El Correo de Burgos

El albergue de peregrinos municipal de Burgos sostiene el tirón con 20.500 estancias en 2024

La Casa de los Cubos, en la calle Fernán González, terminará el año superando ligeramente los datos del 2023

Dos peregrinos caminan por el paseo de El Espolón, en la ciudad de Burgos.

Dos peregrinos caminan por el paseo de El Espolón, en la ciudad de Burgos.©Tomás Alonso

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La afluencia de peregrinos en la Casa de los Cubos, el albergue municipal de Burgos que gestiona la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, alcanzará al cierre del año 2024 la cifra de 20.500 personas que han pernoctado en su ruta hacia Santiago de Compostela.

Estos datos hablan de que el camino se mantiene vivo y de que su capacidad de atracción permanece intacta, ya que son muy similares a los del año anterior (2023) cuando se calculaban unos 20.000. «Estamos abiertos este 2024 los 366 días del año y quedan unos pocos días para terminar el ejercicio, pueden variar arriba o abajo los números, porque también hay quien peregrina en Navidad», explica el presidente de la asociación provincial, Jesús Aguirre, que indica que en Nochebuena se juntaron una decena de personas entre peregrinos y voluntarios de la asociación y se les invitó a cenar en esa jornada tan especial.

Los meses de mayo y septiembre son los más fuertes en cuanto al trabajo de acogida que se hace en la Casa de los Cubos. Si la capacidad es de un máximo de 120 peregrinos, es fácil que de media diaria se registren un centenar de personas en mayo y también en septiembre. Aguirre explica que julio y agosto han sido este año meses atípicos en cuanto a la afluencia, se notó que bajaron las cifras y luego se recuperó entre septiembre y octubre.

Estos meses de diciembre o enero puede haber días flojos con uno o dos peregrinos en el albergue, pero el compromiso de los hospitaleros es mantener abiertas las instalaciones todos los días del año, como antes indicaba el presidente. «Es importante reconocer la labor de los voluntarios para mantener el calor de la acogida y no dejar la ruta sin lugares donde pernoctar», comenta Aguirre, que señala que el peregrino que elige el invierno tiene la dificultad, añadida a las inclemencias meteorológicas, de que tenga que hacer etapas más largas para encontrar un establecimiento abierto.

La Federación de Asociaciones del Camino Francés está concienciada con esta circunstancia que se puede dar en los meses más flojos y se busca que cada 25 o 30 kilómetros exista un albergue que dé acogida a los peregrinos.

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Burgos está satisfecha con la afluencia de este 2024. «No queremos aglomeraciones», asegura Aguirre, que reconoce que hay muchos peregrinos que escogen alojarse en hoteles, hostales o apartamentos turísticos, según la oferta de cada punto del camino. Además, hay otros dos albergues en la capital, más allá del municipal: Divina Pastora y Emaús.

«Los peregrinos desayunan o comen en sus lugares de parada y se genera actividad económica para todo tipo de negocios, gracias a su paso», sostiene, a la vez que indica que se nota un cambio de costumbres que trajo la pandemia y que se mantienen a día de hoy, una parte prefiere ahora no compartir espacios.

Cabe recordar que en 2020 -dadas las restricciones- la cifra se quedó en 1.850 personas. Subió a 8.050 en 2021 y se disparó a 19.255 en el 2022. En el pasado, antes de la pandemia, se llegaron a rozar los 30.000 peregrinos. No obstante, esa ya no es la meta, que se aproxima mucho más a las 20.000 pernoctaciones que se superarán este año.

Entre la información de la que dispone la asociación, destaca el hecho de que una amplia mayoría de quienes eligen el albergue municipal son extranjeros, de países tan lejanos como Corea del Sur o Estados Unidos. Los visitantes de estos dos países se mantienen, comenzaron a despuntar hace más de una década y han permanecido fieles a ese interés por peregrinar, por descubrir lo que aporta la ruta en todas sus vertientes.

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago se encarga del mantenimiento de la Casa de los Cubos. Cada año destinan la recaudación obtenida, después de descontar los gastos que suponen los suministros como en cualquier hogar, a pequeñas reparaciones: pintura, desinfección de las instalaciones y arreglos de los baños, son algunas de las típicas en las que se va el dinero, aunque este año han hecho alguna mejora estética que pronto van a dar a conocer.

Siempre se aprovecha los meses de menos afluencia para esas tareas de conservación y promocionar las instalaciones entre los colegios y asociaciones «porque es un albergue de todos los burgaleses».

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