resume Arsuaga. Para el equipo el Premio Nobel de Svante Päävo es «un poco nuestro también firmamos los papers con él», sostiene.

Reconoce como sus compañeros que «Atapuerca era un buen yacimiento con ATA-1, pero hasta el año 1992 con los cráneos no se pudo ver todo su potencial porque excavo en más yacimientos, pero Atapuerca son palabras mayores», sostiene.

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