Un estudiante de la UBU trae la Roma antigua al Museo de Burgos con tecnología 3D

L a tecnología nos permite hoy algo que hace unas décadas parecía imposible: revivir el pasado con una precisión asombrosa. Un ejemplo extraordinario de esta unión entre innovación y arqueología es la reconstrucción virtual de un arca ferrata romana, llevada a cabo por la Universidad de Burgos en colaboración con el Museo de Burgos. Este tipo de caja fuerte del Bajo Imperio, hallada en el yacimiento de Buniel, representaba no solo una herramienta de seguridad para los romanos, sino también un símbolo de riqueza y poder, gracias a sus decoraciones con relieves de gorgonas y cabezas de león..

El proyecto, liderado por el estudiante Álex da Silva Suárez como parte de su trabajo de fin de grado en Comunicación Audiovisual, ha conseguido revivir esta pieza única, datada entre los siglos IV y V d.C., a pesar del deterioro causado por el incendio que destruyó parte de la villa romana donde se encontraba. A través de avanzadas técnicas de modelado 3D, Da Silva ha recreado cada detalle del diseño del arca, desde sus dimensiones hasta los materiales originales, como el hierro y el bronce. Esta iniciativa no solo recupera una joya histórica, sino que también marca un avance significativo en la aplicación de la tecnología digital para preservar y difundir el patrimonio cultural, conectándonos de manera inédita con la grandeza del mundo romano.

El término arca ferrata se refiere a un tipo de caja fuerte o caja de seguridad que se utilizaba en la antigüedad para guardar objetos de valor y protegerlos de robos o daños. Habitualmente estas arcas estaban hechas de madera y recubiertas con láminas y clavos de hierro, y ciertos elementos decorativos de bronce. El hierro no se utilizaba únicamente para reforzar la estructura de la caja, sino que también se podía utilizar de una manera ornamental a través del patrón de las tachuelas.

Las arcas ferratas podían ser portables o no portables, esto dependía de su tamaño, de si tenía patas o no, o incluso si se encontraba incrustada a una de las paredes de la vivienda. El tamaño del arca varía según su portabilidad, mientras que las arcas encastradas solían ser de dimensiones más grandes, las portables solían ser de más reducidas y dedicadas a fines privados o comerciales. Según el material predominante encontramos varios tipos: arcae ferratae (hierro), arca lineae (madera) y arca aeratae (bronce).

Este proceso ha contado con varias fases; la primera fue la documentación y diseño. Para una correcta documentación, Da Silva realizó una profunda investigación acerca del objeto que iba a reconstruir en 3D. Se centró en buscar multitud de imágenes y documentos de este tipo de arcas para poder observar características comunes entre sí. Además, en este caso contaba con la posibilidad de poder visualizar físicamente los restos encontrados en el yacimiento, y junto a la participación activa de la restauradora del Museo de Burgos, Adelaida Rodríguez, fue fundamental y de gran ayuda, afirma Da Silva.

Toda esta información recopilada, repercutiría directamente sobre el diseño. En esta fase se realizaron varias opciones posibles según la documentación y los restos que poseía el museo. Al comienzo se realizaron cuatro diseños posibles: dos arcas rectangulares y dos cuadradas, y cada una de estas una con patas y otra sin patas. Finalmente, contrastando la información que poseían, se optó por la opción rectangular con patas.

Para la fotogrametría se ejecutó una sesión fotográfica para obtener imágenes de cada elemento desde diferentes ángulos y perspectivas. Tras obtener estas imágenes, pasaron por un software específico de fotogrametría. Y tras obtener los resultados, éstos se usaron de referencia dentro del software de modelado y animación 3D, Blender. Esta primera sesión sería clave posteriormente en la fase de modelado para la obtención de un modelo 3D lo más exacto posible de ciertos elementos singulares, como la gorgona o las argollas de los leones.

Tras estos pasos, Da Silva abordó la recreación de las piezas que conformaban el arca ferrata, para esta tarea también se utilizó el software de modelado y animación 3D Blender. Se pudo realizar una hipotética recreación del modelo del arca. Una vez finalizado el modelado, se ejecutó el texturizado de éste. Para ello se crearon varios materiales procedurales que imitarían los acabados de madera de roble, hierro y las aleaciones de bronce. Posteriormente, para que la escena se viese bien iluminada se realizó un esquema de iluminación básico con dos luces frontales y una trasera.

Para finalizar, y poder ver el arca desde todos sus ángulos, Da Silva nos cuenta que la mayor parte de la animación se encuentra sobre la cámara, ya que es el elemento que rota sobre el arca, pero en ciertos momentos, también se puede ver como algunos elementos del arca se mueven.

Para la obtención de un producto final adecuado, se realizaron diversas modificaciones sobre el renderizado final. En el vídeo explicativo se pueden observar diversas pausas con efectos que nos muestran tanto imágenes como textos explicativos, y también podemos observar vídeos de los materiales más en detalle, datos acerca de las dimensiones, la utilidad del arca o de ciertos elementos, etc.

A lo largo de todo el proceso han surgido diversos descubrimientos, según Da Silva. El más importante, es una pieza que al comienzo consideraron que podría ser la llave del arca y que, sin embargo, resultó ser la pieza que conecta la tapa del arca con el cuerpo, manteniéndola cerrada.

Da Silva considera que esta investigación que ha realizado puede impulsar de gran manera a que el Museo de Burgos, u otros museos, lleven a cabo este tipo de prácticas. Además, asevera que estas elaboraciones con herramientas novedosas y modernas son clave en el futuro de las exposiciones de restos antiguos. El uso de este tipo de herramientas, ya sea la elaboración de contenido multimedia, las reconstrucciones en 3D, el uso de la realidad virtual o aumentada puede llegar a ser clave para el futuro atractivo de los museos, asevera Da Silva. Además, considera que este tipo de colaboraciones con alumnos permiten mejorar a los estudiantes y adentrarse poco a poco de manera seguro al sector laboral