El Correo de Burgos

«No hay razones suficientes para retirar la custodia de los hijos»

El psicólogo y escritor Fernando Pérez del Río presenta '¿El robo de niños en democracia?', donde expone la «indefensión de las familias» tras analizar 40 «casos claros» con «criterios de copia y pega» para justificar declaraciones de desamparo

Beatriz Núñez Angulo y Fernando Pérez del Río, en la presentación de '¿El robo de niños en democracia?'

Beatriz Núñez Angulo y Fernando Pérez del Río, en la presentación de '¿El robo de niños en democracia?'ÓSCAR CORCUERA

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A medida que le iban llegando casos, Fernando Pérez del Río empezó a detectar un patrón que «se repetía por toda la geografía española». Familias, casi siempre monoparentales, que perdían la custodia de sus hijos de un día para otro. Sin «razones suficientes» para justificar tamaña decisión, percibió además que muchos de los informes se basaban en «criterios de copia y pega». Al tanto del asunto, sobre el que ya se había hecho eco previamente por escrito, el psicólogo y docente de la Universidad de Burgos (UBU) quiso ir más allá. De ahí surge, tras un largo proceso de investigación, ¿El robo de niños en democracia? Ensayo sobre la indefensión de las familias en relación a las declaraciones de desamparo

Sostiene el autor que «no hay razones suficientes para retirar la custodia de los hijos». Al menos en los 40 «casos claros» que ha documentado y analizado con lupa. Recuerda, por ejemplo, el de una pareja que pasó por este trance porque un informe de los Servicios Sociales decía que su casa era «oscura», los padres estaban «en el paro» y, encima, los niños iban «con el pelo rapado». Sobre esta última cuestión, apunta Del Río, no se tuvo en cuenta que los chavales llevaban el pelo al cero porque había «piojos en el colegio».  

«El umbral cada día baja más», asegura el psicólogo palentino mientras subraya que «los que denuncian no son investigados». A tenor de testimonios recabados, considera que existen multitud de «falsos positivos» -al igual que en otras áreas como la salud mental- que difícilmente son rebatibles debido a la «indefensión de las familias». En este sentido, señala que la «única vía» que les queda a los progenitores que pierden la custodia de sus hijos es la judicial. Lo que ocurre, salvo contadas excepciones, es que «siempre pierden» contra la Administración. 

Del Río achaca este fenómeno a dos factores de corte ideológico que «se mezclan entre sí». Por un lado, la consolidación de un Estado «más fuerte, con más funcionarios, que interviene más» y que «no tiene rival». Por otro lado, la preponderancia de un «individualismo muy grande» que no es otra cosa que un «contagio del mundo anglosajón». En definitiva, el autor percibe que «se ha roto el lazo social y el apoyo familiar». Hasta el punto de que «no se cumple» la máxima legal de que el menor, en caso de desamparo, «tiene que ir con la familia extensa». 

Convencido de que «el poder del Estado no tiene contrapesos», Del Río cree que la mera visita de una madre a los Servicios Sociales puede acabar derivando en un 'adiós' a la tutela y, a lo sumo, un 'hola' a los regímenes de visita cada equis tiempo. No en vano, le consta alguna que otra lucha en los juzgados con final feliz. Como el de una madre de dos mellizas que se revelaron contra la Administración. Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) condenó a la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades a pagar una indemnización de 150.000 euros. 

Más de cerca vivió el profesor de la UBU el caso de unos padres «muy jóvenes» del País Vasco que fueron examinados concienzudamente por dos educadores sociales que emitieron informes positivos. Sin embargo, tal y como se recoge en el libro, la Diputación de Vizcaya hizo caso omiso a sus consideraciones y envió a una tercera educadora que no se lo quiso poner nada fácil. 

Aparte de los episodios «escandalosos» recopilados en ¿El robo de niños en democracia?, Del Río dedica el último bloque de su ensayo a desgranar distintas leyes nacionales e internacionales en materia de desamparo. Después de todo este trabajo, la principal conclusión a la que llega es que «hemos pasado de un relativismo muy fuerte a imperativos dogmáticos». Y en el caso que le ocupa en esta obra, advierte que nadie está libre de peligro porque también hay familias de clase media que pueden perder la custodia de sus hijos en un abrir y cerrar de ojos. 

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