El Correo de Burgos

15 días clave para el cereal en La Bureba: «Si no llueve, la cosecha puede caer un 50%»

Ezequiel Soto, agricultor de Las Vesgas, estima que con 20 litros por metro cuadrado se podría alcanzar un rendimiento medio por encima de los 6.000 kilos por hectárea. Con algo menos, resultaría factible obtener entre 5.000 y 5.500

Los campos de cereal de la comarca burgalesa de La Bureba, en perfecto estado pero pendientes de la lluvia.

Los campos de cereal de la comarca burgalesa de La Bureba, en perfecto estado pero pendientes de la lluvia.ECB

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Pintaba bien la cosa. Bien, pero que muy bien. Cundía el optimismo, hasta hace poco, en la comarca burgalesa de La Bureba. Un invierno benévolo y el campo en perfecto estado. Todo apuntaba a una gran cosecha de cereal. Y es posible que así sea, pero ahora mismo prima la incertidumbre en el denominado granero de España.

«Las previsiones eran muy buenas», confirma Ezequiel Soto, agricultor de Las Vesgas de Bureba, antes de profundizar en el actual panorama que afronta el campo en esta zona tan sumamente productiva y estratégica para Castilla y León. Cualquiera diría que las precipitaciones de las últimas semanas, sobre todo las de Semana Santa, vendrían de lujo a los terrenos. Y así es, pero la comarca necesita aún más agua porque no ha caído tanta como en otras partes de la provincia. Se mire por donde se mire, «tiene que llover estos días».

La campaña de cereal atraviesa, por lo tanto, un periodo clave. «Todo depende de lo que caiga en estos ocho o 15 días», advierte Soto sin perder la esperanza aunque las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) a un par de semanas vista no resulten muy halagüeñas. Sea como fuere, señala que «si no llueve, la cosecha puede caer un 50%». Se pone en lo peor. Sabe, por experiencia, las malas pasadas que puede jugar la escasez de agua.

Mira al cielo Soto al igual que el resto de agricultores de la zona. «Tiene que llover», repite. Estima que con 12 o 15 litros por metro cuadrado se podría alcanzar un rendimiento medio de entre 5.000 y 5.500 kilos por tonelada. Y en el mejor de los casos, una suerte de milagro, «con 20 litros probablemente pasaríamos de los 6.000».

A expensas de lo que ocurra, este veterano productor burebano remarca que el campo se encuentra actualmente «muy bien» porque el pasado invierno «no se ha cortado el crecimiento». De hecho, «la planta se ha adelantado». Hasta el punto de que «tenía que estar alrededor de 30 centímetros y está saliendo ya alguna espiga de cebada».

Las diferencias saltan a la vista en función de la comarca en la que uno desarrolle su actividad. Por poner un ejemplo, hasta hace bien poco «en Torresandino no podían entrar» a los terrenos porque todavía estaban demasiado húmeros. Por contra, en La Bureba «no hemos tenido agua como otros años en invierno». Conviene tener en cuenta que Torresandino se ubica en la Ribera del Duero, a una hora en coche aproximadamente. Sin embargo, también se puede apreciar la suerte (o no) que procura la meteorología dentro de la propia comarca. Sería el caso, sin ir más lejos, de Las Vesgas y Monasterio de Rodilla, a poco más de 30 kilómetros en dirección sur.

Como es lógico, el campo burgalés -y el castellanoleonés en general- espera como agua de mayo que la campaña de cereales de invierno permita paliar las pérdidas de la anterior y combatir los numerosos frentes abiertos que encara ahora mismo el sector. Retos y reivindicaciones conocidos por la opinión pública gracias a las movilizaciones que se están llevando a cabo desde febrero y que abarcan apartados como la Política Agraria Común (PAC), la competencia desleal de terceros países o la inflación que impide equilibrar adecuadamente la balanza entre ingresos y gastos.

Al margen de los problemas que arrastra el sector, y volviendo a la anterior campaña, cabe recordar que Burgos -el territorio históricamente más productivo de la Comunidad- registró una media de 2.414 kilos por hectárea, viéndose superado por León (2.425). La media autonómica, según los datos recabados por la Consejería de Agricultura y Ganadería, fue de 1.979.

Burgos mantuvo, eso sí, su liderazgo indiscutible en la producción de trigo con más de 3.000 kilos por hectárea frente a la media regional, que rondó los 2.151.

Ya advertía el consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas, al presentar los resultados provisionales de aquella aciaga campaña, que la producción había experimentado una disminución cercana a los 3,24 millones de toneladas. Es decir, en torno a un 37% respecto a 2022. Asimismo, expuso que la la cosecha en el conjunto de la Comunidad sufrió una merma, nada más y nada menos, de un 52% respecto a la media del último lustro.

Independientemente de los datos, que arrojan luz pero no reflejan la realidad de quien pisa el terreno, la preocupación cunde hoy por hoy en La Bureba, donde la reducción de superficie cerealística no es tan acusada como en otros sitios. Después tocará lidiar con el girasol, pero esa ya es otra historia que arrancará con las siembras a mediados de mayo. 

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