Leones en lucha desde el Congreso de los Diputados por «una sociedad inclusiva»
El científico burgalés Dabiz Riaño y el artista manchego Raúl Aguirre reclaman la creación de un organismo que vele por los derechos de las personas con discapacidad
Domingo, 3 de diciembre. Día Internacional de las personas con discapacidad. El Partido Popular ha convocado una nueva manifestación contra la amnistía a 700 metros de la sede del PSOE en la calle Ferraz. A esa misma hora, las 12 del mediodía, Greenpeace y otras organizaciones ecologistas parten de la puerta del Sol en dirección a Cibeles para alertar sobre la emergencia climática. Mientras tanto, dos leones inician otra protesta en Madrid, junto a una pequeña y reivindicativa manada, a las puertas del Congreso de los Diputados. Rugen pero no muerden. Son el científico burgalés Dabiz Riaño, enfermo de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) desde hace más de una década, y el manchego Raúl Aguirre, artista multidisciplinar con diversidad funcional intelectual y ganador del Premio Corazón Inclusivo de la Fundación Corda Unitum por «su incansable labor en promover la inclusión de las personas discapacitadas en la sociedad».
«Nosotros no vamos a cambiar el mundo, pero esperamos que los que vienen detrás sí lo hagan», reconoce Riaño días después de esta nueva perfomance con el humor como arma de doble filo. «Era una historia bastante imposible porque nadie creía que íbamos a llegar hasta ahí». Pero lo lograron e incluso captaron la atención de varios medios de comunicación. Todo un «logro» que este activista oriundo de Miranda de Ebro no pasa por alto habida cuenta de que la otras dos manifestaciones, sobre todo la primera, atraerían todos los focos.
¿Qué pretendían Riaño y Aguirre con esta singular protesta frente al Congreso bajo la impertérrita mirada de los leones Daoiz y Velarde? Básicamente, reclamar al Gobierno la creación de un organismo que vele de manera efectiva por los derechos de las personas con discapacidad. Y que se le dote de «capacidad punitiva contra aquellas instituciones que vulneran los derechos de las personas discapacitadas» que, sobre el papel, vienen «respaldados por el artículo 14 de la Constitución Española».
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Allí estaban ambos con un grupo de amigos igualmente dispuestos a alzar la voz cuando aparecieron, como era de esperar, tres policías nacionales. «Empezaron a preguntarnos y nos dijeron que como éramos menos de 21 personas no podían hacer nada», recuerda Riaño entre risas antes de ponerse serio: «Al final esto es duro. Todos los días me encuentro con la misma situación: personas discapacitadas como yo que se enfrentan a grandes situaciones en las cuales quedamos desamparados».
Lo mejor de la protesta, a juicio del activista burgalés, fue el «emotivo y muy potente» discurso de Aguirre. «Es un súper crack, un tipo fenomenal que lucha por una sociedad inclusiva», subraya antes de destacar uno de sus mensajes más demoledores: «que no nos corten las alas, que respeten nuestros tiempos y que nadie complete nuestras frases».
Después de esta nueva iniciativa -ya van unas cuantas-, Riaño tiene claro que seguirá en su línea de «agitar a la sociedad» porque, a fin de cuentas, «todos vamos a tener que pasar por ese proceso que es la discapacidad y la muerte». Lo primordial, hoy por hoy, es el frente abierto que mantiene con el Centro de Referencia Estatal de Enfermedades Raras (CREER) y su Programa Integral para la Promoción de la Autonomía Personal (PIPAP), al que «nadie se quiere apuntar» porque «si vas sin ayudantes no tienes ese programa».