El Correo de Burgos

El campo burgalés marcha hacia Madrid para exhibir su «fuerza» colectiva

Más de un centenar de tractores -muchos en góndolas- desfilan por carreteras secundarias con la intención de plantarse este miércoles ante el Ministerio de Agricultura

Tres tractores remolcados en una góndola antes de partir desde Burgos en dirección a Madrid.

Tres tractores remolcados en una góndola antes de partir desde Burgos en dirección a Madrid.ECB

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El sector primario calienta motores para un día histórico. Miles de agricultores y ganaderos de toda España confluyen este miércoles 21 de febrero en Madrid. Se avecina una manifestación multitudinaria, con una previsión de medio millar de tractores colapsando la capital, que contará con una nutrida representación burgalesa. En un mes marcado por numerosas movilizaciones en ciudades, pueblos y carreteras; el campo pretende alzar la voz frente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Cuarenta tractores -algunos en góndola- partían este martes, a modo de «avanzadilla», a media mañana desde el Alto de la Varga. La marcha, convocada por la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), transcurrió por carreteras secundarias hasta llegar a Lozoya pasadas las 8 de la tarde. Previamente, en Cantalejo (Segovia), se uniría la columna procedente de Aranda de Duero

Para garantizar la seguridad del tráfico, la Guardia Civil ha desplegado un operativo para escoltar a los agricultores. El objetivo, después de hacer noche en el municipio madrileño, es llegar al paseo de la Castellana a través de la autovía A-1. Además, la organización ha fletado más de una decena de autobuses para respaldar la manifestación.

También se ha puesto en marcha la plataforma de Agricultores y Ganaderos Unidos con medio centenar de tractores remolcados en góndolas desde Burgos y Aranda. Hay camiones que realizarán dos viajes de ida y vuelta, lo que augura un «goteo constante toda la noche». Aparte, esta agrupación independiente fletará un autobús aunque muchos de sus participantes opten por viajar en vehículos particulares. Lo importante, tal y como remarca uno de sus portavoces, David Martínez, es que su llamamiento congregará a más de 300 personas dispuestas a «seguir dando visibilidad» a las reivindicaciones del sector.

Con «ilusión y ganas» de exhibir la «fuerza» del sector para que «nos hagan caso», la presidenta de UCCL Burgos, Susana Pardo, espera que esta histórica protesta sirva para demostrar que la propuesta del ministro Luis Planas es «insuficiente». O «humo», hablando en plata.

En la misma línea, Martínez pide al Gobierno dé un «giro de 180 grados» a su postura, marcada por el «escaso diálogo» y las trabas a una manifestación cuyo recorrido ha sido modificado prácticamente in extremis. Lo cierto es que no espera una «respuesta inmediata» del Ejecutivo. Más que nada, porque a ha «dejado fuera» a los agricultores y ganaderos que a día de hoy no se sienten representados por ninguna organización agraria y están afrontado, con «mucho esfuerzo», el coste económico que conlleva mantenerse en pie de guerra.

No deja de insistir Pardo en que Planas no se reunió la semana pasada con todos los sindicatos. Faltaba la Unión de Uniones al carecer de representatividad porque siguen sin convocarse elecciones agrarias a nivel nacional. Partiendo de esa base, pero sin perder de vista la razón de ser de unas movilizaciones que engloban a todo el sector más allá de las siglas, considera indispensable que el Gobierno se abra a «dialogar» de manera fluida con todos los actores implicados.

Sobre la unidad de acción con la que el campo burgalés ha querido dar ejemplo al resto de España, el portavoz de Agricultores y Ganaderos Unidos asegura que en otros territorios de Castilla y León y del país ya se han empezado a adoptar estrategias similares.

El problema, a su juicio, es que este «tirón de orejas» de las provincias no parece haber calado a nivel nacional. Sea como fuere, cree que la masiva concentración de hoy debe servir, ante todo, para expresar esa unión al margen de siglas, banderas y chalecos. De lo que se trata, y así lo recalca, es de desterrar las «premisas erróneas» de las que parten las administraciones y que han provocado esta estallido de malestar general en el sector.

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