El Correo de Burgos

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CIRCULA POR las redes una nota de una alumna de Secundaria que, a mi juicio, pone blanco sobre negro a un asunto con el que desayunamos cada día: la crisis que soportamos unos frente al derroche de aquellos que nos imponen sacrificios.

La nota -que parece el enunciado de un problema matemático ya resuelto y me permito transcribirla- dice: «Un cargo político en España gana de promedio unos 5.000E+1.800 (dietas). Si se pusieran un sueldo de 1.000E/mes (muy por encima del mínimo interprofesional... el cual ellos han establecido), sobrarían unos 5.800E/mes. Si tenemos en España unos 450.000 políticos, quiere decir que estaríamos ahorrando un total de 2.610.000.000E ‘ALMES’. Si lo dividimos entre el saliario mínimo (645E) obtenemos el número de personas que sacaríamos del paro: 4.046.512 personas, lo que supone eliminar más del 84% de paro, situándolo en 762.396 personas. NOTA: Creo que estos parásitos políticos podrían vivir con un sueldo de 1.000E si quisieran salvar a su país».

Ahora pueden calificarme de demagoga, de hacerme eco de la opinión de una adolescente, pero a veces el razonamiento más sencillo es el más claro. La nota refleja el sentir de una población entera, no sólo de la joven -aunque a la señora Mónica de Oriol le parezca que pertenece a esa clase de ‘ninis’ que no les pagaría el salario mínimo, pero que podría estar dispuesta a contratar porque es menor de 25 años y no se embaraza-. A esta reflexión podemos sumar la petición de que esos políticos, expolíticos, altos cargos y demás mangantes devuelvan todo lo que se han llevado. Aseguraban que el ciudadano había vivido por encima de sus posibilidades y ahora nos tocaba rescatar bancos y apretarnos el cinturón.

En el fondo nos merecemos lo que tenemos porque ya teníamos que haber saltado de nuestros asientos y haberles llevado donde se merecen: a la cárcel más inmunda. El símbolo de la cultura del pelotazo, Mario Conde, queda como un mero aficionado al lado de los Blesa, Rato, Pujol, y compañía, sean del partido que sean. Pero nosotros seguimos con nuestra miserable vida, la que nos están obligando a vivir y viendo con estupor cómo de repente la crisis se ha esfumado: los presupuestos abren la mano a la inversión, a la rebaja de impuestos y tendrán su reflejo, a mayores, en las cuentas de las comunidades. Pero, claro, no nos quejemos, no vaya a ser que se echen atrás y nos quedemos compuestos y sin unos 239 euros más en los bolsillos. Señores, estamos en precampaña electoral. Ustedes deciden. Después rescatar otro banco y a estos sinvergüenzas. O hacernos eco de la nota.

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