Reclaman un espacio que muestre la importancia del Camino de Santiago

El próximo 10 de diciembre se cumplen treinta años de la declaración por parte de la Unesco del Camino de Santiago Francés como Patrimonio Mundial (entonces apellidado de la Humanidad). Burgos celebra la efeméride, inevitablemente, pues debe a la ruta no poco de su esplendor y desarrollo cultural, incluso económico. Así lo indica, con entusiasmo, el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de la provincia, Jesús Aguirre, para asegurar que tres décadas después de aquel reconocimiento, y superada la pandemia, el reto actual de la principal senda jacobea no es otro que «mantener su esencia».

«Se trata de un camino de peregrinación hacia una meta, que es la tumba del apóstol. Más allá de los motivos, que pueden ser religiosos o no, el recorrido invita a conocerse a sí mimos, a reencontrarse y a desconectar de la sociedad tan estresante en la que vivimos. Perder esta esencia es desvirtuar la existencia del propio camino, que también ha de preservar su sentido de nexo y unión», detalla.

No obstante, tal aniversario destapa también carencias y se presta a las reivindicaciones. Entre ellas destaca, con mucho, la que el propio Aguirre traslada siempre que tiene ocasión: contar con un espacio que muestre la relevancia social, histórica, política, económica y artística del Camino de Santiago en la ciudad. Una suerte de museo o centro de interpretación que -más allá de recibir o atender al peregrino- subraye con las oportunas explicaciones el peso de la senda considerada la Calle Mayor de Europa.

«Burgos le debe mucho», insiste rotundo, para enumerar pruebas irrefutables. Así, se refiere a figuras, como la de San Lesmes o Alfonso VI, vinculado con el Cid, entre otras, o hechos locales que moldearon la ciudad gracias a su naturaleza hospitalera. «Pasó de castillera a caminera y comenzó a abrirse en todos los aspectos. El Camino de Santiago ha forjado nuestra ciudad marca incluso su disposición, su longitudinalidad, es además la columna vertebral que articula el viejo Burgos, y sin duda está en el germen de su resurgir en el siglo XV», relata Aguirre, que lamenta que «a veces» se olvide «un poquito» todo esto, obviando que incluso la mismísima Catedral se alimentó de aquella apertura, siendo después sus chapiteles «verdaderos faros terrestres para los peregrinos que alcanzaban Burgos».

Expuestos los motivos resta que las administraciones recojan el guante. El responsable de la agrupación evidencia esta necesidad siempre que puede, pero opta por la cautela pues no se atisba movimiento en este sentido. Ni se menciona de hecho el Camino de Santiago en los programas electorales de las formaciones que gobiernan la ciudad.

Mientras ‘sueña’ con ver materializado este gran proyecto que, al fin, equipararía la importancia de la ruta jacobea con los otros dos elementos locales Patrimonio Mundial: la Catedral y Atapuerca, Aguirre se conforma con pelear por mejoras quizá menos vistosas, pero muy necesarias. Reitera al respecto las mismas urgencias que hace unos meses, cuando en torno a otra cita señalada, la festividad de Santiago, emplazaba al Ayuntamiento a impulsar cuanto antes el arreglo de la calle Fernán González. La obra prevista se paralizó tras el cambio de gobierno municipal. «Podemos entender que quisieran replantearlo por las quejas de los vecinos, pero es preciso dar una solución cuanto antes», explica. Lo mismo ocurre con el puente Malatos, «el único que cruzan en la ciudad los peregrinos», que desluce el tránsito con sus pintadas y suciedad.

En la provincia, sin embargo, destaca Aguirre la colaboración de Diputación para llevar a cabo iniciativas tan demandas como los andaderos o sendas peatonales en puntos especialmente peligrosos para el caminante, al coincidir el trazado con carreteras de elevado tráfico. Puesto en servicio el que enlaza Hontanas con Castrojeriz, el presupuesto de 2024 recoge ya partida para el solicitado entre Agés y Atapuerca.