Ayala avisa de que el agujero de los consorcios rondará los 40 millones por la pérdida de valor de los terrenos

Comienza la disolución de los consorcios con la aprobación en el Pleno ordinario de abril del inicio del expediente, aunque el equipo de Gobierno de PP y Vox no ha conseguido del todo acercar posturas con el grupo municipal socialista que, finalmente, se abstuvo en lugar de votar en contra.

La alcaldesa, Cristina Ayala, realizó una intervención al final del debate para «tender la mano» a los socialistas buscando «un acuerdo de Corporación» en un camino que ha relatado que «no está exento de riesgos ni de dificultades». También se había mostrado conciliador, momentos antes, el concejal de Urbanismo y consejero delegado de los consorcios, Juan Manuel Manso.

Sin embargo, los socialistas solo concedieron la abstención, ya que mantienen que no existen informes jurídicos suficientes sobre las consecuencias de la disolución en lo que respecta a la integración de los terrenos de ambos entes en el patrimonio municipal del suelo.

El portavoz de la oposición, Daniel de la Rosa, criticó las formas, ya que, en su opinión, ha sido el equipo de Gobierno el que soltó la mano del PSOE, a pesar de que el concejal Julio César Arnaiz había sido quien propuso la hoja de ruta. «No ha sido una decisión consensuada y se han equivocado», afirmó, a la vez que reconoció que esta figura de los consorcios, que se crearon para financiar el desvío del ferrocarril y la ampliación del polígono industrial de Villalonquéjar, no tiene razón de existir «por mil motivos».

En este sentido, el socialista Arnaiz alegó que el equipo de Gobierno «no está sabiendo demostrar rigor técnico ni jurídico» en la toma de decisiones y añadió que «si nos expulsan podemos convertirnos en un inteligente y exigente supervisor».

El agujero

Durante la intervención de Ayala, mandó un mensaje a los burgaleses avisando de que el «agujero» de los consorcios, con una deuda de 203 millones a la que hará frente el Ayuntamiento de Burgos, será de entre 30 y 40 millones por la pérdida de valor que han tenido los terrenos con por las distintas crisis económicas de los últimos años. «Ese dinero lo va a tener que aportar la ciudad y esto hay que dejarlo bien claro a los ciudadanos y no será por una falta de gestión de este gobierno, sino por el devenir de los mercados», concretó.

La alcaldesa también mostró su confianza en que esta decisión que comienza a tomar forma con el acuerdo plenario «será buena para la ciudad». Así, manifestó que el final de los consorcios «marca la medida de la ambición del actual equipo de Gobierno».

En cuanto a los pasos a dar en el futuro, Ayala no se muestra partidaria de vender con celeridad los terrenos, sobre todo en el caso de Villalonquéjar, puesto que como dijo en estos momentos no hay más suelo industrial disponible en la ciudad y, por tanto, «no se puede malvender y perder oportunidades de que se asiente algún proyecto relevante para Burgos».

El socialista Julio César Arnaiz también se refirió a ese futuro y aconsejó al equipo de Gobierno trabajar por conseguir mejores condiciones con los bancos en las operaciones que se realicen para ofertar la deuda a otros bancos, más allá de Caixabank. Desde su punto de vista, para encontrar mejores condiciones será necesario «paquetizar la deuda en partes de 10 millones de euros» para que puedan entrar cuantas más entidades mejor.