Todos los países caben en Burgos: «Nos sentimos como en casa»

Suena a tópico, pero es así. Burgos se ha convertido este sábado, de nuevo, en un crisol de culturas. Personas de todas las edades, procedentes de distintos países, volvían a reencontrarse -o ponerse cara por primera vez- en el Fórum Evolución para celebrar su gran fiesta, compartir experiencias y aprender mutuamente de la mano de una veintena de asociaciones. 

«Nos sentimos como en casa», confesaba Alina Sabangeanu, de la Asociación Kogayon, durante la apertura oficial de la octava edición del Festival Intercultural, que ya desde primera hora registraba una notable afluencia de público. De esta forma, ha querido agradecer el trabajo que desempeñan organizaciones como la suya y todas aquellas entidades que atienden a la población migrante para impulsar «la ilusión, los sueños y los objetivos que tenemos». 

La principal meta, tal y como expresaba Aliana en representación de la Comisión Intercultural, no es otra que «dar a conocer nuestras culturas más allá de los problemas que vivimos diariamente». De hecho, el lema de este año resume perfectamente sus palabras: Diversidad para vivir, igualdad para convivir. 

«El mundo se ha hecho muy pequeño y la gente se sigue moviendo», señalaba a continuación el pediatra Emilio Sastre, presidente de la Fundación Mayo Rey, tras relatar su experiencia en África, donde la mortalidad infantil, por desgracia, es «bastante frecuente». Por eso, y por muchas más cosas, se mostraba «encantado de compartir nuestra vida y trabajo» con quienes vienen aquí en busca de oportunidades sin dejar pasar por alto que «la única raza es la humana». 

También lamentaba Sastre que se haya querido poner «en tela de juicio» a asociaciones «absolutamente generosas e imprescindibles». Se refería, obviamente, a Burgos Acoge, Accem y Atalaya Intercultural; que a punto han estado de perder las ayudas que perciben anualmente por las presiones ejercidas desde Vox y que, finalmente, han propiciado la ruptura de su pacto de Gobierno con el Partido Popular. «Han perdido la batalla», concluía, antes de  decir, alto y claro, que «en España hay sitio para mucha gente». 

Como viene siendo habitual, el Festival Intercultural ha servido para premiar la labor que desarrollan distintas personas, entidades y empresas en la ciudad. Dentro de este apartado, dos emprendedores han cosechado las ovaciones del público tras resumir brevemente su trayectoria. El colombiano Juan Daniel Ballestas, de la cafetería Paradise, reconocía emocionado que llegó a Burgos «con un maleta vacía» que actualmente está «llena de sentimientos». Por su parte, Elena Cristina Dragomir, oriunda de Rumanía y gerente del taller Arte y Costura, aseguraba sentirse «impresionada» por la excelente respuesta que ha tenido su negocio durante su primer año de apertura. 

Burgalés de pro desde hace un montón de años, el presidente de Capoeira Burgos, Joel Benedito dos Santos, se mostraba orgulloso de «representar a Burgos por toda Europa y el continente americano» gracias a un «arte que engloba varias artes» y que, además, permite «inculcar valores y transformar nuestras vidas».

Previamente, la Comisión Intercultural también concedía un galardón a Pescafácil. En nombre de la compañía, su responsable de Recursos Humanos, Mara Prieto, consideraba «crucial» que las empresas ejerzan como «agentes de cambio social». Asimismo, ha indicado que las personas migrantes «contribuyen al crecimiento económico de toda nuestra sociedad».

Aparte de las asociaciones participantes, la Policía Local ha habilitado por primera vez un stand informativo. En concreto, de su Unidad de Atención a la Diversidad, especializada en la prevención y persecución de delitos de odio, ya sea por motivos de racismo, violencia de género u homofobia. 

A lo largo de la jornada, se han sucedido infinidad de actuaciones musicales a cargo de grupos locales y de países como Mali, Venezuela, Rumanía, Brasil, Bulgaria, Ghana o Senegal.